Aunque en toda España sólo el 26,9 por ciento de los radares fijos están situados en puntos negros, son Cantabria (87,5 por ciento), Baleares (75 por ciento), Canarias (68,7 por ciento) y Madrid (61,7 por ciento) las comunidades que cuentan con más radares coincidentes con puntos negros. El resto de regiones se sitúan por debajo del umbral mínimo requerido para la cobertura de puntos negros. Especialmente sangrante es la situación en comunidades como La Rioja, donde ningún radar coincide con un punto negro o en Aragón, donde sólo el 8,3 por ciento se encuentran situados en tramos conflictivos; todo ello según datos extraídos de un informe de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
En toda España hay instalados 516 radares fijos, pero sólo 139 de ellos están situados en alguno de los 802 puntos negros registrados en la Red de Carreteras del Estado, lo cual significa que sólo el 26,9 por ciento de estos aparatos se encuentran en lugares donde se hace especialmente necesaria la prevención de accidentes.
En la región madrileña existen 182 puntos negros, y para vigilarlos están destinados 21 de los 38 radares fijos que existen en la Comunidad. Por tanto, solamente el 38,3 por ciento de los radares están en vías seguras para los conductores, frente al 61,7 por ciento, que cubren las zonas más peligrosas.
Del resto de comunidades autónomas son Canarias y Baleares las que han experimentado las mayores reducciones en puntos negros y los más importantes incrementos de la coincidencia con los radares. Sin embargo, por provincias sólo siete de las 42 analizadas tienen más de un 50 por ciento de coincidencia. En concreto, son Cádiz (50 por ciento), Sevilla (65,2 por ciento), Las Palmas (58,3 por ciento), Tenerife (100 por ciento), Santander (87,5 por ciento), Baleares (75 por ciento) y Madrid (61,7 por ciento).
Sin embargo, otras comunidades registran situaciones especialmente llamativas; como es el caso de La Rioja, donde ningún radar coincide con un punto negro. O el de Aragón, con una coincidencia del 8,3 por ciento. Castilla La Mancha y Extremadura registran un porcentaje del 10 por ciento. Les siguen Castilla y León (11,8 por ciento), Murcia (12,5 por ciento) y Galicia (14 por ciento).
HAY MÁS PUNTOS NEGROS
“No obstante, el número de puntos negros se ha incrementado un 7,1 por ciento, contabilizando 53 más que el año anterior”, según apunta la asociación. El aumento se ha producido “a pesar de las costosas medidas adoptadas por la DGT”, que ha invertido más de 50 millones de euros a su Plan de Radares. La AEA defiende ahora que este proyecto es “ineficaz”.
La mayoría de puntos negros se encuentran sobre todo en carreteras convencionales (el 58,4 por ciento) y en las autovías (el 34,9 por ciento). Por su parte, son muy poco significativos las zonas conflictivas localizadas en autopistas de peaje (sólo el 0,4 por ciento) y autopistas libres (el 5,9 por ciento).
La DGT define un punto negro como “aquel emplazamiento perteneciente a una calzada de una red de carreteras en el que durante un año natural se hayan detectado tres o más accidentes con víctimas, con una separación máxima entre uno y otro de cien metros”.
Con estos datos, en estos lugares el 7,1 por ciento se debe a colisiones, el 18,1 por ciento a atropellos, el 6 por ciento a salidas de vía y el 22 por ciento a otras razones. Sin embargo, se han reducido un 23,2 por ciento los siniestros por vuelco.
El año pasado se produjeron 3.289 accidentes con víctimas en los 802 puntos negros de toda España, con un balance de 134 muertos y 5.269 heridos. Esto supone un incremento del 6,5 por ciento en el número de siniestros con respecto a 2006, cuando hubo 5.398 víctimas, con lo que se redujo el número de muertos en un 21,6 por ciento, según datos de la DGT, recogidos en el informe de AEA.