Carlos Sánchez Mato es el concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid. También es responsable de Políticas Económicas de IU. Como jefe del área de economía del Consistorio de la capital se encuentra en estos momentos en un pulso con el Ministerio de Cristóbal Montoro que anunció el pasado mes de julio que echaría para atrás el Plan Económico Financiero, que ha aprobado esta semana el Pleno del Ayuntamiento con los votos de Ahora Madrid y el PSOE-M.
El PP está planteando una reforma exprés de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que dará más margen de maniobra a las autonomías, pero no a los Ayuntamientos. ¿Qué opina de esta propuesta?
Es un debate que consideramos que el Gobierno plantea como trampa. El proyecto de ley que se ha aprobado este viernes es insuficiente. Lo que se hace es establecer el medio para que el Gobierno pueda dar un poquito de aire a las Comunidades Autónomas dada la decisión de la Comisión europea de relajar el objetivo de déficit, pero eso es insuficiente. La ley orgánica tiene muchísimos problemas y se pierde una oportunidad de oro para avanzar en su mejora. Lo que no se puede hacer es seguir obligando a las corporaciones locales, los ayuntamientos, a que tengan superávit para financiar el déficit de otras administraciones. Evidentemente no podemos estar de acuerdo con algo así.
Esta semana han aprobado el Plan Económico Financiero, con la polémica de un posible veto de Hacienda que se ha ido filtrando en los medios. ¿Creen que Montoro lo puede rechazar?
La forma de intervenir ante un documento tan importante como un Plan Económico Financiero que aprueba un pleno de Ayuntamiento no es contestar con una nota de prensa ni con unas declaraciones en los medios. Nosotros hemos ido por un conducto que reglamentariamente se establece para hacer estas cosas, que es presentar documentos, y el Ministerio lo que debe hacer es contestar por el mismo medio. Lastimosamente, por ahora, no lo han hecho así, y eso denota nervios, pero nosotros estamos seguros de que analizarán el Plan Económico Financiero con la dimensión que tiene, con toda la literatura y con todos los cuadros económicos, porque tiene una absoluta racionalidad. Es muy complicado que alguien pueda argumentar técnicamente que un plan que se acerca a la excelencia no es válido.
Pero usted participó en un artículo publicado en eldiario.es que reclamaba la suspensión de la norma que limita el techo de gasto a las corporaciones locales. ¿Cree que no se pueden presentar problemas por parte de Hacienda?
Claro, pero la norma establece fórmulas para actuar en caso de superación de la regla de gasto, como es nuestro caso. Estamos en contra de la ley porque establece determinados elementos de cumplimiento y de incumplimiento que son radicalmente negativos, pero no solo para Madrid, para el conjunto ayuntamientos.
Nosotros tenemos una alternativa para actuar en caso de que el Plan Económico Financiero no fuera aprobado y es una alternativa que supondría una simple acción legal por parte del Ayuntamiento. En ningún caso iría en detrimento de que no pudiéramos aprobar los presupuestos, de que no pudiéramos crecer el gasto social... Y esto lo puede hacer Madrid, pero no otros municipios del Estado que una paralización de su Plan Económico Financiero les dejaría absolutamente estrangulados desde el punto de vista económico. Tenemos una responsabilidad con el resto de municipios, y estamos en contra porque supone una asfixia y limita la autonomía local. Hay que modificar esa norma de manera urgentísima.
Entonces, ¿contemplan un plan B por si el Ministerio de Hacienda no aprueba el plan?
Lo que tenemos claro es que la única senda es el cumplimiento de nuestros compromisos con el conjunto de Madrid.
Pero desde la oposición les acusaron de no cumplir la ley con este Plan Económico.
Eso es radicalmente falso. No cumplir la norma sería no presentar un Plan Económico Financiero, pero lo estamos presentando. Nosotros estamos optando por una salida concreta que requiere de la autorización del Ministerio de Hacienda. Si no cumpliéramos la ley hubiéramos hecho, por ejemplo, lo que hace Montoro. O lo que hace el señor De Guindos, que fue a Bruselas y dijo que no había cumplido el objetivo de déficit y de deuda. ¿Alguien ha llamado al señor de Guindos o a Rajoy incumplidor de la ley? ¿Por qué a mí y a Manuela Carmena sí?
Se especuló que algún diputado socialista pudiera votar en contra del Plan Económico y comprometer así los presupuestos. ¿Temían que con la guerra abierta en el PSOE esto pudiera ocurrir?
Lo que temía es que pudieran votar a favor el Partido Popular (ironiza), porque el Plan Económico Financiero es muy positivo para Madrid.
Siempre puede ocurrir, pero de otras formaciones políticas no puedo ni debo hablar. Siempre ha habido un diálogo franco y sincero con el grupo municipal socialista en la negociación de este el Plan Económico Financiero. Si Purificación Causapié y la portavoz Carlota Merchane me dan su palabra, yo la tomo como buena y siempre ha sido así.
¿Podría peligrar el Gobierno de Ahora Madrid por la crisis abierta en el PSOE?
Nosotros, quiero recordar a la gente, tuvimos un acuerdo de investidura que hemos cumplido en un porcentaje elevadísimo. Hay ciertos problemas que no hemos sido capaces todavía de solucionar, pero hay explicación para eso. Para que la gente nos entienda: negociamos cosa a cosa, aunque hay líneas básicas que tienen que ver, por ejemplo, con el objetivo presupuestario. Es decir, Madrid necesita un esfuerzo inversor público potente y en eso estamos de acuerdo. Entonces, como estamos de acuerdo, hemos aprobado en la Junta de Gobierno unas líneas fundamentales del Presupuesto a medio plazo, que han fijado por dónde queremos ir. Esto lo hace la Junta de Gobierno, pero ha sido dialogado con el grupo socialista. ¿Qué quiere decir? Que tenemos posibilidades de hacer unos presupuestos muy potentes para este próximo ejercicio y confiamos que sea con ellos.
¿Pueden ocurrir cosas en el PSOE que hagan que eso se frustre? Pues sería una lástima, una pena enorme. La esperanza que tiene Madrid para tener unos presupuestos muy potentes el año que viene pasa por el grupo municipal socialista y entendemos que este grupo jamás querría que volviéramos a las décadas perdidas que supusieron para la ciudad los gobiernos del Partido Popular.
¿De dónde viene el recorte en la deuda de 1.000 millones este último año que detalló hace unas semanas el Banco de España?
1.074, que se os olvidan siempre los 74... (bromea). Queremos dejar claro que no presumimos de una reducción de la deuda. Tiene que ver con una adecuada gestión de los recursos de Madrid. Madrid tiene una recaudación a través de unos tributos muy estables. Para que la gente nos entienda, el impuesto de bienes inmuebles grava la propiedad de inmuebles. Esos inmuebles no se van, no desaparecen, por el hecho de que hayan más o menos crisis económica, puede subir de forma más despacio porque se construya menos, porque haya menos actividad económica... Pero es muy estable. Eso permite en Madrid una cierta previsibilidad acerca de la situación económica. Y tenemos una situación que nos permite ser optimista en cuanto a la capacidad recaudatoria.
Lo que decidió el Gobierno de Ahora Madrid es que no iba a acceder a financiación ajena para ejecutar las políticas públicas que queremos desarrollar. No lo íbamos a hacer con deuda como hace, con incierto resultado, el Gobierno central o la Comunidad de Madrid, que ha incrementado su deuda. En el mismo periodo que nosotros hemos reducido la deuda en 1.074 millones, Cifuentes la ha aumentado en 3.094 millones. Ahora, nuestro primer objetivo, y ni siquiera el segundo, es la reducción de la deuda. Nuestro objetivo es prestar servicios públicos de calidad e incrementar la dotación de dinero para que esos servicios se puedan prestar bien. Por eso presumimos de haber subido el gasto social un 26%, pero lo que hemos demostrado en este año es que se pueden hacer las dos cosas.
Desde la oposición les acusan de que parte de esa bajada de deuda es porque ustedes no están ejecutando todo el presupuesto. ¿Es así?
Eso es radicalmente falso. Estamos hablando de datos de junio a junio. El año pasado logramos que se ejecutara el 88% del presupuesto. El PP pensaba que iba a ganar las elecciones, de hecho las ganó, y en junio tenía un grado de ejecución ridículo. No he visto informaciones en ese sentido. ¿Están hablando ahora de grado de ejecución del ejercicio 2016 cuando todavía no ha acabado y tenemos un volumen presupuestario muy superior al del año pasado? Eso son excusas de mal pagador. Lo que ocurre es que se les está notando que tienen muchos nervios derivados de que se puede gestionar de otra manera.
Le voy a pedir una radiografía del gasto del Ayuntamiento de Madrid. ¿Cuáles son las principales partidas del presupuesto y que porcentaje se lleva cada una?
De memoria ahora mismo no te sé precisar. Pero la partida fundamental en cuestión numérica es la que se lleva el gasto de personal, aproximadamente unos 1.350 millones de euros. Date cuenta que sobre 4700 millones de euros, 1350 ya es una partida considerable. La segunda partida en importancia hasta ahora era la amortización de deuda y los gastos financieros. La tercera partida es la inversión. Hemos pasado de que el año anterior a nuestra llegada la inversión estaba en torno a 180 ó 190 millones de euros. Ahora hemos superado en este ejercicio 2016 los 500 millones y en el 2017 y en los siguientes también superaremos esos 500 millones de euros. Es decir, hemos multiplicado la inversión pública y no en grandes infraestructuras, no hemos hecho otra M30. Lo que estamos haciendo son muchos proyectos pequeños y medianos que pretenden resolver los desequilibrios territoriales y darle dotación a los barrios más olvidados.
Ha mencionado la M30. En unas semanas comienza la Comisión de investigación de la Deuda, centrada esta vez en este macroproyecto. ¿Cree que Madrid Calle 30 fue mala gestión o hubo algo más?
No soy quien tiene que juzgar lo que en su momento se lleve a los tribunales, pero a mi edad yo creo que casualidades las justas.
La Cámara de Cuentas dice que el contrato está pensado para pagar un 7% de interés a las constructoras y recomienda recuperar la gestión publica. ¿Están en disposición de hacerlo?
Por supuesto. Lo que ocurre es que hay que evaluar las posibilidades que existen y el coste que tienen.
¿Pasaría por la gestión pública?
Siempre en nuestro caso. Lo que se ha demostrado es que lo que se eligió ha costado a Madrid una barbaridad de dinero. Hasta el momento, elegir este modelo de gestión en vez de uno público ha costado 554 millones de euros adicionales, cerca de 60 millones de euros anuales. Estamos hablando de mucho dinero. Y eso de que el modelo de gestión no era el adecuado no lo decimos nosotros, lo dice un informe de la Cámara de Cuentas.
¿Por qué cree que se empleó ese tipo de contratación? ¿Fue solo para que la deuda no computase al Ayuntamiento de Madrid?
Ese modelo de gestión se utilizó para disfrazar la deuda. Cuando los organismos europeos dijeron que la deuda no se podía esconder porque la deuda es del Ayuntamiento, la solución que se decidió fue hacer un reequilibrio de una modificación del contrato que hizo que nos tragáramos la deuda los madrileños y madrileñas. La totalidad de la deuda pasó al Ayuntamiento, cuando un 20% de la sociedad es privada. Llámenme ustedes desconfiado pero creo que tengo motivos para serlo.
La auditoría de la deuda fue una promesa estrella en la campaña de Ahora Madrid ¿en qué punto se encuentra año y medio después?
Estamos hablando de que tenemos muchísima documentación y de que los resultados se están viendo ya. Lo que ocurre es que desgraciadamente cuando abrimos un cajón salen cosas y siempre hay otro cajón. Hay un cúmulo de irregularidades –de momento, no puedo hablar más que de irregularidades– que muestran claramente que la gestión del Ayuntamiento fue nefasta desde el punto de vista de la seguridad jurídica y de los derechos de los madrileños y madrileñas.
Por ejemplo, este edificio (la sede de Economía) nos cuesta de alquiler 18.400 euros diarios. Este edificio era propiedad del Ayuntamiento y lo vendió para después quedarse alquilado en él con un precio desorbitado y con un contrato blindado. Este tipo de actuaciones merecen también una actuación por parte del área de Economía y Hacienda, para hacer política y abandonar estos espacios y sustituirlos por edificios en propiedad.
Y la auditoria ciudadana no es nuestra, es de la sociedad civil organizada, aunque la potenciemos. Pero es la sociedad civil la que la tiene que potenciar si la quiere hacer. Nosotros lo que tenemos que hacer es facilitarla a través de transparencia.
¿El paso de Bicimad a la EMT implicará mayor inversión en el servicio?
Lo que se ha producido es una cesión del contrato y con toda seguridad invertiremos para mejorar el servicio que es lo que se nos demanda.
Marta Higueras anunció que una de las acciones legales que plantea el Ayuntamiento de Madrid en contra de la venta de vivienda sociales a fondos buitre por parte del Gobierno de Ana Botella podría pasar por recuperar las viviendas, una acción que supondría un coste para eL Consistorio “que no se puede determinar”, pero que sería “muy elevado” ¿Cree realmente que es la vía a seguir si puede tener un coste tan elevado?
Tenemos un informe jurídico. No necesariamente quiere decir que vayamos a recuperar las viviendas, tenemos que ver qué coste tendría. Tenemos datos que nos dicen que esa vía puede tener un coste desorbitado. El beneficio que supuso la compra para los fondos y el que siguen haciendo, lo volverían a tener a la inversa, a costa de los ciudadanos de Madrid. Es una decisión que en su momento habría que pensar muy bien. Pero está claro que hemos decidido actuar por la vía legal, no solo por la civil sino también por la penal.
¿Cómo explicarían a las familias que no van a intentar recuperar sus viviendas?
Si se diera ese caso, tendríamos que explicar que nuestra obligación es garantizar un techo, una solución habitacional, pero no una vivienda en concreto. Hay cosas que serían difíciles de explicar también incluso a esas familias que también contribuyen a las arcas públicas y engordar el beneficio de los que han expoliado a las familias no creo que fuera lo adecuado. Pero bueno, estamos haciendo una especulación de algo que no está todavía encima de la mesa.