En la actualidad, hay más de 199 millones de mujeres viviendo con diabetes, y se calcula que este total aumentará hasta los 313 millones para 2040. Carolina (nombre ficticio) es una de ellas. Tiene 41 y desde hace 12 años es diabética. Padece diabetes tipo 1. Existen dos tipos principales de diabetes, 1 y 2 y ambos hacen que los niveles de azúcar sean más elevados que lo normal.
La diabetes Tipo 1 (antiguamente denominada diabetes insulino-dependiente o diabetes juvenil) se manifiesta cuando el páncreas pierde su capacidad de producir la hormona insulina. Con la diabetes tipo 1 el mismo sistema inmune de la persona ataca y destruye las células del páncreas que producen insulina. Una vez que esas células son destruidas, nunca más volverán a producir insulina.
Aunque nadie conoce con certeza las causas de la diabetes, los científicos piensan que tiene algo que ver con los genes aunque no sea una razón determinante como en el caso de Carolina. Y además, la diabetes tipo 1 no puede prevenirse y tampoco existe una manera práctica de predecir quién la adquirirá. Y, una vez contraída, esta enfermedad no desaparece y requiere un tratamiento de por vida.
“No tengo ningún antecedente familiar”, cuenta Carolina a Rioja2. “Un día empecé a encontrarme mal, tenía mucha sed y adelgacé mucho”. Tras acudir al médico de cabecera, éste le derivó al endocrino porque “tenía los niveles de azúcar por las nubes”. Ahí Carolina supo que padecía diabetes tipo 1. Desde entonces se controla el azúcar cuatro veces al día y “cada seis u ocho meses voy a revisiones con el doctor Alejando Cámara”.
En el Día Mundial de la Diabetes, este 14 de noviembre se ha puesto el acento en las mujeres porque, la diabetes es la novena causa principal de muerte entre mujeres en todo el mundo y, de hecho, causa 2,1 millones de muertes al año. Fruto de las condiciones socioeconómicas, las niñas y las mujeres con diabetes se enfrentan a barreras en el acceso a una prevención costo efectiva, detección temprana, diagnóstico, tratamiento y atención, en especial en países en desarrollo.
Si eres mujer tienes un riesgo adicional de padecer diabetes
Las desigualdades socioeconómicas exponen a las mujeres a los principales factores de riesgo de la diabetes, los cuales incluyen una dieta y nutrición pobres, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo perjudicial del alcohol.
No es el caso de Carolina. “Llevo una vida prácticamente normal eso sí, controlando la alimentación y practicando deporte”. De hecho, estas son las recomendaciones básicas de los expertos. Y, la diesta mediterránea, se perfila como la más adecuada. Está demostrado que la dieta mediterránea es la que mejor combate la obesidad a largo plazo y mejorar la diabetes optimizando el metabolismo de los carbohidratos.
Pero además, los expertos recomiendan aumentar el consumo de fruta insoluble para mejorar la diabetes. Y es que el cuidado de la flora intestinal y las modificaciones saludables en la composición de su microbiota han demostrado disminuir la resistencia a la insulina y favorecer el control de la glucemia.
Asimismo, los expertos recomiendan a los diabéticos realizar un mínimo de 5 comidas al día en cantidades y composición nutricional adecuadas porque, de esta forma, se regulan los picos de glucemia e insulina, mantener saciado y a la vez controlado metabólicamente al paciente diabético.
Y cómo no, una recomendación para diabéticos y para los que no lo son. La realización de ejercicio físico es un factor clave para las personas con diabetes porque les ayuda a mejorar el control de la enfermedad y a prevenir complicaciones. De hecho, se calcula que los pacientes de diabetes tipo 1 y 2 deben realizar un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física moderada o vigorosa.