La inquietud y la positividad son dos de las principales virtudes que definen a Sheyla Guttiérrez. Esta joven logroñesa (Varea, 1994) ha sido una de las mujeres que más lejos ha llevado el nombre de La Rioja. De China a Puerto Rico, de América a Europa... Y siempre sobre dos ruedas.
Su pasión por el ciclismo nació siendo una niña. Toda su familia estaba relacionada con este deporte y ha tenido bicis en casa desde que le alcanza la memoria. Fueron sus tíos los que comenzaron a llevarla a la Escuela de Ciclismo de Logroño y, aunque su madre se empeñaba en que probara otros deportes, lo suyo siempre fue la bicicleta.
El deporte profesional fue llegando de la forma más natural. Con apenas 17 años consiguió el sexto puesto en el Campeonato Mundial en Ruta 2011. Un año después fue campeona de España. Debutó como profesional en 2013 y, en su primera carrera, la Vuelta a Costa Rica, consiguió la 15ª posición, a pesar de sufrir un desfallecimiento en una de las etapas. Ese mismo año ganó el Cameponato de España en Ruta sub-23 y la Copa de España. También en pista ha alcanzado inmensos logros, consiguiendo la medalla de plata en el Campeonato de España de Persecución.
Se ha repuesto de caídas, ataques de asma e incluso accidentes de tráfico. Un atropello en Logroñó amenazó con truncar su carrera en 2018. Las secuelas le han acompañado durante mucho tiempo. Pero el ciclismo siempre ha sido su principal motiviación. Cuando se le pregunta por sus referentes, lo tiene claro. Lejos de todos los focos, la persona que siempre le ha motivado ha sido su tía Begoña.
Ilustración: Alberto Ruiz de Mendoza
Sheyla Gutierrez es de las que piensa que siempre hay que mirar hacia arriba y “no ponernos límites”. Tiene claro que el ciclismo femenino ocupa un espacio importante en el mundo del deporte. En más de una ocasión ha dicho que, aunque en las carreras les apoya menos gente, los que hay son incondicionales. “El ciclismo femenino es muy entretenido, la gente que empieza a ver carreras se da cuenta de que hay que estar pendiente en todo momento porque siempre pueden suceder cosas. Gracias a esa diversión nos apoyan y tenemos más medios que otros deportes femeninos”.
La joven de Varea no busca sólo triunfos en el ciclismo. Ella es de las que pedalean para ser feliz, difrutando cada paso, de cada etapa, cada carrera. Prueba de ello es la eterna sonrisa que la caracteriza. Considera que lo importante es que haya carreras femeninas y vaya creciendo el nivel ya que sólo así las ciclistas lograrán ocupar el lugar que les corresponde.
*Espacio ofrecido por el Ayuntamiento de Logroño. Concejalía de Igualdad.