Merkel busca este domingo su segundo mandato

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Los alemanes acuden a las urnas con una única duda por despejar, qué partido acompañará a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel en su segundo mandato. Aunque Merkel ha dejado claro durante toda la campaña que prefiere una alianza con el Partido Liberal Demócrata (FDP), lo cierto es que podría verse obligada a reeditar la “gran coalición” con el Partido Social Demócrata (SPD) si su resultado es peor del que apuntan las encuestas.

Hace cinco años, Merkel tuvo que aceptar con resignación una coalición con su principal rival, el SPD, después de que pese a que todos los sondeos vaticinaran una amplia victoria de la CDU y su facción hermana bávara la Unión Cristiano Social (CSU) junto con el FDP, finalmente el partido conservador se impusiera sólo por un punto a los socialdemócratas y quedara muy lejos de contar con la mayoría para gobernar sin ellos.

Ahora, la canciller quiere evitar a toda costa esta alianza incómoda y sellar una coalición con su aliado tradicional, el FDP, que ha dejado claro su respaldo a la CDU. No obstante, la pérdida de apoyo en los últimos sondeos, principalmente a raíz del debate televisado entre Merkel y el líder del SPD y ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, hace planear la sombra de un nuevo fracaso para la CDU.

Según el último sondeo publicado ayer viernes, la CDU/CSU contaría con el 33% de los votos, mientras que el FDP obtendría el 14%, lo que dejaría a ambos con un 47% de los votos, a tres puntos de la mayoría. Por su parte, el SPD contaría con el 25% del respaldo, mientras que los Verdes --su socio tradicional de coalición-- se situarían en el 10% y el partido La Izquierda, integrado por antiguos socialdemócratas y algunos ex comunistas de la RDA, llegaría al 12%.

Así las cosas, una eventual coalición de los tres partidos de izquierda obtendría el 47% de los votos, pero esta opción ha sido rotundamente descartada por el SPD, que no ve posible gobernar con el partido que dirige Oskar Lafontaine, veterano político del SPD que fue incluso ministro de Finanzas con el canciller Gerhard Schroeder.

Los alemanes parecen tener claro que su opción favorita es una coalición 'negro-amarillo' (los colores que identifican a la CDU y al FDP), según la encuesta 'online' realizada por el diario 'Die Welt'. El 44% de las más de 34.000 opiniones expresadas defienden una coalición entre CDU y FDP, mientras que la segunda opción más votada, con un 19% sería una alianza entre SPD, Verdes y La Izquierda.

En cuanto a las otras dos opciones que barajan los dos grandes partidos alemanes para hacerse con la cancillería, la llamada 'coalición Jamaica' compuesta por el partido de Merkel (negro), el FDP (amarillo) y los Verdes, y la 'coalición semáforo' integrada por SPD (rojo), FDP y Verdes, la primera recibe el 4% del respaldo y la segunda el 5%.

CAMPAÑA ELECTORAL

La campaña electoral ha sido una campaña sin ideas, según coinciden muchos analistas, quizá por el hecho de que la reelección de Merkel se daba desde el principio prácticamente por segura y eso que la canciller se ha caracterizado en todo este tiempo por su timidez y en los últimos años ha perdido su imagen de gran líder internacional que se forjó en los primeros años en la cancillería.

La derrota electoral sufrida por la CDU en las elecciones en los estados de Thuringia, Sarre y Sajonia a principios de mes, provocó una agria polémica en el seno de la tradicional alianza entre este partido y sus hermanos bávaros, que criticaron el bajo perfil de la canciller y le pidieron un cambio en la campaña. El líder de la CSU, el ex ministro Horst Seehofer llegó incluso a expresar sus dudas sobre los puntos en común con el FDP.

Lo cierto es que la canciller no ha estado particularmente activa en la campaña y que tampoco su partido ha sido capaz de mostrar de forma clara la sintonía y los beneficios para el país de una alianza con el FPD que dirige Guido Westerwelle. En un reciente artículo, el semanario 'Der Spiegel' resaltaba que en la campaña de 2005 Merkel y Westerwelle se mostraron muy activos y entre ellos había entonces una buena relación.

Sin embargo, señalaba el semanario, Westerwelle se sintió “personalmente insultado” por la 'traición' de Merkel al formar coalición con el SPD y desde entonces la desconfianza entre los dos partidos ha aumentado.

Pero pese a todo, Westerwelle, que aspira a convertirse en el próximo ministro de Exteriores, ha anunciado a bombo y platillo su respaldo a una coalición con Merkel y dejado muy claro que no gobernaría con el SPD. “Si hubiera querido gobernar (con el SPD y los Verdes), entonces ya lo habría hecho”, señaló en referencia a los comicios de 2005, cuando recibió una invitación en este sentido que rechazó.

LOS PROBLEMAS DE STEINMEIER

Las cosas tampoco han sido fáciles para Steinmeier. El ministro de Exteriores es el candidato de un partido en horas bajas que ha perdido en los últimos años a buena parte de su electorado, primero atraído por los Verdes, y más recientemente por La Izquierda, que integran en parte antiguos miembros del SPD.

La falta de respaldo entre los electores, además, sitúa a Steinmeier con pocas opciones, por no decir prácticamente ninguna, de hacerse con la cancillería, puesto que su única posibilidad pasa por una coalición con los Verdes y el FDP, que éste último ha rechazado por activa y por pasiva, aunque en el SPD su presidente, Franz Muentefering, no tira la toalla e insiste en que hay que luchar hasta el final.

Así pues, resulta complicado hacer campaña y presentarse como candidato a la cancillería cuando además, en el caso de Steinmeier, no es algo a lo que éste aspirara en su vida. Para este burócrata, de personalidad algo tímida y reservada como Merkel, la política le ha llegado un tanto de golpe, sin embargo, sus siete años como jefe de gabinete con Gerhard Schoeder le dan una experiencia para gobernar que ya quisieran otros muchos políticos.

Precisamente Schroeder ha sido otro de los obstáculos en su campaña. Su mentor se ha convertido en parte en su peor pesadilla, ya que muchos, tanto dentro como fuera del partido, se empeñan en compararle con él, y, evidentemente Steinmeier carece de la personalidad y el carisma que tenía el ex canciller. No obstante, con el paso de la campaña ha ido ganando en contundencia y sentimiento en su mensaje.

¿NUEVA GRAN COALICIÓN?

Ante este panorama, cada vez son más los analistas que apuntan a una segunda “gran coalición”, e incluso para algunos ésta sería una buena opción para el país, sumido en la crisis financiera y económica internacional. Lo cierto es que la gestión de la crisis ha sido lo que más ha unido a esta coalición, hasta el punto de que Merkel tiene en alta estima al ministro de Finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbruek, e incluso se ha rumoreado que le buscará un puesto en los organismos financieros internacionales si no está en el próximo gobierno.

Precisamente Steinbrueck ha sido de los pocos en el SPD que ha dejado abierta la puerta a una nueva alianza con la CDU. En una entrevista concedida a 'Die Welt' hace unas semanas reconoció que aunque la “gran coalición” debe ser “siempre una excepción”, esta opción “no está descartada”.

Así las cosas, la clave de lo que pueda ocurrir hoy parecen tenerla los indecisos. En las anteriores elecciones, un 14% de los alemanes no decidió su voto hasta el mismo día de las elecciones y en esta ocasión, según el sondeo de Forsa publicado ayer, todavía hay un 26% de indecisos, lo que podría decantar la balanza. Habrá que esperar pues a las 18:00, cuando cierren los colegios electorales y se conozcan los sondeos a pie de urna para tener las primeras respuestas.