Arranca la primera experiencia del Aula de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en el centro de salud Joaquín Elizalde coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la EPOC mañana 16 de noviembre. Esta iniciativa surge de la Estrategia Global de Atención al Paciente Crónico en La Rioja y, más concretamente, de la estrategia específica para los pacientes con EPOC, presentada en octubre de 2015. A esta primera convocatoria, han acudido 20 pacientes, de los 338 que hay diagnosticados en el centro de salud Joaquín Elizalde.
En el primer Aula de Pacientes con EPOC, Carlos Ruiz, jefe de la sección de Neumología, ha informado sobre las características de la enfermedad y sus síntomas; Fernando Gallo, director de la Zona de Salud Joaquín Elizalde, se ha referido al valor que aporta la atención primaria al paciente con EPOC, y la responsable de Enfermería, Beatriz Porres, ha hablado sobre autocuidados. A esta primera toma de contacto, también han acudido la consejera de Salud, María Martín, y el Director de Área de Salud de La Rioja, Juan Ramón Rábade.
El desarrollo tecnológico alcanzado en el ámbito sanitario en La Rioja, con una historia clínica electrónica única compartida, permitió el diseño de una Estrategia de EPOC de las más avanzadas del Sistema Nacional de Salud. Uno de los objetivos generales de la Estrategia del Paciente con EPOC es la promoción y la mejora de la salud pulmonar de la población desarrollando actividades de prevención de la enfermedad y de promoción y de educación para la salud. Y uno de los objetivos específicos recogidos es formar a los pacientes para fomentar su autocuidado, así como estimular su participación en el control de su enfermedad y en la toma de decisiones sobre su tratamiento.
Con estas premisas, surge el Aula de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica de La Rioja para otorgar al paciente un papel activo en la gestión de su enfermedad. El Aula contempla varios escenarios y acciones: cursos y vídeos formativos relacionados, talleres prácticos.
Por otra parte, la sección de Neumología también ha programado para esta tarde, en el CIBIR, el curso “Técnicas e Interpretación de espirometrías”, dentro del programa de formación de Rioja Salud, haciéndolo coincidir con la celebración del Día Mundial de la EPOC, en el que se abordan cuestiones como el diagnóstico precoz de la EPOC y los fundamentos de la espirometría, entre otras.
Es importante destacar que, al tratarse de una enfermedad prevenible, generadora de alto grado de discapacidad, morbilidad y mortalidad, y habitualmente infradiagnosticada e infratratada, para conseguir la mejor atención y el más adecuado seguimiento de estos pacientes se han de tratar aspectos como la reducción de los factores de riesgo, evaluación multidimensional de la enfermedad, tratamiento de la EPOC estable, de las exacerbaciones y un manejo integral en las fases avanzadas de la enfermedad.
Con una prevalencia de 3.878 pacientes ya diagnosticados en La Rioja (391 casos en el último año) y con alrededor de 900 ingresos anuales, la EPOC ha sido una de las enfermedades crónicas priorizadas en la Estrategia de Crónicos de La Rioja. El objetivo final es mejorar la calidad asistencial centrada en el paciente y sus necesidades garantizando la continuidad asistencial.
Los síntomas
Es una enfermedad que afecta a los pulmones y a los bronquios, en los que se produce una obstrucción que dificulta el paso del aire y evoluciona de forma crónica. Se debe casi exclusivamente al humo del tabaco aunque hay otros factores, en menor medida, que pueden contribuir a su aparición como la exposición a la contaminación ambiental, la exposición ocupacional al polvo, a productos químicos.
Los principales síntomas de la EPOC son: tos, expectoración crónica e inicio paulatino de disnea (ahogo) hasta hacerse más intensa en los estadios más avanzados de la enfermedad.
Se trata de una enfermedad crónica y progresiva en el transcurso de los años y los tratamientos se orientan a frenar la progresión de la obstrucción bronquial, mejorar la calidad de vida y la supervivencia del paciente. Las actuales terapias han mejorado mucho el pronóstico. Y la primera medida es el abandono tabáquico. Con el hecho de dejar de fumar, en ocasiones se ha acabado con el problema; en los casos moderados y graves es preciso un tratamiento que asocia varios fármacos broncodilatadores y antiinflamatorios, aplicados mediante diferentes sistemas de inhalación. Si la enfermedad progresa y se instaura una insuficiencia respiratoria es preciso el uso de oxigenoterapia domiciliaria para prolongar la supervivencia.
Por todo ello, a los pacientes se les recomienda dejar de fumar. Es la principal y la primera medida para frenar la progresión de la enfermedad, así como el cumplimiento del tratamiento farmacológico. También es conveniente el ejercicio físico porque es el mejor instrumento de rehabilitación realizándolo con regularidad y con moderada intensidad, por ejemplo caminar. En cuanto a la dieta, se recomienda llevar a cabo una alimentación saludable y equilibrada que permita alcanzar un peso normal evitando el sobrepeso y la desnutrición que a veces se asocian a la enfermedad.