Los trabajadores y trabajadoras de las planta de Plaza Chica en Alfaro y Cervera quieren respuestas ante la incertidumbre en la que están sus puestos de trabajo tras la operación policial por fraude alimentario. Hoy se han concentrado a las puertas de las fábricas para reclamar claridad a la empresa.
Las 130 personas trabajadoras, entre las 80 de Alfaro y los 50 de Alfaro, piden el mantenimiento de todos los puestos de trabajo y el cobro de los salarios, así como los atrasos de 2022 y 2023 correspondientes a la adaptación al nuevo convenio y que en algunos casos llegan a los 1.800 euros.
Estaba previsto el pago el 15 de diciembre pero un amplio dispositivo policial se desplegó en las plantas el día 13, deteniendo a cuatro personas por fraude alimentario. Mientras la empresa asegura que no podían pagar al tener las cuentas bloqueadas, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Calahorra aclaró que el bloqueo permitirá sin necesidad de autorización expresa el pago de las nóminas, los ingresos de Seguridad Social y el pago a proveedores.
La escasa comunicación que la plantilla ha tenido hasta ahora con los responsables de Plaza Chica se centró en este jueves, cuando notificaron su intención de solicitar un ERTE por causa económicas del que todavía no conocen detalles y que iniciará próximamente la fase negociadora.
“El ERTE nos parece bien como mecanismo provisional mientras solucionan sus problemas con la justicia siempre que nos garanticen que se van a mantener los puestos de trabajo”, advierte el portavoz de UGT, Carlos Alfaro. “No queremos gastar nuestro subsidio de paro para después terminar en un extinción de contratos, si hay que cerrar la empresa queremos saberlo”, apunta Alfaro.
También han solicitado una reunión con el Gobierno de La Rioja para que medie en este conflicto salarial y también a la Fiscalía para que medie con los Juzgados de Instrucción nº de Calahorra y lograr desactivar las cuentas para el pago a las personas trabajadoras.
La plantilla de Plaza Chica también alerta del perjuicio que puede suponer para la zona la pérdida se 130 puestos de trabajo, especialmente en Cervera, muy afectada por la despoblación, donde la conservera empleaba a 50 personas, la mayoría de la zona.