El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, mantendrá su negativa a aumentar las tropas españolas desplegadas en Afganistán en el marco de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) durante la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN en Bucarest, que empieza hoy, un encuentro internacional al que acudirá el jefe del Ejecutivo sin fijar encuentros 'formales' con su homólogo estadounidense, George W. Bush, ni con el resto de mandatarios con los que espera entrevistarse, entre los que destacan el presidente ruso, Vladimir Putin, y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon.
Según explicaron en rueda de prensa el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, y el secretario general de Política de Defensa (SEGENPOL), Luis Manuel Cuesta, el presidente del Gobierno defenderá ante los 26 países de la Alianza el rechazo a desplegar más militares en Afganistán, apoyándose en el argumento de que su Ejecutivo se encuentra actualmente en funciones y en el hecho de que un compromiso en este sentido debe contar con el visto bueno del nuevo ministro de Defensa, que todavía no ha sido nombrado.
Acompañado por los titulares de Exteriores y Defensa, Miguel Ángel Moratinos y José Antonio Alonso, Zapatero defenderá ante sus colegas de la OTAN la apuesta española por la reconstrucción, la ayuda humanitaria y la 'afganización' como vías para avanzar, junto con el compromiso de fuerzas militares, hacia el éxito en la misión de la OTAN en Afganistán.
El Ejecutivo español recordará ante sus aliados los compromisos de fuerzas e inversión ya materializados en Afganistán en 2007. Así, subrayará la importancia del despliegue de dos equipos de instructores para formar otros tantos batallones del Ejército Nacional Afgano en Herat, la inversión de 4,5 millones de euros para crear una nueva unidad del Ejército Afgano en Badghis y el envío de nuevos vehículos blindados y aviones espía.
Con respecto a la situación en Kosovo, los jefes de Estado y de Gobierno renovarán su apuesta por mantener las tropas de la OTAN desplegadas en el marco de la KFOR y los efectivos policiales destacados con MINUK, amparándose en la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. España, según explicaron León y Cuesta, no tiene previsto plantear modificaciones en el plan de operaciones de KFOR.
Otro de los grandes asuntos de la agenda de la Cumbre de Bucarest, a la que tienen previsto asistir el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, y el alto representante para la Política Exterior y la Seguridad Común, Javier Solana, será la propia ampliación de la Alianza Atlántica. La delegación española apoya el ingreso de Croacia, Albania y Macedonia, y cree posible una decisión aliada al respecto por acuerdo de la mayoría de los miembros pero también comprendería que no se adoptara por las reticencias de Grecia.
Sobre la incorporación de Serbia, Bosnia y Montenegro, la posición que plasmará Zapatero se basará en la defensa de un proceso de diálogo intensificado como paso previo al inicio de una futura fase de incorporación a la OTAN. La postura sobre la llegada de Ucrania y Georgia se caracteriza también por una apuesta similar, un diálogo intensificado, frente al apoyo total manifestado por Estados Unidos al ingreso de ambos países. La reticencia española en este caso se centra en que estima que la incorporación de Georgia podría convertir en cuestiones de la OTAN algunos de los conflictos internos georgianos.
Zapatero llegará a la capital rumana la tarde del miércoles, 2 de abril, para participar en la cena de jefes de Estado y de Gobierno que abrirá la Cumbre de la Alianza Atlántica en Bucarest. Este primer encuentro servirá para tratar en líneas generales algunos de los asuntos fundamentales que se debatirán durante los dos siguientes. El presidente regresará a España junto con el titular de Defensa, José Antonio Alonso, el jueves por la noche, tras participar en la reunión en la que los Aliados analizarán la participación en ISAF. Ese día al mediodía ofrecerá la única rueda de prensa inicialmente programada por la delegación gubernamental española.
Los Veintiséis abordarán el miércoles por la tarde en la cena que compartirán el rumbo de las operaciones en Afganistán y en Kosovo, así como la posible ampliación del organismo a nuevos miembros, además de las asociaciones estratégicas y cooperación entre la OTAN y terceros países.
En el caso de Afganistán, los jefes de Estado y de Gobierno tienen previsto dar luz verde a la estrategia a seguir en el país asiático en el próximo lustro y que deberá ratificar también el presidente afgano, Hamid Zarzai, presente en Bucarest, junto al secretario general de la ONU y representantes de la Unión Europea y del Banco Mundial. También habrá representación de países que aportan recursos la Fuerza Internacional de Asistencia a Afganistán (ISAF) que dirige la OTAN.
La nueva estrategia en el país deberá, por un lado, explicar a la opinión pública internacional la necesidad de que la OTAN mantenga su compromiso en el país centroasiático y, por otro, establecer objetivos, plazos y recursos para lograr estabilizar Afganistán. De hecho, varios países aliados, entre ellos Francia, tienen previsto anunciar nuevos compromisos con medios y efectivos para ISAF en la cita de Bucarest.
La OTAN reclamará a la UE que esté “más implicada” en las tareas de formación y adiestramiento de policías afganos y una mayor presencia de soldados afganos en el cuartel general de ISAF para garantizar su participación en la toma de decisiones y acciones de combate y más esfuerzos por parte del Ejecutivo de Kabul para luchar contra la corrupción en el país.
AMPLIACIÓN DE LA OTAN
Los jefes de Estado y de Gobierno deberán valorar los esfuerzos emprendidos por Croacia, la ex República Yugoslava de Macedonia y Albania, países candidatos a entrar en el organismo. Los 26 países deben dar su visto bueno a que se incorporen nuevos miembros a la Alianza. Sin embargo, la disputa que mantienen Grecia y la ex República Yugoslava de Macedonia --que quiere ingresar en la OTAN con el nombre de Macedonia, algo que rechaza Grecia por llevar el mismo nombre que la región ubicada en el noreste del país en la que nació Alejandro Magno-- puede acabar frustrando las aspiraciones de la ex República Yugoslava de Macedonia.
También deberán pronunciarse sobre la aspiraciones de Ucrania y Georgia de entrar en el organismo trasatlántico, cuyos Ejecutivos ya solicitaron formalmente a la OTAN entrar en el mismo. A pesar de que Estados Unidos se muestra a favor de su entrada, otros países aliados como España, Francia y Alemania consideran que su ingreso es prematuro, si bien no lo descartan en el futuro. La cuestión de fondo radica en el rechazo de Moscú a ver a estas dos ex repúblicas soviéticas dentro de la OTAN, aunque los aliados rechazan que ninguna agenda externa vaya a condicionar la futura ampliación de la Alianza Atlántica.
La OTAN ofrece a Serbia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro un diálogo intensificado, lo que permite cierta cooperación bilateral con el organismo trasatlántico. Georgia y Ucrania ya disfrutan de un diálogo intensificado, un estatuto previo a la candidatura formal a ingresar en la OTAN (MAP). El secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, ha manifestado que la estabilidad de la región de los Balcanes occidentales, en última instancia, pasa por su integración euroatlántica.