El que fuera apoderado y socio de Bellomonte ha relatado hoy, en el juicio en el que se le acusa al exconsejero de Hacienda, Juan José Muñoz, de tráfico de influencias, estafa y blanqueo de capitales que “había un socio que se ocupaba de todo y no había problemas” en referencia al propio Muñoz.
Hoy se está celebrando la cuarta sesión del juicio por el que Muñoz está acusado de tutelar la creación de Empresa Fotovoltaica Riojana, SA (Emfrisa), para la construcción de parques fotovoltaicos ocultando su presencia por incompatibilidad de su cargo.
La sesión ha comenzado con la testifical del que fuera apoderado de la empresa de Lérida que entabló conversaciones con los otros dos acusados, los empresarios A.G.R y A.G.C, para la compra del parque solar de Torremontalbo.
Ha relatado cómo se reunió con el primero de éstos, en una cafetería céntrica de Logroño, y como “el aval era un problema” el empresario se levantó, se acercó a la barra, habló con Muñoz, volvió y dijo: “Ya está todo arreglado”.
“Había un problema, que yo desconocía, y es que no le aceptaban los avales en Industria, y ahí es donde el señor Muñoz le hizo el favor”, ha explicado.
Así, A.G.R, acusado en esta causa de actuar en nombre de Muñoz, indicó a este testigo, según su testimonio: “el señor Muñoz se va a ocupar de que esto se arregle”. “Y así ocurrió, en un par de días estaban los avales y las licencias”, ha señalado.
El apoderado de Bellomonte ha contado cómo contactó con el acusado A.G.C porque buscaban comprar licencias y construir parques fotovoltaicos.
En un principio estaban interesados en un proyecto de microalgas para general biodiesel, pero también quisieron saber si había platas solares.
Sus intenciones en La Rioja les llevaron a reuniones con el entonces consejero de Industria, Javier Erro, la Agencia de Desarrollo Económico y unos inversores alemanes.
Tenían, ha dicho, “financiación de los bancos, que les pareció una inversión buena”. En este punto, A.G.C ofreció les comprar el cincuenta por ciento de Emfrisa porque “ya tenían los permisos” y, en un principio, Bellomonte aceptó.
Existía un problema con el aval, porque partía de un seguro, y sin el aval no podía haber licencia. Era el “problema” del parque de Torremontalbo.
“Sin los avales no se podía construir”, ha dicho. En este punto, A.G.R dijo “que Muñoz lo iba a arreglar todo” y “fue muy rápido todo, de la noche a la mañana había permisos”.
Mientras tanto, ha apuntado que, en una visita al parque, los socios alemanes preguntaron cómo se iba a poder construir si aún no había licencia, y A.G.R dijo: “La Rioja is different”.