En los últimos años ha aumentado significativamente la población joven con trastornos adictivos a los juegos de azar, sobre todo relacionado con las apuestas deportivas. “Sin embargo, desde el último año vemos cierta reducción de estas apuestas, aunque sigue siendo significativo, y hay un aumento de adicción a tragaperras y slots en bares”, advierte Alejandra Calle Cordón, psicóloga de ARJA, la Asociación Riojana de Jugadores de Azar en Rehabilitación.
Cambia el juego pero no la adicción y es que “el juego muta, una persona que empieza con una cosa, pero la necesidad de sentir esa satisfacción a través del juego hace que acceso a cualquier tipo”. De hecho, las cifras son alarmantes y cada vez son más las personas jóvenes con estas adicciones: el año pasado hasta estas fechas el 14% de las personas usuarias de ARJA tenían entre 16 y 25 años y este año ya son el 23%.
Esta asociación atiende a usuarios que a los 16 años que ya han desarrollado un trastorno adictivo y es que ahora todo es más rápido. “No desarrollas una adicción de la noche a la mañana, es un continuo, pero con el juego online es mucho más rápido que con las tragaperras. Estas funcionan moneda a moneda y hay que pasar mucho tiempo delante de una máquina, con las nuevos juegos puedes apostar grandes cantidades en un clic. En muy poco tiempo se apuesta la misma cantidad de dinero que antes en años”, explica la psicóloga. “Antes el perfil que llegaba a ARJA había desarrollado la adicción a lo largo de 6 o 7 años, ahora en seis meses una persona ya puede tener una conducta adictiva”.
Hay usuarios que han gastado miles de euros a través de micropagos en videojuegos
Aunque puede parecer que el juego online da más privacidad y facilidad de acceso continuo, el juego presencial sigue siendo el mayoritario para los usuarios de ARJA (39%), frente al juego online (13%). Y es que el acceso presencial es más sencillo porque no hay control: “la mayoría juega en bares a tragaperras y máquinas de apuestas de deportivas porque hay más facilidad”. En cuanto al juego online, Alejandra Calle advierte de otro factor de riesgo: las cajas botín en los videojuegos. “Se venden como sobres sorpresa de forma que pagas sin saber que te va a tocar y cada vez atendemos a más personas por adicción al juego de azar dentro de los videojuegos, que funcionan como una tragaperras”. Y añade la psicóloga: “Hay casos que han gastado miles de euros a través de micropagos en videojuegos. Que en los videojuegos encuentren esto favorece y normaliza que se juegue a juego de azar también fuera de ese marco”.
Y es que, para esta profesional, “el menor accede al juego porque se vende como un pasatiempo y una forma de ocio y, como además se hace a través del deporte, se percibe como algo normal y como ocio saludable”. Además, el problema es mayor porque ataca a la población vulnerable, puesto que las personas jóvenes todavía no han desarrollado la capacidad de autocontrol
La adicción al juego no se cura, se aprende a vivir con ello
La mayoría de los jóvenes que piden ayuda a esta asociación lo hacen a través de sus familias: “Notan que están ansiosos, irascibles, bajo de ánimo, aislados... Los primeros pensamientos de las familias es una posible adicción a las drogas y muchas veces lo que destapa la problemática es que empieza a faltar dinero en casa”. No obstante, ha crecido la concienciación social y ahora se pide ayuda antes: “tenemos casos que nos cuentan que se lo tuvieron que decir a sus familias porque no podían más”.
Después de llamar a la puerta de ARJA, empieza el camino hacia rehabilitación. Porque, como puntualiza la psicóloga, “no hablamos de curación de una adicción, sino de poder aprender a vivir con esta enfermedad”. El primer paso es la toa de conciencia, lo que resulta complicado en los usuarios que llegan arrastrados por sus familias e interfiere en la aceptación. ARJA trabaja a través de sesiones grupales semanales en función del tipo de usuario, con terapia específica también para las familias.
Tanto estas como la propia asociación, reivindican mayor control en el acceso de menores y de autoprohibidos en los salones de juego y en bares que tienen estas máquinas “porque hay salones en Logroño que permiten entrar”, denuncia. Alejandra Calle pone el acento en la importancia de la prevención en los centros escolares y en que la administración apueste por ello. Finalmente, hace un llamamiento claro: “Cualquiera que se plantee si tiene algún problema que contacte con nosotros, estamos para ayudar, no se van a sentir juzgados, es el primer paso para salir de una enfermedad que genera mucho sufrimiento a largo plazo”.