Alejandra Jacinto: “El reto que tenemos en Podemos es construir un frente amplio, también en Madrid”
Alejandra Jacinto (Madrid, 1989) dejó su puesto como abogada-activista por el derecho a la vivienda para dar el salto a la política autonómica en marzo, cuando se hizo pública su adhesión a la lista encabezada por Pablo Iglesias para las elecciones madrileñas del 4 de mayo. Con la salida del líder de Podemos y la llegada de una nueva dirección, Jacinto ha ido ganando protagonismo tanto en la Asamblea de Madrid –donde comparte la Portavocía con Carolina Alonso–, como en la ejecutiva nacional que encabeza Ione Belarra convirtiéndose en una de las caras más visibles.
Jacinto asegura que la era post Pablo Iglesias en Podemos “es más feminista y más coral”. La diputada regional de Unidas Podemos apuesta por la candidatura amplia que Yolanda Díaz quiere construir de cara a las próximas generales, y dice que las siglas no son importantes a la vez que defiende que debe replicarse la fórmula también en las elecciones autonómicas de 2023 con Más Madrid, para lo que considera que su perfil “puede ser un pegamento para que se consiga un frente” en la región. Resta importancia a la ausencia de Belarra e Irene Montero en el acto de Valencia y asegura que Podemos estaba representado por Díaz: “Es nuestra candidata”.
En marzo, tomó la decisión de unirse a la lista encabezada por Pablo Iglesias para concurrir a las elecciones autonómicas del 4 de mayo. Con la marcha de Iglesias y la llegada de Ione Belarra a la dirección nacional, usted ha ido ganando protagonismo en Podemos. Es una de los cuatro coportavoces nacionales y también comparte la Portavocía con Carolina Alonso en la Asamblea de Madrid. ¿Qué balance hace de estos meses en política?
Es un balance positivo, pero la situación que tenemos en la Comunidad de Madrid me entristece profundamente. En la Asamblea no se debaten propuestas políticas, lo que hay es una suerte de insultos y exabruptos que impiden hacer política y lo que yo tenía en mente: debatir, hablar y hacer propuestas concretas que necesitan los madrileños y madrileñas. En cualquier caso, en Unidas Podemos creo que estamos haciendo una oposición firme, contundente y valiente. Estamos poniendo encima de la mesa los temas que realmente preocupan y lo estamos haciendo de la mano de los colectivos sociales. Todas nuestras enmiendas a los Presupuestos, las 1.655, han sido redactadas de la mano de los colectivos sociales y las asociaciones vecinales y eso hay que ponerlo en valor.
¿Cómo es el Podemos post-Pablo Iglesias?
No conozco el Podemos pre [Pablo Iglesias], pero creo que ahora hay un Podemos mucho más coral, mucho más feminista. El hecho de que yo esté ocupando puestos de portavoz compartida demuestran que se está poniendo en el centro otra forma de hacer las cosas, apostando por la coralidad y, sobre todo, por la cooperación más allá de la competitividad que se haya podido generar en otros momentos. Ione Belarra es una gran secretaria general que se está dejando la piel por conseguir llevar al Consejo de Ministros, dentro de sus competencias, buenas iniciativas, como pueden ser la Ley de Familias, la Ley de Protección a la Infancia o la Ley de Vivienda, por supuesto... Y en ese sentido creo que estamos en un momento diferente, en un momento más cooperativo y más feminista.
Cada vez interviene más en los plenos de la Asamblea de Madrid. ¿Va a seguir aumentando su protagonismo en el Parlamento regional hasta el punto de convertirse en la única portavoz del grupo?
Somos portavoces ambas, tanto Carolina [Alonso] como yo. El hecho de hacerlo de forma repartida también es una muestra de que la política se puede hacer de otra manera, de forma cooperativa. Nos está funcionando bien porque además somos perfiles bastante complementarios: yo tengo una trayectoria que viene de la sociedad civil, de los movimientos sociales, y eso complementa muy bien a un perfil quizá más de partido, que es el que puede representar Carolina Alonso.
Queda tan solo año y medio para las elecciones autonómicas, ¿se ve como candidata a las elecciones de 2023?
No es importante quién vaya a encabezar la lista. Lo importante es el reto que tenemos por delante de construir, al igual que se está haciendo a nivel estatal, un frente amplio de mayorías sociales progresistas, que no solo sea capaz de unir a los partidos que estamos ahora, como podemos ser Unidas Podemos o Más Madrid, sino que pueda ensanchar ese espacio e incorporar nuevas personas de la sociedad civil que están fuera de la política parlamentaria y que podrían aportar mucho siguiendo la misma estela de Agustín [Moreno], Serigne [Mbayé] y yo misma en las elecciones del pasado 4 de mayo. Ese es el reto. Quién encabece ese proyecto es lo de menos. Ir por separado y no ser capaces de ensanchar ese espacio no nos va a hacer ganar en 2023.
Unidas Podemos es el grupo más minoritario de la Asamblea de Madrid pero el que más enmiendas ha presentado a los presupuestos, más de 1.600. Ninguna prosperará por el acuerdo de PP y Vox de rechazar todas las propuestas de la izquierda antes incluso de leerlas. ¿Les deja eso algún margen como oposición?
Es cierto que tenemos un margen pequeño, pero porque lo que se está imponiendo es una forma de hacer política absolutamente sectaria, en la que se demuestra que al Partido Popular y a Vox les sobra la Asamblea de Madrid y, en definitiva, la democracia. En ese sentido, siendo cierto que nos deja poco margen de maniobra, los madrileños y madrileñas están tomando buena nota de cuál es la forma de gobernar de la señora Ayuso, que se basa principalmente en ganar una guerra interna en el PP.
¿Apoyarían ustedes propuestas que vinieran de Vox o negociarían alguna ley con Ayuso?
Lo que siempre tiene que estar por delante es la mejora y la consecución de políticas públicas para Madrid. En ese sentido, si nosotras llevamos políticas sensatas o VOX lleva políticas sensatas no tendría que ser un problema. El problema es que ellos nunca presentan iniciativas que reflejen las necesidades de la ciudadanía, sino que están en el marco de dar una batalla cultural que consiste en cercenar derechos y libertades, como vimos con la ley de “desigualdad” que llevaron a la Cámara.
Precisamente el PP impidió este jueves con su abstención que la propuesta de Vox que pretendía derogar leyes LGTBI no prosperase y en el acuerdo de presupuestos la formación de extrema derecha ha renunciado a muchos de sus postulados. ¿Hay que preocuparse menos de la influencia de la extrema derecha en la política?
Hay que preocuparse y mucho. El hecho de que el PP se abstuviera en un debate de esas características, en el que se ponen en tela de juicio los derechos humanos, los derechos civiles y las libertades, y se pone sobre la mesa la posibilidad de retroceder 50 años y asemejarnos a países como Polonia, como Hungría, es una postura política que debe preocuparnos. Mantener la equidistancia cuando se plantea un retroceso tan mayúsculo es un problema en sí mismo. La señora Ayuso está siendo arrastrada por la ultraderecha. Y lo hace porque tiene la necesidad de demostrar que si ella quiere puede llegar a ser más hooligan aún que Monasterio. Y eso es un mensaje para Pablo Casado.
Ha hablado de los insultos que últimamente recibe la oposición de la presidenta de la Comunidad de Madrid. De usted ha dicho en varias ocasiones que es una 'abogada fracasada'. ¿Cómo vive esos ataques?
Esas formas solo ponen de manifiesto que la política de la señora Ayuso hace aguas. Al final, en los tribunales, muchas veces se le acaba ganando. El mejor ejemplo fue tumbarle la venta de la vivienda pública de la Comunidad de Madrid, que ahora tienen la obligación de revertir. Lo que ella entiende como fracaso son precisamente éxitos de los madrileños y madrileñas.
En ese sentido, este jueves lanzamos un mensaje de advertencia de que en política no todo vale y haber incluido hechos falsos en una denuncia penal como la del Zendal puede ser constitutivo de un delito de denuncia falsa y estamos estudiando interponer acciones judiciales Ella puede considerarme lo que quiera, pero no vamos a dejar de dar la batalla judicial para deshacer en los tribunales las infamias que haga a nivel parlamentario.
Usted es la portavoz de Vivienda en la dirección estatal de Podemos. ¿Qué le parece que Unidas Podemos retirase su firma de la Ley de Vivienda de los colectivos sociales para facilitar el acuerdo con el PSOE?
Es importante enmarcar la retirada de la firma en el hecho de que ya hay un acuerdo de Gobierno con el anteproyecto de Ley de Vivienda, que previsiblemente se llevará al Consejo de Ministros antes de que acabe el año. No es importante quién capitalice la iniciativa de los colectivos sociales, lo importante es conseguir una Ley de Vivienda cuanto antes y que sea lo más garantista posible. Para eso hay que incorporar la mayoría de las propuestas que están en la ley de los colectivos sociales al texto que tiene ya consensuado el Gobierno y mejorarlo en el trámite de enmiendas. No es tan relevante quién firma la iniciativa de los colectivos, porque es una cuestión meramente formal. Podemos retiró la firma, pero votó a favor.
Desde la PAH han sido críticos con esa decisión. ¿Cómo se lo ha explicado a sus ex compañeros de militancia?, ¿comprende los reproches de los colectivos sociales?
Estoy hablando con bastantes de ellos estos días. Les estoy explicando que si se trata de conseguir una ley de vivienda, y que sea lo más garantista posible, no podemos arriesgarnos a que todo el trabajo de estos meses se quede en nada y se rompa el acuerdo de Gobierno en materia de vivienda. Creo que lo están comprendiendo porque tenemos el mismo objetivo: que la Ley de Vivienda sea lo más garantista posible.
¿Fue tan relevante este asunto en las negociaciones con el PSOE?
El PSOE sí que había manifestado que necesitaba – por parte de Podemos – una muestra de compromiso de que Unidas Podemos se mantenía en el acuerdo del anteproyecto de ley del Gobierno. Y eso pasaba por retirar la firma.
¿Qué medidas le gustaría que se incluyesen (y que actualmente no se han contemplado) durante la tramitación parlamentaria de la ley de vivienda acordada por los dos socios del Gobierno?
No podemos esperar que el texto entre en vigor dentro de 18 meses, es necesario que sea al día siguiente de la fecha en la que se publique en el Boletín Oficial del Estado. A día de hoy, estamos viviendo una situación alarmante en materia de vivienda. Los precios de los alquileres siguen por las nubes, no hay políticas públicas que aborden esta cuestión y creo que es la medida principal.
Otras cuestiones, como la dación en pago, es una reivindicación histórica de la PAH para limitar la responsabilidad de la persona al bien hipotecado y se da en la mayoría de países de Europa. También deberían estar incluidas en la ley medidas para combatir la vivienda turística, así como obligaciones de resultado, es decir, marcar objetivos. Por ejemplo, incluir qué cantidad de parque público tiene que haber para que haya políticas públicas que ayuden a fiscalizar si ha funcionado o no ha funcionado. Y conseguir que el derecho a la vivienda sea subjetivo, un derecho exigible ante los tribunales, como ya recogen algunas leyes autonómicas.
¿Qué papel debe jugar Podemos en la plataforma de Yolanda Díaz? La vicepresidenta segunda ha insistido en varias ocasiones que los partidos serán secundarios en el espacio en el que está trabajando.
Los partidos son importantes, pero el reto que tenemos es el mismo que el de la Comunidad de Madrid: necesitamos ensanchar el espacio, incorporar a personas que no venimos de una estructura de partido –como yo– y que, sin embargo, nos unimos a un proyecto común porque el objetivo lo requiere.
¿Puede seguir Podemos como partido al margen de esa reunificación del espacio que se está diseñando? No tuvo representación en el acto de Valencia.
No creo que Podemos esté al margen, en absoluto. Podemos está y está representado por Yolanda Díaz. No hay que olvidar que es nuestra candidata y que estaba en el acto de Valencia. Ada Colau también representa a Unidas Podemos. Estamos ahí.
Por lo que ya ha dicho defiende una unión de Unidas Podemos y Más Madrid en la Comunidad de Madrid.
En ese frente amplio, o como se llame finalmente, tenemos la responsabilidad de hacer eso y creo que perfiles como el mío pueden ser un pegamento para que eso se consiga.
¿Y puede haber una candidatura nacional conjunta con Más País, y en concreto, con Íñigo Errejón?
Yolanda [Díaz] está trabajando bien en tratar de ensanchar el espacio de Unidas Podemos y habrá que dejarla trabajar –como ya ha empezado a hacer– para ver si lo consigue.
¿Hay que renunciar a las siglas?
Ese es un debate secundario, no va tanto de siglas. Si compartimos objetivos, si tenemos un mínimo común denominador, si estamos todas tributando a lo mismo; vamos a sentarnos, vamos a ponernos de acuerdo. Luego veremos cuál es la fórmula en la que todas nos sintamos cómodas, pero se puede conseguir.
A menudo hemos escuchado que el reto era recuperar los territorios y apostar por la implantación territorial. ¿Cómo está Podemos en Madrid y fuera de Madrid?
Lilith Vestrynge [secretaria de Organización de Podemos] está haciendo un gran trabajo. Se está recorriendo toda España, está territorializando el partido y lo está enraizando en diferentes lugares. Además, la militancia lo está agradeciendo mucho. Se está haciendo un buen trabajo.
Un asunto polémico de los últimos meses es la expulsión del Congreso de Alberto Rodríguez. ¿Confía en que la Justicia en algún momento le dé la razón?
Estoy prácticamente convencida de que así será, porque lo que se ha vivido con Alberto Rodríguez ha sido una injusticia más en este país. Arrebatar el escaño a una persona con una condena que no incluía que tuviese que ser privado de su condición de parlamentario es un atropello a sus derechos civiles.
Rodríguez solo ha realizado una aparición pública. Se produjo en el programa Salvados y allí fue crítico con la dirección nacional del partido. ¿Cree que Podemos gestionó bien la salida de quien fue secretario de Organización?
Nos pusimos al servicio del compañero, le quisimos acompañar en su salida. Creo que sí se hizo bien. Él sabe que estamos aquí para lo que haga falta.
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