Mel Gibson presenta 'Al límite'

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Ocho años después Mel Gibson regresa al cine como actor con Al límite, un thriller de acción, basado en una miniserie británica de los años 80, dirigida por Martin Campbell. En esta cinta Gibson da vida a Thomas Craven, un agente de la policía de Boston, que tras el asesinato de su hija, se toma la justicia por su mano. Venganza y acción se entremezclan en este filme, en el que también se hace una crítica al lado oscuro que esconden algunas multinacionales.

El actor, ligeramente afectado por el 'jet lag', ofreció una rueda de prensa en Madrid, acompañado por el productor de la cinta, Graham King (Infiltrados, Diamantes de sangre).

Hacía ocho años que el actor no se ponía delante de las cámaras. “Después de treinta años haciendo lo mismo me sentía trasnochado”, afirmó Gibson, explicando que hace siete años decidió “dejar” la actuación por una “crisis de ideas”. Aunque entre dirigir y actuar, dijo que ser actor “es un respiro”, “pero dirigir me llena mucho más”.

El protagonista de la saga Arma letal o Mad Max y director de La pasión de Cristo, Apocalypto o Braveheart (de la que también fue protagonista) presenta ahora Al límite, un thriller en el que se entremezclan la política y los grandes negocios.

Gibson es Thomas Craven, un veterano detective de homicidios del distrito de policía de Boston y un padre viudo, que ve cómo su hija es asesinada en las escaleras de su casa. Todo el mundo supone que él era el objetivo. Pero pronto descubrirá lo contrario. Ray Winstone, Danny Huston, Bojana Novakovic y Shawn Roberts, completan el reparto. El guionista Andrew Bovell ha reducido a dos horas la serie de seis, escrita por Troy Kennedy Martin.

COMO LAS TRAGEDIAS DEL SIGLO XVII

El guión y que Campbell dirigiera el filme fueron los detonantes para que Gibson quisiera volver a actuar en una producción que, según opinó, tiene “tintes de las tragedias inglesas del siglo XVII”. El actor se encargó de hacer “más creíble” esta historia, que fue actualizada y que en lugar de centrarse en el plutonio y las armas nucleares va más allá.

“Hay tres cosas que uno espera cuando hace una película: hacer un trabajo que entretenga y sea válido para el espectador; educar con lo que cuentas; y elevar la mentalidad del espectador”, enumeró el actor, cuya única intención a la hora de actuar es la de “ser un contador de cuentos y hacerlo bien”. “No me estaba aburriendo de dirigir”, subrayó el actor, quien durante la rueda de prensa estuvo dibujando en una hoja en blanco.

Galardonado con el Oscar por su trabajo en Braveheart (Mejor Director y Mejor Película), Gibson recordó que estos galardones, de los que mañana se dan a conocer los finalistas de este año, son “un juego”. “Es un ejercicio de márketing y, a veces, una obra de arte que merece ser vista lo consigue gracias a los Oscar”, opinó.

Sobre el entramado de Hollywood, el también productor y guionista señaló que la cosecha de títulos en 2009 ha sido “muy buena”, pero reconoció que en Los Ángeles “no se está haciendo nada ahora”. “Es muy caro trabajar allí”, explicó un cineasta que está rodando en México una película carcelaria.

TECNOLOGÍA DIGITAL

Consideró como “una necesidad, hacer películas pequeñas atractivas y no demasiado caras”. “El sistema está cambiando. En los 80, los 90 y a principios del 2000 se hacían películas grandes. Ahora hay que ser más creativo para hacer películas con menos ventajas”, detalló un director que a partir de ahora utilizará tecnología digital porque “es algo apasionante”.

Aunque se siente “bastante en forma” para moverse bien, Gibson, que también tiene un proyecto bajo la dirección de Jodie Foster, no aseguró que vaya a seguir haciendo papeles de acción. Sí habló de su próxima película como director, una “historia atractiva sobre mitos nórdicos”. “Nunca he visto una película buena de vikingos”, justificó para adentrarse en esta aventura, prevista para 2011.

Respecto a si la rodara en nórdico antiguo, Gibson dijo que es el idioma “precursor” del inglés y le parece “interesante”. “Para mí es eficaz y da mayor realidad utilizar el idioma original aunque esté en desuso”, dijo un director que ha rodado en arameo y maya. “No me gusta ver películas dobladas aunque reconozco que en España, Francia o Alemania hay profesionales que hacen de forma excelente su trabajo”, concluyó.