Dos puntos más. Ya son 30. Impensable durante el primer tercio liguero. Pero ahí está el BM Logroño, cuarto, igualado con Granollers, y mirando a 4 puntos a Ademar León, que vio como Puerto Sagunto le arañó un empate. Es decir, que se afianza en la zona noble después de ganar 'in extremis' en Guadalajara y superar con cierta solvencia a Anaitasuna, 34-28. Ni las bajas de Garabaya ni Juan Castro, limitado a apariciones esporádicas, mermaron a un equipo entonado y con la tensión suficiente para mantener este ritmo hasta que concluya la temporada. Temía Jota González que su equipo aguantara el físico y lo hizo con creces porque agotó a su oponente.
En defensa, durante la segunda mitad, se dio un impulso más. Los bloqueos aumentaron y los robos se prodigaron. La portería, con un gran Krupa, resultó básica. Desde atrás, como casi siempre. Se ganó por seis goles pero sin los errores en las superioridades y si esos fallos en el lanzamiento en seis metros, los riojanos habrían vencido con suficiencia a un contrincante que en cuanto se vio con el marcador en contra, con tres y cuatro goles abajo, se desquició un poco. Tanto que la cabeza no iba a la velocidad que debía, lo cual facilitó la labor de los franjivinos que no desperdiciaron la oportunidad.
Los extremos Ángel Fernández y Muñoz lideraron la faceta goleadora, pero Garciandia fue una amenaza real desde los 9 metros, pero es que Kusan -utilizado sólo en ataque- apuntilló a los navarros por el centro. También Kukic que le dio el 'tempo' que requería cada momento. Circular, penetrar, pausa, velocidad, movimiento. Paredes ayudó porque dosificó a un Del Arco, más centrado en defender junto a Miguel Sánchez-Migallón, que de asumir protagonismo en ataque. Es decir, el colectivo participó para que este BM Logroño confirme que se quiere repetir en Europa.
Velocidad. Con esa consigna el BM Logroño salió dispuesto a noquear al Anaitasuna. No quería especular con el balón, el mínimo de pases posible y a mirar portería. Jota apostaba por aprovechar los cambios ataque-defensa de los navarros para pillarlos desprevenidos. Situación que no dio demasiado rédito a los locales en el marcador porque Oswaldo, primero, y después Nantes eran capaces de desarmar la defensa franjivina en la que no estuvo Garabaya –no se vistió por una sobrecarga muscular en el adductor-.
Por lo tanto, con equilibrio constante, los riojanos debían buscar otra alternativa. Del Arco y Miguel Sánchez-Migallón se dedicaban a defender, mientras que Paredes y Kusan eran los recambios en ataque. El equilibrio en el marcador, 2-3, 6-6, 9-10, constataba que la vuelta de tuerca había que darla en defensa. Por ello, el BM Logroño puso empeño en frenar las acometidas de los de Juanto Apezetxea. Parcial de 3-0 con dos goles de Ángel Fernández que daban un respiro, 12-10 (minuto 18).
Pero Anaitasuna, en la rueda de cambios, mantenía el orden para sumar. Lo conseguía conectando con el pivote. Es lo que tiene contar con la amenaza exterior de Nantes, entre otros, el cual protagonizaba la mayoría de las acciones ofensivas de los suyos. El contragolpe funcionaba en los locales que cogían la directa 15-11. Pero un parcial de 0-3, unido a algunas decisiones arbitrales volvían a meter en el partido a los navarros, que alcanzaban el descanso con 17-16. Otro día más para olvidar esos minutos finales de la primera mitad.
MEJORÍA EN LA DEFENSA
Anaitasuna buscaba un punto de inflexión. Lo buscó en la portería con Norlander por Sergey, pese a su 32%. El sueco se lució, pero resultó insuficiente para su equipo. En este sentido, dos exclusiones seguidas -más allá de los errores en el tiro- propiciaron que el 21-17 fuera posible siete minutos después de la reanudación. Ángel Fernández y Muñoz contragolpeaban con acierto para que Juanto Apezetxea tuviera que gastar sus tiempos muertos. El primero le sirvió para recortar hasta el 23-20. El segundo, con 27-21, sólo demoró el triunfo porque tras el 28-25 con 8 minutos para la conclusión el BM Logroño hizo los deberes.
Entre medias, la defensa riojana había subido su intensidad. Del Arco bloqueaba y metía manos para desquiciar a Dias Mata y a Nantes, que ya no tenía la misma facilidad para anotar que en la primera mitad. El único recurso que le quedaba al cuadro navarro era el extremo Etxeberria que animaba a los suyos. Pero Anaitasuna arriesgaba en su defensa, Oswaldo y Dias Mata adelantaban su posición y el BM Logroño, en cuanto podía, conectaba bien con Kusan bien con los extremos para romper el duelo.
Pese a esas dudas con el 28-25, Garciandia resolvía para el 30-26 que, unido a la exclusión de Ceretta por realizar mal un cambio, permitió un final tranquilo para los franjivinos que saborearon un triunfo, 34-28 -después del postrero gol de Montoro-, trabajado en el que todos contribuyeron a dirigir al equipo hasta esos 30 puntos.
Ahora toca descansar, ya que la competición no se reanuda hasta dentro de dos semanas, será ante Teucro.
FICHA TÉCNICA
BM Logroño: Krupa (p), Muñoz (8, 1p), Garciandia (5), Kukic (3), Del Arco (1), Ángel Fernández (7) y Miguel Sánchez-Migallón (2p), siete inicial, Kusan (6), Paredes (1), Castro, Aginagalde (p) y Montoro (1).
Helvetia Anaitasuna: Sergey (p), Etxeberria (6), Oswaldo (4), Dias Mota (1), Nantes (9, 2p), Goñi y Ugarte (3), siete inicial, Bazán (2), Martínez, Elustondo (2), Barricart, Ceretta (1), Aguirrezabalaga y Nordlander (p).
Marcador cada 5 minutos: 4-4, 6-6, 9-9, 12-10, 15-13, 17-16 (descanso), 19-16, 22-19, 27-21, 28-23, 30-26 y 34-28 (final).
Árbitros: David Monjo Ortega y Miguel Martín Soria Fabián. Excluyeron a los visitantes Dias Mota (min. 20), Ugarte (min. 32), Bazán (min. 34) y Ceretta (mins. 47 y 57).
Incidencias: 1.800 espectadores en el Palacio de los Deportes.