Las 35 mujeres sin hogar que viven en el centro municipal Geranios –la mayoría víctimas de la violencia de género– serán reubicadas a lo largo de este mes en otros albergues de la red del Ayuntamiento de Madrid y pensiones. Las instalaciones se cierran para siempre, les anunció a las trabajadoras la corporación de PP y Ciudadanos por la finalización del contrato, para abrir otras nuevas en “otoño” donde todas las usuarias tendrán la plaza garantizada y “mejores condiciones”, según el Consistorio. Ahora duermen en una fila de butacas que convierten en camilla.
Sin embargo, las mujeres se enfrentan a un cambio de casa, de trabajadores sociales y de ritmos que la plantilla del centro considera que se podría haber evitado. El equipo, formado por 50 personas, también denuncia que el consumo del contrato –la gestión del recurso está privatizada– les deja en un limbo laboral hasta que el nuevo centro se ponga en marcha. Todas serán subrogadas, según el compromiso del Ayuntamiento, independientemente de quién gane el próximo concurso público.
“No entendemos por qué los nuevos pliegos no se han hecho a tiempo sabiendo que el contrato se terminaba el 31 de mayo”, se queja una de las trabajadoras en plantilla que prefiere no dar su nombre. Explica que cinco usuarias ya han sido trasladadas a otros albergues donde conviven con hombres y otras no saben “a dónde van a ir”. “Eso las ha puesto nerviosas e inquietas porque aquí trabajamos con perspectiva feminista para construir un espacio seguro que ahora se rompe. Tienen miedo a dormir en centros donde haya hombres”, continúa. Este es el único recurso no mixto de la red.
El personal celebra la apertura de un centro mejor equipado y con más recursos psicosociales pero se queja de la mala planificación del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, dirigida por Pepe Aniorte (Ciudadanos). En este caso, el Ayuntamiento podría haber convalidado el gasto para seguir sufragando el centro una vez finalizado el contrato hasta que el nuevo esté listo, pero ha optado por redistribuir a las usuarias por diferentes lugares.
“Es algo que se utiliza cuando no hay otra alternativa y en este caso la red municipal puede asumir espacio, nadie se va a quedar en la calle ni sin atención social”, asegura una portavoz del área de Bienestar Social, que precisa que los pliegos “están a punto de cerrarse” y defiende un “trabajo meticuloso para trasladar a las mujeres en función de su perfil”. El cierre de Geranios provoca otro daño. Funciona como un centro de día para otras 30 personas que no pernoctan pero acuden al comedor o a hacer actividades a las instalaciones.
La empresa a la que se adjudicó el servicio hace cuatro años, Accem, enviará al ERTE a las 50 trabajadoras, según confirma a elDiario.es Berta Luxán, miembro del comité de empresa y representante de Comisiones Obreras. En la plantilla hay temor a que se retrase la puesta en marcha del nuevo recurso y eso provoque su despido. “Se ha advertido a las trabajadores que si se alarga no podrán mantenerlo y se tomarán medidas más drásticas”, dice una nota de prensa enviada por el sindicato. La organización sin ánimo de lucro no ha respondido a este medio ante el escenario que se abre ahora.
El destino definitivo de estas 35 mujeres obligadas a hacer las maletas será un centro de nueva creación anunciado por el Ayuntamiento el 25 de noviembre, Día Internacional Contra la Violencia de Género, donde las usuarias tendrán sus propias habitaciones con baño para “garantizar una mejor atención”. El recurso, ubicado en el distrito de Hortaleza, “combinará la atención que reciben las personas sin hogar con la que se dispensa a las mujeres que han sufrido violencia machista” y es, según aseguró la vicealcaldesa, “el primero de España con estas características”. La corporación también dispone del programa No Second Night de intervención temprana para mujeres en situación de calle, recuerda una portavoz municipal.