La Rioja estrena el uso de asfaltos semicalientes en el refuerzo de firme de la LR-123 entre Grávalos y Villarroya para reducir emisiones en obras públicas. En concreto este nuevo asfalto se utilizará en un tramo de ocho kilómetros en un tramo de la LR-123 entre Grávalos y Villaroya. La actuación cuenta con un partida de 1,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 6 meses.
Así lo ha contado el consejero de Política Local, Infraestructuras y Lucha contra la Despoblación, Daniel Osés, quien también ha asegurado que estas “mezclas asfálticas semicalientes tienen el objetivo de ahorrar energía y reducir la huella de carbono en las obras públicas”. Con esta novedad, se pretende cumplir con los objetivos medioambientales previstos por la ONU y la Unión Europea. Daniel Osés, acompañado de la directora general de Infraestructuras, Gema Álvarez, ha explicado los detalles más importantes de esta actuación a los alcaldes de Grávalos y Villarroya, Emiliano Muñoz y Salvador Pérez.
En este sentido, ha informado a los regidores municipales de que la obra va a consistir en la renovación del firme de esta carretera que es “fundamental para la Comunidad, puesto que vertebra toda La Rioja Baja, conectando Navarra y la comarca de Arnedo con la de Cervera del Río Alhama”.
Además de la mejora del drenaje mediante limpieza de cunetas, obras de fábrica y caños, se procederá a renovar toda la señalización, tanto vertical como horizontal, adecuándola a la norma actual, lo que redundará en una mejora significativa de la seguridad vial. Asimismo, se adaptará todo el balizamiento de la vía. Este proyecto saldrá próximamente a licitación por un importe de 1,8 millones de euros, y tendrá un plazo de ejecución de seis meses.
El Gobierno de La Rioja ha decidido actuar en este tramo de ocho kilómetros de carretera, entre los puntos 26+000 y 34+000, de características fundamentalmente rurales, ante el deterioro avanzado del firme, muy agrietado y con zonas que necesitan de una actuación urgente, según el informe de los técnicos de Carreteras.
En este sentido, se ha adoptado como solución el fresado entre arcenes de 5 centímetros de la capa de aglomerado actual, siendo sustituida por nuevas mezclas bituminosas. Sobre esta renovación se extenderá una capa de rodadura de otros 5 centímetros para darle mayor capacidad portante a la carretera.
Durante la realización de los trabajos, será necesario proceder al corte parcial del tramo afectado, y se limitará la velocidad de circulación por la zona de actuación de las obras a 60 Km/h, reduciéndose a 40 Km/h en los puntos en los que se estén efectuando los trabajos.