Tanto en Paraguay como en Colombia las Constituciones reconocen el derecho de asociación y sindicación, pero la realidad es otra. Muchos representantes sindicales son perseguidos y amenazados para que cesen su labor reivindicativa.
Este es el caso de Colombia, donde “apenas se notifica la creación de un sindicato, los miembros que lo conforman son despedidos automáticamente” denuncia Miryam Luz Triana, secretaria de finanzas de la Confederación General del Trabajo (CGT), durante las jornadas de sensibilización organizadas por la organización de trabajadores SOTERMUN. “La solidaridad no es sólo dar dinero, también implica salvar las barreras del individualismo y unirnos para exigir a los dirigentes que cumplan los Derechos Humanos” añade.
Respecto al peligro que supone ejercer la actividad sindical en Colombia, Alberto Guzmán, presidente general de la CGT, comenta que en el país los líderes sindicales reciben amenazas y a veces se atenta contra sus vidas, y continúa: “Lo soportamos de la mejor manera porque luchar por unas mejores condiciones es una obligación que tenemos con nuestros hijos”.
Pedro Parra, secretario general de Relaciones Internacionales de la Central Nacional de Trabajadores (CNT), denuncia que tras sesenta años de dictadura militar y una transición marcada por la permanencia en el poder de la oligarquía, el cambio de dirección no se ha detectado hasta la llegada del presidente Fernando Lugo, que cumple un año de mandato con la oposición de la mayor parte del la Cámara de Representantes.
En ambos países se necesita con urgencia una reforma laboral y agraria. Antes de que estallara la crisis financiera internacional, la situación de los trabajadores en Paraguay y en Colombia era desesperada. La crisis sólo ha provocado que los empresarios encuentren una excusa para limitar aún más los derechos de los trabajadores.
Según la representante de CGT, la tasa de parados en Colombia alcanza los tres millones de personas y los desempleados sólo cuentan con la ayuda de las cajas de compensación que conceden un “minisubsidio durante 6 meses del 40% de la cesta de la compra”.
Paraguay tampoco cuenta con una compensación por desempleo, según Parra, ya que el Estado sólo contempla ayudas para el sector agrario en épocas de sequía o otros fenómenos que arruinen las cosechas. Para el representante sindical es muy preocupante el nivel de desocupación en los jóvenes que obliga a este segmento de la población a emigrar a países como España, Italia y Estados Unidos.
Manuel Zaguirre, presidente de SOTERMUN, considera que ante este panorama desolador, la obligación de la organización de trabajadores española es prestar ayuda a sus colegas, mediante orientación y formación a los representantes de sindicatos y uniéndose para exigir a los gobiernos “que no escatimen en ayudas a los más necesitados” y añade que no hay que olvidar que “hace menos de cincuenta años España tenía un perfil más africano que europeo” en referencia a la necesidad que tuvieron muchos ciudadanos españoles de buscar trabajo en otros países para poder mantener a sus familias. Lo que demuestra que “emigración e inmigración han sido los motores de enriquecimiento de España”.