El BM Logroño vuelve a las andadas. Después de tres victorias seguidas en Asobal y de buscar el imposible en la vuelta ante el Minsk, acepta de buen grado el haber sumado un punto ante Bada Huesca (28-28). Sin embargo, hay cosas que chirrían. Un equipo que, más o menos, tiene controlado el encuentro, con ventajas en los dos y tres goles a favor, no puede desquiciarse en ataque, acumular tantos errores y dejar escapar el triunfo. Pero esta versión, la errática, de los franjivinos permite incluso que su oponente crean en la victoria. De hecho, que lo tenga en su mano.
De no haber mediado Castro en un ataque inconexo, obligado por la escasez de segundos y de la fortuna de superar a Jorge Gómez -uno de los causantes del resurgir de los suyos en la recta final- la derrota hasta se habría aceptado por la falta de concreción de un BM Logroño sin lanzamiento exterior -1 gol entre Paredes, Garciandia, Montoro y Kukic-, insistente en desperdiciar hasta tres penaltis -Muñoz, Castro y Chiuffa- e irregular, en ocasiones, en su faceta defensiva. Por el otro lado, es de agradecer el corazón de un bloque apagado por las paradas de un excompañero -Jorgr Gómez acabó con un 41%-, esa habilidad, casi innata, de Ángel Fernández -capaz de marcar 12 goles casi sin despeinarse- o la bravura mostrada por Garabaya o Miguel Sánchez-Migallón. El caso es que las tablas ante Bada Huesca dejan a los franjivinos en la novena posición con 11 puntos en una zona tibia.
Cierta consistencia defensiva, la capacidad para correr y poder finalizar con un Ángel Fernández superlativo -6 goles al descanso- propició que el BM Logroño fuera siempre por delante en el marcador hasta el 23-24. Comenzó el duelo con más imprecisiones de las que las defensas generaban. En esa circunstancia, los franjivinos estuvieron más finos. Robaban y marcaban. Así es más fácil estirar el marcador. 5-2 a los siete minutos después de que el extremo cántabro superara en dos ocasiones consecutivas a Arguillas.
El buen escenario se rompió merced a un parcial de 0-3. Garciandia no estuvo fino en la toma de decisiones y varias pérdidas propiciaron que Huesca se volviera a meter en el encuentro en un visto y no visto, en apenas 50 segundos. Dos tantos a la contra de Carmona y uno de Marcelo dejaban el empate a cinco. Otra vez debía forzar la máquina el cuadro local. Lo hacía con un nuevo tanto de Ángel Fernández y con otro de Paredes –Del Arco no se vistió debido a unas molestias en la rodilla-. El 7-5 (12 minutos) permitía algo de tranquilidad a un BM Logroño al que le estaba costando circular con fluidez. Pese a ello, las diferencias favorables rondaban los tres tantos, 8-5 y 11-8.
Nolasco paró el choque y con un parcial de 0-2 recuperaba el ánimo de su equipo que se veía, otra vez en el encuentro. Desde ese momento, el Huesca metió un punto más de intensidad defensiva y los logroñeses lo acusaron. Además, los siete metros volvieron a ser un lastre. Tanto Muñoz como Castro fallaban y permitían creer a los oscenses. El caso es que los de Jota González estuvieron 6 minutos sin marcar. Teixeira dejaba un inquietante 13-12 a 20 segundos del descanso, pero Castro solventó la papeleta colocando el 14-12.
El paso por los vestuarios permitió un nuevo partido. Por de pronto, más ritmo y más goles. Aginagalde hacía la primera parada a los 8 minutos. Teixeira se estaba empezando a entonar. Mala señal. Los siete metros parecían casi una gran opción para las defensas porque Chiuffa la tiraba fuera y el capitán detenía un siete metros a Carmona. Las rentas se mantenía, 18-16 y 21-18 en el minuto 43.
Nolasco quería cambiar la inercia y puso en escena a Jorge Gómez. Decisión acertadísima. Los riojanos se bloquearon y tres paradas suyas sirvieron para dar la vuelta a la tortilla después de que Teixeira anotara dos penaltis seguidos para establecer el 23-24 con seis minutos por jugarse. Jota González sacó a Krupa, en aras de remediar lo que ya era difícil de corregir. Dio igual, el Bada Huesca estaba metido en la dinámica buena: apretaba en defensa y era agresivo en ataque.
El BM Logroño se había ido. Castro hacía la guerra por su cuenta, los laterales no tiraban, no había conexión con el pivote y no había la paciencia necesaria para mover el balón y buscar a los extremos. Pese a ello, Garabaya recuperaba el marcador favorable, 27-26 a falta de 4 minutos. Pero dos acciones positivas de Val obligaban a los franjivinos a ir a remolque. Atacando con siete la pelota le llegó a Ángel Fernández. Gol y 56 segundos por delante con empate a 27.
Tiempo muerto visitante para meditar su última posesión. Marcelo se iba hacia dentro para darle ventaja a Huesca con 18 segundos por jugarse. Ataque rápido y finaliza Miguel Sánchez-Migallón. Menos mal que hay falta. Escasos 10 segundos. La bola le llega a Castro, percute, se gira, aparecen miles de manos y consigue lanzar sorprendiendo a todos, incluido Jorge Gómez. 28-28. Ni hubo tiempo para sacar del medio. Un punto y gracias, pese a que la sensación que queda no es muy buena, sobre todo, si Jota González sale a rueda de prensa y vuelve a culparse de todo. Y el miércoles viaje hasta Puente Genil. Y el sábado viene el Ademar al Palacio. Y el siguiente miércoles se cierra la primera vuelta en Benidorm.
FICHA TÉCNICA
BM Logroño: Aginagalde (p), Ángel Fernández (12), Paredes (1), Kukic, Garciandia, Muñoz (3) y Garabaya (3), siete inicial, Miguel Sánchez-Migallón (1p), Montoro, Kusan (1), Castro (4), Chiuffa (3).
Bada Huesca: Arguillas (p), Oier, Teixeira (9, 3p), Carró (1), Mira, Carmona (4, 1p) y Bonanno, siete inicial, Marcelo (2), Cruz Junior (3, 1p), Val (6), Zungri (2), Ariño, Pérez.
Parciales cada 5 minutos: 3-2, 5-5, 8-6, 10-8, 13-11, 14-12 (descanso), 16-14, 19-17, 21-19, 23-22, 25-25 y 28-28 (final).
Árbitros: Alberto Ballano Dueñas y Alberto Rodríguez Rodríguez. Excluyeron al local Miguel Sánchez-Migallón (min. 44) y a los visitantes Carró (mins. 12 y 48), Mira (min. 25) y Marcelo (min. 28).
Incidencias: Un millar de espectadores en el Palacio de los Deportes de Logroño.