Se dedican menos de seis segundos a leer un currículum

Rioja2

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Los reclutadores dedican cada vez menos tiempo a leer un currículo. Debes aprender a cautivarlos en segundos, en concreto seis, los que les basta para determinar si les interesa o no. Convencerles de que eres lo que necesitan en un espacio de tiempo tan corto es difícil, pero no imposible. Conviene recordar que, frente a la versión clásica del currículo, los videos y las redes sociales son una carta de presentación cada vez más eficaz, según publica el diario Expansión.

Es importante transmitir claramente lo que estás buscando y lo que puedes ofrecer a la empresa. Elabora para ello un documento coherente y resalta aquellos aspectos de tu vida laboral que mejor te definen.

Alfredo Santos, director general de búsqueda y selección de Hudson, explica que “existen muchas investigaciones acerca de cuánto tiempo dedican los seleccionadores a leer un currículo. Las últimas lo sitúan en seis segundos. Otras son más optimistas y hablan de más tiempo, pero en cualquier caso unos segundos son suficientes para decidir si un candidato continúa en el proceso de selección. Por ejemplo, un archivo que no sea concreto, que esté desorganizado y que ocupe más de dos hojas no pasaría el primer filtro”.

Según Mariano Cañas, director de ventas y márketing de Experis, los profesionales deben tener en cuenta que “este documento es una herramienta de venta, como la puerta para conseguir una entrevista de trabajo”. Las nuevas tecnologías y las diferentes fórmulas de reclutamiento han provocado que esta presentación se pueda hacer no sólo a través del currículo tradicional. Existe un amplio abanico de plataformas. Hoy, las redes sociales mixtas -como Twitter-, profesionales -como LinkedIn-, o un simple vídeo en el que te presentes, también sirven para ponerse en contacto con los seleccionadores.

Cada uno de estos formatos exige requisitos propios para superar la barrera de los seis segundos, pero lo que en ningún caso se permitirá serán las incoherencias en las fechas, las faltas de ortografía o un discurso desordenado. Cuanto más fácil sea de entender el mensaje, mejor. En todos debe aparecer de forma clara tu nombre y tu contacto. Incluir la edad es opcional, pero “no es un dato crítico”, apunta el experto de Hudson.

Tradicional

A pesar de la influencia de las nuevas herramientas, el formato clásico sigue siendo el más requerido durante las primeras fases de los procesos de selección. En estos casos, después del nombre y el contacto, debes incluir una breve descripción en la que expliques quién eres como profesional. Es una oferta de valor en la que has de responder a preguntas como qué sabes, para qué sirves y en qué puedes ayudar a la compañía en la que te gustaría trabajar. Deben ser aspectos reales y no quedarse en temas poco concretos como, por ejemplo, “sé trabajar en equipo y tengo iniciativa”. Aunque si quieres destacar esas cualidades, debes mencionar algún proyecto en el que éstas resultaban cruciales y en el que las pusiste en práctica.

Después, el seleccionador se fijará en tu experiencia. Si tienes una gran trayectoria y crees que tu currículo se extenderá a más de dos páginas, selecciona aquellas funciones que consideras relevantes para el puesto al que aspiras. Tiene que quedar claro el cargo que has ocupado en cada trabajo, a quién reportabas, de qué te responsabilizabas y cuáles fueron tus logros.

En el apartado de la formación debes destacar aquélla que sea de mayor nivel. Por ejemplo, cuando los reclutadores buscan candidatos para cubrir un puesto de mando intermedio se interesan, sobre todo, por la titulación universitaria, el máster y en qué centro se estudiaron. No hace falta que pongas una retahíla de cursos específicos que has ido haciendo a lo largo de tu carrera. Sólo debes incluir aquellos relacionados con el puesto al que deseas acceder.

Esos son los apartados más relevantes, pero eso no significa que puedas descuidar otros, como los conocimientos informáticos, idiomas y actividades de interés. Éstos hacen que el seleccionador perfeccione la imagen que tiene de ti.

Es crucial que los profesionales sepan en qué son buenos y lo destaquen. Para ello, hay que resaltar las palabras clave e incluir en la primera página los aspectos más importantes de la carrera de cada uno”, apunta Salvador Sicart, director de Hays Response España.

Redes sociales

No es ningún secreto que las empresas consultan los perfiles que los candidatos tienen en las redes sociales. En plataformas profesionales, como LinkedIn, los seleccionadores tienen en cuenta los mismos parámetros que en la versión tradicional del currículo, ya que el esquema es parecido. No obstante, los reclutadores valoran aquí algo más: el tiempo que has podido dedicar a construir tu perfil digital. Cuida las fotografías, incluye enlaces a publicaciones que hayas realizado o a proyectos en los que hayas participado, sé proactivo en foros, cuida los contactos y asegúrate de que éstos también son activos en la red social. “En estos casos no importa que el currículo sea extenso, pero siempre dentro de un orden”, señala el responsable de Hays Response.

Las recomendaciones también juegan un papel esencial. Por eso, debes seleccionar aquellos proyectos que de verdad han sido importantes para ti y conviene pedir a sus responsables que te definan brevemente.

También es crucial que actualices tu perfil de forma periódica. Da muy mala imagen entrar en la página de alguien que apenas muestra actividad. Eso se aprecia en menos de un minuto y puede hacer que el aspirante pierda una oportunidad.

El resto de redes sociales como Facebook o Twitter se orientan más al ocio y al ámbito personal. Sin embargo, también puedes plasmar tu vida laboral en ellos. Aunque los expertos se muestran escépticos con la plataforma de Mark Zuckerberg, puedes crearte una página profesional en esta red para construirte un perfil digital relacionado con tu vida laboral. En ella debes cuidar las imágenes y los enlaces que compartas. Si prefieres utilizar Twitter, es importante que te relaciones con profesionales de tu sector y aportes ideas nuevas en tus comentarios. De todos modos, es bueno que en ambas redes incluyas un enlace que redireccione al reclutador a una web más profesional, como LinkedIn.

Videocurrículo

Hace unos años el videocurrículo era una tendencia. En él, el candidato debía realizar un discurso convincente en el que resumiera su trayectoria. Ahora su uso ha disminuido y se suele reservar, sobre todo, para puestos en los que sean imprescindibles ciertas competencias, como la capacidad comunicativa. El vídeo no debe durar más de un minuto o un minuto y medio, y los reclutadores dan tanta importancia al mensaje como al lenguaje no verbal y al lugar de la grabación. Por eso, debes elegir un espacio neutro y que no suponga muchas distracciones.

Opciones más creativas

Sea cual sea el formato en el que decidas realizar tu currículo, existe un esquema estandarizado que hay que seguir: Nombre, contacto, experiencia, formación y otros datos de interés son los apartados básicos que todo profesional debe completar. Sin embargo, hay sectores que permiten una mayor flexibilidad y en los que los reclutadores aprecian el 'toque diferente' que puedan aportar los aspirantes a su currículo. Es el caso de ocupaciones más creativas como diseñadores o publicistas. Estos expertos tendrán un punto a su favor si se lanzan a la piscina y realizan un currículo que se salga de la estética tradicional, ya que es una forma de demostrar su creatividad. Por ejemplo, es posible combinar varios colores, incluir una tipografía diferente a las más clásicas -hay que asegurarse de que es legible de un primer vistazo- o incluir varias fotografías. Pero se debe estudiar cómo se va a realizar, ya que se corre el riesgo de que el currículo quede muy recargado. Si se hace bien, se podrá conquistar al reclutador en esos seis segundos que le sirven para determinar si le interesa un candidato. Mariano Cañas, director de ventas y márketing de Experis, pone como ejemplo la propuesta que le envió un aspirante con la que presentaba su currículo en forma de juego. Cada vez que se pasaba una pantalla, explicaba una etapa de su vida laboral. “Como en todo, se debe tener en cuenta quién es el receptor, es decir, hay que valorar a quién se va a enviar ese currículo. Por ejemplo, una firma tradicional posiblemente no busque documentos con ese estilo”, añade Cañas. También se debe cuidar el tamaño del archivo. Si se envía uno muy pesado que no se pueda cargar rápido, el reclutador ni se molestará en abrirlo.