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Wanda se queda en España tras meses de tiranteces con el Ayuntamiento de Madrid

Fumata blanca para la reforma del Edificio España. Después de meses de tensiones, declaraciones cruzadas y varios ultimátums por parte de los inversores chinos, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el Grupo Wanda han llegado a un acuerdo para acometer las obras del emblemático edificio tras llegar a un solución intermedia sobre su fachada. Se podrá derribar puntualmente algunos de sus elementos, algo que en principio estaba prohibido por la Comisión de Patrimonio.

El Grupo Wanda, propiedad del magnate chino Wang Jianlin, compró el Edificio España en 2014, y en octubre de 2015 anunció que ponía en marcha el proyecto para transformarlo en un hotel, un centro comercial y apartamentos de lujo. Pero la situación ha estado bloqueada hasta ahora por las discrepancias sobre cómo hacer las obras sin que estas afecten a la fachada.

El acuerdo se ha conseguido tras el último movimiento del Ayuntamiento. La semana pasada, Carmena enviaba una misiva a la multinacional en la que abría la mano a que, de forma puntual y excepcional, se desmontara algún elemento de la fachada que se encuentre en mal estado. Es una solución intermedia: Wanda quería derribar la fachada entera y volverla a montar, y el Consistorio no permitía que se quitase ni un ladrillo.

El conflicto entre los inversores y el Ayuntamiento, a cuenta de la decisión tomada por la Comisión de Patrimonio, a punto estuvo de echar al traste la reforma del edificio que preside la Plaza de España. El gobierno municipal se escudó en la decisión de ese organismo, contrario al derribo de la fachada, para oponerse a los planes de Wanda.

Los ultimátums de Wanda

La tensión entre el Ayuntamiento y la multinacional se incrementó semana tras semana. Durante varios meses se sucedieron las noticias sobre que Wanda vendía el edificio. En febrero se publicó que se vendería por dos tercios de lo que había costado, en marzo se dio el nombre de la inmobiliaria que estaba encargándose de la venta y hace tan solo unos días se dijo que ya había un posible comprador, otra multinacional china.

En medio de esas informaciones, ultimátums con los que Wanda buscaba presionar al Ayuntamiento, el gobierno municipal siguió insistiendo en su voluntad de llegar a un acuerdo con los inversores. Pero, a pesar de esa disposición pública a llegar a un pacto, Carmena y su equipo empezaron a preparar el terreno para contrarrestar una posible espantada.

Así, el Ayuntamiento presumió del aumento de la inversión extranjera en la capital, que atribuyó en parte a la gestión del nuevo gobierno municipal. Además, se adelantó la liquidación de los presupuestos -que arrojaban buenos datos en el segundo semestre de 2015- y en numerosas declaraciones públicas se reafirmó el compromiso de los nuevos gestores de la capital por atraer inversiones extranjeras.

Al final, el Ayuntamiento no ha tenido que hacer frente a la venta del edificio España, en cuyo proyecto ya hay implicadas numerosas empresas. Carmena ha confirmado hoy que la relación con el Grupo Wanda “ya está restablecida”. La multinacional ha pedido al Ayuntamiento que le informe de los trámites que debe seguir para iniciar las obras, que el Consistorio espera que comiencen en breve.

No hay un calendario fijo. En unos días se aprobará el estudio de detalle, y puede que antes del verano se dé la luz verde definitiva al proyecto, cuyos detalles aún no ha presentado el inversor chino. El Ayuntamiento se muestra optimista, pero no descarta que el proceso se alargue con nuevas alegaciones.

La presión del PP

El PP ha expresado hoy dos reacciones distintas a la noticia de que Wanda sigue adelante con la reforma. Mientras el concejal popular Borja Carabante acusaba al delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo, de claudicar y permitir el derribo parcial de la reforma, la portavoz del PP, Esperanza Aguirre, mostraba su satisfacción por lo que ha definido como una “magnífica noticia”.

Los populares han hecho del proyecto Wanda uno de sus principales arietes contra la gestión de Ahora Madrid al frente del Ayuntamiento. La propia Aguirre acusó a Carmena de ser la responsable de dejar ir a los inversores, y de perder una inversión que generaría miles de empleos en la capital. Desde Ciudadanos, su portavoz, Begoña Villacís, recriminó al Ayuntamiento que no supiese ver que Wanda se marchaba.

La polémica acabó desbordando el área municipal. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, llegó a decir que la multinacional abandonaba el proyecto y lamentó que no se fuese a producir esa inversión, en un nuevo enfrentamiento con el gobierno de la capital. El Ayuntamiento ha recordado en varias ocasiones que la Comunidad de Madrid forma parte de la Comisión de Patrimonio que se mostró en contra de derribar la fachada.

Hasta el presidente del Gobierno se manifestó sobre un asunto que ya era de dominio nacional. Mariano Rajoy acusó al Ayuntamiento de poner “todo tipo de trabas” al proyecto. “Las administraciones no deben estar con tonterías de prejuicios ideológicos”, dijo en una entrevista en la cadena Cope.