Uno de cada cinco niños en edad escolar se salta el desayuno (uno de cada tres en el instituto). Existen diversas campañas orientadas a fomentar el hábito de hacer un buen desayuno en la población infantil, pero, según los datos de un nuevo trabajo firmado por investigadores de la Universidad de Yale, no todo vale a la hora de dar a los niños la primera comida del día.
Según Marlene Schwartz, directora del Centro de Nutrición de dicha universidad y coordinadora del trabajo, “los profesionales sanitarios necesitan hacer algo más que animar a los niños a desayunar, el contenido de esa comida es importante”.
El equipo de Schwartz analizó 161 cereales de desayuno de las principales marcas comercializadas en Estados Unidos y comparó su contenido en función de que fueran específicas para niños o bien se comercializaran para dultos. Según observaron, los cereales de los niños tienen más calorías, sodio, hidratos de carbono y azúcar, y bastantes menos proteínas y fibra. Además, indican que la mayoría de los cereales para niños (el 66 por ciento) incumplían las recomendaciones nutricionales de los expertos sobre alimentación.
“En otras palabras, los cereales infantiles tienen muchos de los nutrientes que uno no quiere y pocos de los que sí son buenow”, afirma la investigadora.
El trabajo también analizó las marcas que publicitan sus cereales infantiles como bajos en azúcar y grasas. No hubo diferencias calóricas entre éstos y los cereales estándar. “Los consumidores dan por hecho que los cereales con menos grasa o azúcar ayudarán a los niños a limitar la cantidad de calorías que ingieren, pero no es así”, añade.