Los vecinos de Butarque, un barrio del distrito de Villaverde al sur de Madrid, han perdido toda esperanza. Llevan 17 años esperando un centro de salud que no llega, a pesar de que la población de la zona no ha dejado de multiplicarse desde que se entregaran las llaves de las primeras viviendas allá por el 2005. Seis presidentes autonómicos han pasado por la Puerta del Sol sin que se haya puesto solución a que más de 20.000 vecinos carezcan de servicios públicos básicos, como es un centro de salud, en una zona caracterizada por una alta tasa de natalidad que llegó a superar el 20% de los nacimientos en Madrid.
2022 iba a ser el año en el que al fin se pusiera fin este periplo, pero de nuevo los habitantes de Butarque se han encontrado con una demora y nadie sabe explicarles cuándo empezarán unas obras que ya están licitadas, adjudicadas y que llegan con casi dos décadas de retraso. Todo coincide, además, con el caos sanitario que vive la Comunidad de Madrid desde la pandemia, que ha llevado a que los médicos de atención primaria lleven dos meses en huelga para exigir a la administración madrileña, presidida por Isabel Díaz Ayuso, unas condiciones dignas para la atención sanitaria.
“Se anunció que las obras empezarían el pasado julio, luego se solicitó un estudio arqueológico e iban a comenzar en noviembre, pero estamos en febrero y nada se sabe”, explica Antonio, vecino afectado de la zona que reconoce que los ánimos han decaído: “Lo seguimos viendo negro, a pesar de que hace unos meses veíamos ya la luz después de muchos años de promesas”.
Las primeras promociones de viviendas se construyeron entre 2002 y 2005, y en 2009, el Ayuntamiento de Madrid gobernado por Alberto Ruiz Gallardón cedió una parcela a la Comunidad de Madrid –sobre la que recaen las competencias– para construir un centro de salud que atendiera la demanda de un barrio que no dejaba de crecer en casas y en vecinos. 14 años después de aquella cesión de terreno público, sigue sin ponerse la primera piedra de una infraestructura que los afectados califican de “indispensable”.
Toda esa población que supera los 20.000 habitantes, más de 5.000 son menores de 14 años, se desplaza al centro de salud de Los Rosales, también en Villaverde, para ser atendidos por un médico de familia. Pero llegar no resulta nada sencillo: una grieta, las vías del tren, separan un barrio de otro, lo que hace más complicado su acceso. Antonio, que vive en la parte sur de Butarque, tarda unos 45 minutos en llegar al centro de salud. “En línea recta son dos o tres kilómetros desde la parte alta del barrio, el problema es que no se puede ir en línea recta porque pasa el tren que lo divide”, explica la portavoz de la Asociación de Vecinos. “Hay que rodear las vías y para los vecinos con problemas de movilidad es todo un problema”, señala Antonio.
Pero esta no es la peor parte de tener que desplazarse hasta los Rosales. Este ambulatorio ha tenido que absorber a todos los vecinos de Butarque, por lo que acaba atendiendo a 60.000 personas, una carga asistencial “inasumible”, reconocen los médicos de este centro de salud consultados por elDiario.es. La rotación de sanitarios es constante, explican los vecinos, porque muchos acaban pidiendo otros destinos ante una carga asistencial que les desborda. “Llevo empadronada desde 2005 en Butarque y he tenido ocho médicos de cabecera, así es imposible hacer un seguimiento”, lamenta la portavoz de la asociación vecinal. “Es vergonzoso que el centro de salud de Villaverde Bajo que tenga que soportar dos poblaciones”, incide Alba, una sanitaria hospitalaria vecina del barrio. “Lo increíble es que por un tiempo había sanitarios asignados al centro de salud de Butarque pero este nunca llegó”, explica Antonio.
Las retrasos han sido constantes al igual que las promesas. Durante el Gobierno de Cristina Cifuentes, el actual consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, anunció que las obras del nuevo centro de salud comenzarían a finales de 2018 o principios de 2019. “Pero en enero de 2019 nos dijeron que estimaban el inicio de las obras en el último trimestre del año”, en septiembre lo retrasaron al primer semestre de 2020 y así sucesivamente. “Luego llegó la pandemia y nos dijeron que había que esperar porque los recursos se tenían que destinar a otras cosas. Esas cosas han sido el Zendal, por tanto no es un tema de recursos sino de voluntad”, lamenta Alba.
Isabel Díaz Ayuso publicó en su cuenta de Twitter el 14 de febrero de 2020, una lista con 22 centros de salud que iban a iniciar su construcción, la gran mayoría viejas promesas que han acumulado años de retraso. Entre ellos estaba el de Butarque, pero dos años después no se ha empezado ni a construir. Ningún centro de esta lista ha sido aún inaugurado, según detalló El País. La mayoría están en la misma situación que el centro de salud de Butarque.
La Consejería de Sanidad responsabiliza al Gobierno de José Luis Martínez-Almeida de los retrasos. “Actualmente se está a la espera de que el Ayuntamiento de Madrid autorice una actuación sobre el arbolado que hay en esa zona”, explica un portavoz del departamento de Ruiz Escudero a preguntas de esta redacción. “Se prevé que arranquen las obras en las próximas semanas ya que la obra ya está licitada”, añade.
Pero los vecinos no acaban de creerse esta afirmación y llevan semanas organizando movilizaciones para reclamar que el centro de salud se construya tras casi dos décadas esperándolo. De hecho, la Asociación Vecinal Independiente de Butarque es la creadora de “La Pinocha”, una ninot gigante que representa a Ayuso con la nariz de pinocho y que ya es un símbolo en las protestas por la sanidad pública.
“Hemos creado La Pinocha y la llevamos a cada concentración por la sanidad en Villaverde, así como en las manifestaciones regionales”, explica la portavoz de la asociación. “Se ha convertido en una de las imágenes de la lucha contra los recortes de sanidad en la Comunidad de Madrid”, se enorgullece. “Es un reflejo de todo lo que nos han engañado todos los presidentes y consejeros los últimos años”, señala Antonio.
Carteles anunciando una construcción que nunca llega
En una de las últimas concentraciones, hace apenas dos semanas, los vecinos se encontraron con que la Comunidad de Madrid colgó un cartel en la parcela anunciando su inminente construcción. Junto al cartel de la administración regional, también estaba el de la constructora Seranco, la adjudicataria de las obras que a los pocos días desapareció. “La concentración se anunció el 22 de enero y el 23 instalaron los dos carteles. El domingo 29 fue la concentración y el 31 quitaron el de la constructora”, explica la portavoz de la asociación vecinal. “No sabemos cómo interpretarlo, pero no nos huele nada bien”, dice Antonio que se pone en lo peor.
La ninot 'La Pinocha', anuncian, estará este domingo en la manifestación por la sanidad pública convocada por las asociaciones vecinales cuando se cumplen más de dos meses de la huelga de los médicos y pediatras de Atención Primaria, que siguen sin lograr el acuerdo con el Ejecutivo regional que ha optado por el cerrazón y por no ampliar el presupuesto de sanidad para contratar más médicos.
“Seguiremos reclamando nuestro centro de salud pero también abogaremos por que no se desmantele la sanidad pública como está haciendo el Gobierno de Ayuso”, dice Alba, sanitaria y vecina de Butarque. Este centro de salud es un ejemplo más de la larga lista de promesas incumplidas por el PP en los barrios del sur de Madrid.