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El PSC se rompe, el PSOE se desangra
La dimisión de nueve dirigentes de la Ejecutiva del PSC de Girona, a la que se ha sumado el histórico Joaquim Nadal, refleja simplemente que el PSC está roto y que el PSOE se desangra por Cataluña.
El secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, es un gran negociador. Eso que se llama “inteligencia emocional” lo maneja como nadie. Pero, al final, los parches son sólo parches. Aunque se acuerden, se firmen y se voten.
Y la propuesta federalista que impulsó Rubalcaba era sólo eso, un parche. Al PSC no le valía ni ha cuajado en su discurso político en Cataluña. En las filas de las federaciones del PSOE causó más que malestar, y sólo se aprobó para que no se hundiera más el barco. Pero sin convencimiento.
Ahora, lo ocurrido en Girona, debería llevar a ambos partidos a replantearse sus respectivos futuros. El PSC está fragmentado, y el PSOE nunca volverá a gobernar en España sin Cataluña, que ha sido su mayor granero de votos -mucho más que Andalucía, en cuanto al diferencial con el PP-, por lo que ya no caben más parches.
Hay voces socialistas que llevan pidiendo desde hace tiempo que el PSOE se implante en Cataluña con sus propias siglas. De hecho, es algo que mantiene el expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara. Pero son muchos más los dirigentes territoriales que ven necesario romper con el PSC, un partido en el que no se reconocen, aunque esto suponga una larga travesía electoral en el desierto.
Es verdad que Pere Navarro ha hecho esfuerzos y su entendimiento con Rubalcaba es más que aceptable. Pero, el problema es que el primer secretario del PSC no controla su partido y ni manda, ni convence.
El PSOE tiene un problema más que serio y debería afrontarlo sin buscar apaños circunstanciales y pensando en un futuro a medio plazo de lo que el PSOE, de verdad, quiere ser y representar en Cataluña.
La tibieza nunca es buena consejera, y PSC y PSOE han querido parar un choque de trenes con una señal de “stop” a cada lado de la vía. Ya se la han llevado por delante y hasta ni la han visto los maquinistas. El dilema es qué se hace ahora.
A lo mejor, porque preveía todo esto, Carmen Chacón decidió poner tierra de por medio.
La dimisión de nueve dirigentes de la Ejecutiva del PSC de Girona, a la que se ha sumado el histórico Joaquim Nadal, refleja simplemente que el PSC está roto y que el PSOE se desangra por Cataluña.
El secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, es un gran negociador. Eso que se llama “inteligencia emocional” lo maneja como nadie. Pero, al final, los parches son sólo parches. Aunque se acuerden, se firmen y se voten.