17 años llevaban trabajando Zelia y Fernando en las mismas empresas en la que murieron en sendos accidentes laborales. Ellos son dos de los nombres y las historias que deja el peor año para la siniestralidad laboral en La Rioja. Catorce personas han perdido la vida en el trabajo en la comunidad autónoma, el doble que hace solo dos años, en 2021, cuando murieron siete personas trabajadoras. También son inferiores a este años los datos de 2022, con 11 víctimas; en 2020 hubo 7 y en 2019, 6.
Estos alarmantes datos son más que cifras. Detrás, hay familias rotas que, sin poder asimilar la muerte de su ser querido, luchan “para que nos haga recapacitar y que no haya muerto en balde”, dice Guillermo Ortega, el marido de Zelia. Esta murió a los 56 años el pasado 6 de septiembre en un accidente laboral en el Ecoparque de La Rioja.
A falta todavía del informe de Inspección de Trabajo y de otro forense que se realizó en Madrid que determine qué ocurrió, al parecer esta trabajadora, que era en encargada de planta, fue atropellada por una pala de recogida de residuos que realizaba una maniobra marcha atrás.
Los familiares más cercanos de Zelia alertan de los riesgos laborales en la planta, y es que tanto su marido como su hija han trabajado también en el Ecoparque. “No quiero culpar a nadie pero lo que le pasó a mi madre podría haberle pasado a cualquiera”, apunta su hija Jessica Magro Evaristo. “Los responsables de las empresas son las que deben decidir las normas de seguridad y mientras sus objetivos económicos prevalezcan por encima de las vidas humanas, esto seguirá pasando”, sentencia tajante el viudo de Zelia.
Guillermo Ortega alerta que unos meses después otro encargado sufrió un accidente grave en el Ecoparque y puntualiza que el Ecoparque pertenece al Gobierno de La Rioja, aunque esté gestionado por una empresa, todavía la misma que cuando murió Zelia.
También otra víctima del peor año para la siniestralidad laboral en La Rioja vio como los intereses económicos se imponían. La discoteca La Bella Época abrió en San Mateo, solo unos meses después de que Fernando muriera como consecuencia de las quemaduras provocadas por el incendio en esta discoteca en la que trabajaba como taquillero. “Estaba en malas condiciones y no tenía orden para la reapertura, así que lo denuncié a Inspección y lo clausuraron después de San Mateo”, asegura la mujer de trabajador fallecido el pasado 10 de abril, después de diez ingresado.
La familia de Fernando vio cómo tras una instrucción muy rápida se declaró accidente fortuito y, tras recurrirlo, ahora esperan a un informe de Inspección que podría reabrir el caso. “Sientes impotencia, que te abandonan. La indemnización no me va a devolver a mi marido pero me da rabia que vaya a seguir funcionando y pueda volver a pasar”, apunta Beatriz Lino, la viuda.
El sector Servicios es el que más muertes registró el año pasado, 5 de las 14. En el sector de la Construcción murieron cuatro personas en el trabajo y tres en trabajo agrícolas. En el sector de Industria, en el que trabajaba la mujer fallecida en el Ecoparque, se registraron dos muertes por accidente laboral. Por sexo, la mayoría de los accidentes laborales mortales fueron hombre, 11 de los 14 registrados en 2023.
Más de 12 accidentes laborales al día en La Rioja
La seguridad laboral es la asignatura pendiente de mercado laboral riojano. El 2023 deja los datos más alarmantes de siniestralidad laboral, con los peores datos de accidentes mortales: 14 personas perdieron la vida en el trabajo. Pero además, se registraron en La Rioja 4.277 accidentes laborales de enero a noviembre de 2023, la mayoría de ellos leves (4.229). Estos datos del Instituto de Estadística de La Rioja reflejan también 32 accidentes graves y 2 muy graves.
Aunque siguen cifras preocupantes, con más de 12 accidentes de media al día, los accidente leves se han reducido y han pasado de los 5.864 registrados en 2022 o a los 4.669 de 2021 a los 4.277 de este 2023 (a falta de los datos de diciembre que todavía no están registrados en la estadística). Pero, a pesar de esta disminución, La Rioja se mantiene como la segunda comunidad autónoma con mayor índice de siniestralidad laboral (3.475 accidentes por 100.000 trabajadores), solo por detrás de Navarra (3.795)
La mayoría de las víctimas de accidentes laborales son hombres, el 66%, pero sí hablamos de accidentes laborales mortales el porcentaje sube hasta el 78,5% y el 90,6% en el caso de los accidentes graves. Por tipo de lesión, la mayoría de los daños el año pasado fueron dislocaciones, esguinces y torceduras (1.519), heridas y lesiones superficiales (1.438) y conmociones y lesiones internas (692).
Concentraciones que urgen soluciones
Los sindicatos han empezado a reforzar las concentraciones bajo el lema “Sin vida no hay salario. ¡Basta ya! Los accidente pueden y deben prevenirse. Nadie puede morir trabajando”. Exigen más medios y más actuación inspectora para vigilar el cumplimiento estricto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
También reclaman al Gobierno de La Rioja que el Consejo Riojano de Seguridad y Salud haga un compromiso político-social y a la Inspección para que sean más estrictas las resoluciones de las inspecciones. En este sentido, y a pesar de los datos, el Consejo de Seguridad y Salud en el Trabajo, que reúne al Gobierno de La Rioja y a los agentes sociales, se reunió por primera vez en la legislatura el 23 de noviembre. En una segunda reunión, el 13 de diciembre, se sentaron las bases para Plan de Actuaciones en Seguridad Laboral para 2024, del que a punto de finalizar el primer mes del año y con un accidente laboral mortal registrado este año, todavía no se ha conocido el primer borrador.
Mientras, las familias de las víctimas mortales del peor año para la siniestralidad laboral en La Rioja piden visibilidad: “Se muere una persona en el trabajo y no se vuelve a hablar más. Falta mucha concienciación en la sociedad”.