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Los penaltis frenan el ascenso del Calahorra

Rioja2

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Toledo, al poste. Nacho Buil, alto. Omar, alto. Sito Castro, detiene Adri. El Calahorra hizo lo que parecía imposible: forzar la prórroga con dos goles de Omar marcados en el tiempo de añadido. Cuando pocos creían en la proeza. Luego llegó la prórroga. Expulsión de Losa en el minuto 112. Nervios porque el ascenso parecía más complicado, pero una nueva expulsión, en esta ocasión visitante de Beni a un minuto del final, volvía a equilibrar la balanza.

El esfuerzo realizado se pagaba. Lo que nadie imaginaba era un desenlace tan cruel. Ni un penalti marcado. Un palo muy duro para una afición que se volcó con los suyos. Txerra poco pudo hacer en los dos primeros lanzamientos del Saguntino, pero le detuvo uno a Pablo Vidal que mantenía con alguna esperanza a los rojillos. Le tocó el turno a Sito Castro. En su mente estaban los fallos de sus compañeros. El primero de Toledo, que se marchó al poste; el segundo de Nacho Buil que se fue alto; y el tercero de Omar, que también se fue arriba. El caso es que el lateral cogió carrerilla y tiraba a un lado. Adri, felino, atrapó el tiro suave del veterano futbolista. Así conquistó el Saguntino el ascenso a Segunda B.

Previamente el conjunto valenciano había visto como se le anulaban dos goles en la prórroga, claro que también se puede quejar el cuadro riojano cuando se le anuló uno a Toledo nada más comenzar el partido. Un choque, por cierto, en el que los de Eduardo Arévalo salieron con fuerza, empujando, metiendo a su rival en el área. Los uys no se transforman y había que creer. El Saguntino se sacudió la presión inicial y jugó sus armas igualando las fuerzas e impidiendo que los riojabajeños se volcaron en atacar.

En la segunda mitad, el dominio local, sin embargo, fue más evidente. Pero faltaban esas ocasiones que permitieran crear en la remontada. Herce gozaba de la mejor oportunidad, pero no acertó. El tiempo se consumió y los de Eduardo Arévalo merecían, al menos, un gol. Se mostraba el tiempo de alargue y Omar daba esperanzas. El miedo se intuía en las caras de los futbolistas del Saguntino, que además, habían visto como su entrenador David Gutiérrez había sido expulsado instantes antes. El delirio, y eso que no se había ascendido, llegó cuando Omar aprovechaba el rechace de un tiro de Del Puente al poste.

La prórroga se veía como la gran oportunidad. El subidón de adrenalina dejaba como favoritos a los anfitriones, más enteros ante un Saguntino, como era evidente, tocado anímicamente. Sin embargo, se fue reponiendo en lo deportivo para incluso que le anularan dos goles. Ahora los riesgos eran menores y la expulsión de Israel Losa provocaba un nuevo cambio de escenario. Hasta los penaltis se querían. Justo antes de la conclusión, se igualaban las fuerzas con la expulsión del valenciano Beni. Llegó entonces la fatídica tanda de penaltis. Mejor no repetir lo sucedido.

Atlético Sanluqueño 1 (1) – Náxara 0 (0)

Un solitario gol de Carri al poco de comenzar el segundo tiempo frenó el camino del Náxara en este ‘play off’. El Atlético Sanluqueño estaba obligado a ganar tras el empate a cero de los blanquiazules en La Salera y los de José Herrera salieron muy activos en el arranque del encuentro. Enfrente, un conjunto riojano ordenado, consciente de que era importante aguantar esos compases iniciales para ir creciendo poco a poco.

El balón y el dominio eran locales, por lo que los de Diego Martínez esperaban su momento. No se intimidaban por la intensidad de los andaluces. Marc evidenció falta de remate cuando se presentó ante Raúl Heras pasado los veinte minutos, pero el meta blanquiazul exhibió agilidad, como apuntara después con un remate de Pelón. Javi Martínez dio un susto, buena parada de Ismael, y eso permitió que el Náxara creyera en sus opciones.

Pese a ello, la iniciativa era de los locales, que debían arriesgar más. Carri avisaba nada más regresar de vestuarios en lo que sería el anticipo del tanto minutos después, cuando el extremo remató de cabeza para superar a Raúl Heras. Un gol que condicionó a un Náxara que no tuvo más remedio que estirar sus líneas. Eso conllevó riesgos de que el Sanluqueño pudiera sentenciar la eliminatoria, pero por fortuna de los riojanos los sanluqueños no estuvieron finos. Por su parte, los blanquiazules apretaron y metieron a su adversario en campo ajeno en aras de un empate que les diera el pase. Una vaselina de Javi Martínez fue la ocasión más claro, después hubo asedio, pero sin encontrar el remate. Aun así, gran eliminatoria de los najerinos que se quedan en el camino.