El Ayuntamiento de Madrid está estudiando cómo retocar el funcionamiento de Madrid Central al que se comprometió en campaña después de la justicia tumbara su primera medida de eliminar las multas. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, se ha puesto el plazo de 30 de septiembre para presentarlo a la ciudadanía, aunque ya ha anticipado cuál será el espíritu de sus medidas: “Incentivar” que los madrileños puedan llegar en coche privado al perímetro de restricciones al tráfico abaratando el aparcamiento y rebajando las multas por entrar.
El regidor, de momento, ha confirmado dos cosas: que el perímetro de Madrid Central se mantiene intocable y que la zona no será una barra libre al tráfico. Es decir, que no se producirá una reversión de la medida, como prometió en campaña. Así que el equipo municipal se centra ahora en otras medidas para dar facilidades a la entrada del vehículo particular en el perímetro y explora también la posibilidad de ser más permisivos en la circulación de coches con determinadas etiquetas. El mensaje es claro: “No somos enemigos de los coches, sino de los coches que contaminan. Los coches y la calidad de vida de la ciudad de Madrid no tienen que estar reñidos”.
Martínez-Almeida deslizaba este martes que Madrid Central es la única “zona de bajas emisiones en la que no se permita entrar a los vehículos con etiqueta C”. “Eso pasaba y eso es un dato muy reseñable”, destacaba. También subrayaba que esos coches son “medio ambientalmente sostenibles”. Fuentes de la concejalía de Movilidad y Medio Ambiente aseguran, en este sentido, que este tipo de vehículos “contaminan poco”, pero evitan avanzar si relajarán las restricciones para ellos.
Ecologistas en Acción denunció en 2018 que las etiquetas emitidas por la Dirección General de Tráfico dan el visto bueno medioambiental a coches que son todavía muy contaminantes. En su informe, la organización ecologista explicaba que se emplean como medidor de lo contaminantes que son los coches en toda España se diseñó sobre la base de los niveles de emisión que resultaban de los test falseados en el dieselgate.
La etiqueta C se coloca en los vehículos de gasolina y diésel más modernos, los matriculados desde 2015. Son menos contaminantes que los B -los diésel desde 2014 y los gasolina dede 2001- y que los que no tienen distintivo ambiental, pero emiten mucho más NO2 que los ECO y los Cero, con muchas facilidades de acceso en Madrid Central. Actualmente los coches con esta etiqueta pueden entrar en la zona de bajas emisiones siempre que tengan invitación. Si no, solo pueden hacerlo en las mismas condiciones que los B. Es decir, si se dirigen a un parking.
La política de multas será también objeto de las reformas del nuevo Ayuntamiento. “Parece excesivo” multas de 90 euros “por haberse pasado unos minutos en el aparcamiento o haber entrado en Madrid Central, que hay que reconocer que se puede entrar por error”, justifica José Luis Martínez-Almeida, que señala al anterior equipo municipal por su “afán recaudatorio”. Estas rebajas no afectarán, sin embargo, a “cuestiones que entronquen con la seguridad vial, como saltarse un stop o el exceso de velocidad”.
“Un mensaje confuso” para la oposición
Fuentes del área de Medio Ambiente y Movilidad aseguran que el objetivo del Ayuntamiento es “flexibilizar respecto a ahora” la zona de bajas emisiones y niegan que se esté trabajando en un “plan alternativo a Madrid Central” sino en un proyecto con “más amplio con muchas medidas” más allá de este perímetro.
Entre esas iniciativas está la peatonalización completa de la Puerta del Sol –incluyendo una parte de la calle Mayor y otra de Alcalá–, donde ya solo queda un carril que además está restringido al tráfico, anunciada este martes por el alcalde; las subvenciones de 50 millones de euros anuales para la compra de coches menos contaminantes o la consideración de los comerciantes como residentes de Madrid Central para que puedan circular sin restricciones.
Para Vox, partido imprescindible para aprobar los presupuestos municipales, las medidas avanzadas sobre Madrid Central revelan “tibieza” por parte del Ayuntamiento de Madrid. “Hay tibieza para enfrentar Madrid Central. Nosotros decimos que hay que cerrarlo y eso fue lo que se dijo por PP en campaña, y proponer medidas alternativas para rebajar la contaminación”, afirmaba el portavoz municipal del partido de extrema derecha, Javier Ortega-Smith.
Más Madrid considera una incoherencia que se anuncie la peatonalización de la Puerta del sol y “a la vez se reduzca Madrid Central”. “Es decir, cerrar el paso a coches en una zona pero dejar que entren más coches en esa misma zona”, apunta la portavoz, Rita Maestre.
Maestre sostiene que el Ayuntamiento está enviando un “mensaje confuso” a los ciudadanos. “Primero fue la moratoria de multas que tuvo que anular la justicia, después que van a mantenerlo pero al mismo tiempo van a incentivar que la gente vaya al centro en coche. Así es imposible que funcione”, añade.
El PSOE, por su parte, saluda el proyecto de peatonalización pero si se realiza “dentro de un plan global y no de forma aislada” porque así “no va a resolver las cosas”.