Este tipo de implantes están indicados en personas que no tienen ninguna audición o no pueden llevar audífono, aunque fundamentalmente se colocan en niños sordos. “Cuanto más pequeño es el paciente, mejor se adapta éste, llegando a alcanzarse una discriminación de la palabra en torno al cien por cien, con muy pequeñas limitaciones”, explica el también director del Instituto ORL Antolí-Candela. El implante coclear enviará sonidos e información del lenguaje directamente al nervio acústico mediante pequeños pulsos eléctricos.
La operación que ha llevado a cabo el Dr. Antolí-Candela no se podía realizar hasta hace muy poco tiempo, y únicamente se ha practicado dos veces en nuestro país (en Palma de Mallorca y en Valencia), debido fundamentalmente a que se trata de un procedimiento muy delicado. De hecho, la realizada por el jefe del Servicio de ORL del Grupo HM es la primera que se ha llevado a cabo en la Comunidad de Madrid. “Al tratarse de un niño tan pequeño, la falta de experiencia del médico puede traer consigo complicaciones tales como una parálisis facial, vértigos e incluso meningitis”, comenta.
La colocación de los aparatos externos se realizará alrededor de las cuatro semanas después de la cirugía, tras quitar los puntos de sutura y la normalización de la inflamación. Un audiólogo u otro especialista clínico entrenado programará los componentes externos del aparato para que los sonidos sean cómodos.
Es crucial actuar con prontitud para tener el diagnóstico precoz de la pérdida de oído de un niño, y la explicación de las opciones. Las investigaciones demuestran que una intervención precoz puede ser extremadamente importante para asegurar que el paciente recibe un beneficio pleno de las ayudas de audición o implante coclear.