El tenista español Rafael Nadal se convirtió en el primer semifinalista del torneo de Miami, segundo Master Series de la temporada, después de derrotar a James Blake en tres apasionantes sets por 3-6, 6-3 y 6-1.
Nadal, que supera así el resultado del pasado año en Cayo Vizcaíno, en el que cayó en cuartos ante Novak Djokovic, espera ya rival, en la antesala de la final, del enfrentamiento entre el checo Thomas Berdych y el ruso Igor Andreev.
El balear lo hizo además mostrando su mejor versión, la de luchador indomable, y le ganó el pulso psicológico a Blake en el tercer y definitivo set. Una manga marcada por el resultado del tercer juego, en el que Nadal consumó una rotura decisiva en su sexta bola de 'break' después de levantar y devolver un 'smash' de Blake.
El de Florida había levantado un 0-40 y había salvado otras dos boleas de 'break', una de ellas después de que la bola tocara en la cinta, pero no encontró la forma de ganar su servicio. Finalmente lo cedió y el partido se le terminó escapando porque perdió la fe.
Blake se entregó, perdió precisión y otros dos servicios para terminar claudicando por 6-1. Una final impropio del americano, que había rayado a un gran nivel durante todo el partido y que le impide luchar por los títulos importantes.
REMONTADA
Desde el principio Blake fue ese jugador que tanto le complica los partidos a Nadal, aunque el español le haya ganado las dos últimas veces. Un tenista agresivo al resto, que no gusta de puntos largos y que arriesga quizá en exceso. Mientras la bola le entró a Blake fue impenetrable para Nadal porque además acertó con su única pelota de 'break' del primer set para apuntárselo por 6-3.
En el segundo set, el tenista local bajó su rendimiento y Nadal, en cambio, empezó a ascender peldaños, gracias a una derecha agresiva y que buscaba las líneas. No obstante le costó arrebatarle un servicio al americano, pero lo terminó haciendo en el octavo juego. La rotura le permitió sacar para empatar el partido y Nadal cumplió.
Y en el tercero, un grandísimo Nadal terminó desesperando a Blake y apuntándose un triunfo de mérito, que confirma la mejoría en su juego y le convierte en máximo aspirante al título en Miami, donde nunca ha ganado y siempre con permiso del suizo Roger Federer.