El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía falla a favor de un empleado que empujó a su jefe hasta hacerle perder el equilibrio y luego le lanzó patadas de kárate, aunque lo le alcanzó porque sus compañeros lo contuvieron.
El tribunal considera un atenuante que el agresor intuyera que iba a ser despedido. Eso, a pesar de que también profirió amenazas: “Me da igual ir a la cárcel, te perseguiré e iré a tu casa a hacer justicia”. Los hechos, que se añadieron después a la carta de despido original, son los que el Tribunal entiende que pueden ser sancionados por el empresario, pero no con el despido.