Matías Antolín, presenta en Logroño su libro sobre José Tomás

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Comenzó el Ciclo de conferencias taurinas de la Peña “El Quite” en el Centro Cultural de Ibercaja, sito en la Calle Portales a cargo de D. Matías Antolín, periodista y escritor de prolongada trayectoria hablando de diferentes temáticas como ETA, el asesinato de los marqueses de Urquijo, de fútbol, política y de su obsesión máxima, José Tomás. La presentación corrió a cargo de D. Alejandro Lerena y D. Francisco Cañamero, periodista y crítico taurino de Aplausos y El Ancla de Salamanca.

Nos vino a presentar su libro sobre el diestro madrileño José Tomás , torero de silencio.

Hizo una larga exposición de la tauromaquia desde los principios hasta hoy siempre con el mismo objetivo, intentar la comparación de diestros antiguos y modernos con José Tomás, llegando a la conclusión que no se le puede comparar con nadie porque único, pero que si con alguien se puede hacer es con Manuel Benítez “El Cordobés” por lo que el diestro significó en la época de Franco y lo que Tomás significa en la actual, la revolución del toreo, salvando la distancia temporal. Se le parece no en el concepto de torear ni en las formas sino en que ambos se han hecho a sí mismos y sus actuaciones podían llegar a colapsar los medios de comunicación. Históricamente siempre la crítica ha querido hacer parejas entre las figuras como por ejemplo Joselito y Belmonte, Manolete y Arruza, Ordoñez y Dominguín pero está en el dilema que con quien emparejas a José Tomás ya que nadie le puede hacer competencia.

“Cuando se abre el toril y notas como te suben las pulsaciones, parece que el corazón se te sale. Y luego, sólo tú con el toro. Se produce un momento mágico en que te olvidas de todo porque estás dispuesto a todo incluso a morir.” José Tomás.

“Paso miedo, y pienso que una de las cosas por las que soy torero es por sentir la sensaciones de la responsabilidad y el miedo. Nunca he podido fingir delante del toro.” José Tomás.

Dijo que el gran “culpable” de todo fue su abuelo Celestino que le pinchaba los balones para que no jugara al fútbol sino que toreara y siempre le llevaba a los toros a Madrid cuando había corrida. Él admira a Manolete, Paco Camino y “El Viti” aunque su tauromaquia no está basada en ninguno de ellos, porque su arte traspasa los límites de lo racional. El arte es José Tomás.