Carmena paraliza el plan de una promotora para levantar 443 pisos en una de las parcelas más codiciadas de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid ha dicho no al proyecto del grupo Ibosa para levantar una urbanización con 443 pisos (67 de ellos protegidos), dos edificios y una torre de 25 plantas en el distrito de Chamberí sobre el solar de las viejas cocheras de Metro en Cuatro Caminos, una de las parcelas más codiciadas de la capital. El Gobierno que preside Manuela Carmena sostiene que el ambicioso proyecto Metropolitan Residencial incumple el Plan General de Ordenación Urbano e insta a la promotora inmobiliaria a modificarlo. 

La propia alcaldesa, Manuela Carmena, y el concejal delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, y el del distrito de Chamberí, Jorge García Castaño, se reunieron con los compradores de las viviendas este martes y les transmitieron que el proyecto debe ser modificado para hacerlo compatible con la normativa urbanístico. La polémica ha llegado este miércoles a la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento donde el edil del PP José Luis Martínez Almeida acusó al grupo de Gobierno de urdir “cualquier salida para que las 443 familias cooperativistas no tuviesen su vivienda”.

El Plan Parcial presentado por los promotores de la urbanización, obvia, según los técnicos municipales, la obligación de “eliminar en superficie las cocheras e instalaciones de Metro y de soterrar todas esas instalaciones”. Según el Gobierno Municipal, “el origen de este incumplimiento del Plan General se relaciona con la negativa de la Compañía Metro a modificar la rasante de las cocheras argumentando que se imposibilitaría el acceso a las mismas por el túnel que existe bajo la calle Reina Victoria”. Así que el Ayuntamiento exige que se redacte un nuevo proyecto adaptado a la normativa urbanística. 

Residencial Metropolitan se presentó oficialmente al concurso para hacerse con el suelo en 2014 como una cooperativa integrada por 443 socios. Y ganó la adjudicación frente a la constructora Pryconsa. Pero detrás de la megaurbanización, como sucede en otras cooperativas de este tipo, está el grupo inmobiliario Ibosa, que en los papeles aparece como mero gestor de la sociedad y que cobra por ese servicio 17 millones de euros, según la documentación en poder de eldiario.es. Siguiendo esta fórmula de gestión, muy extendida para desarrollar grandes operaciones urbanísticas, Ibosa traslada los riesgos de la inversión a las familias, que para acceder a la cooperativa deben desembolsar importantes cantidades en concepto de entrada para las viviendas. Varios de los compradores de Metropolitan Residencial han admitido a eldiario.es que su única aportación como socios es la de poner el dinero para hacerse con el piso y que el resto de las decisiones le vienen dadas por el grupo Ibosa, si bien formalmente se ratifican en asambleas.  

Precisamente, Ibosa fue la empresa que puso a la venta los pisos, mediante ese régimen de cooperativa durante el mes de julio de 2014 -tal y como figura en la publicidad insertada entonces en distintos medios de comunicación-, cuatro meses antes de que Metro de Madrid le adjudicase el terreno. Ese trámite se completó el 27 de noviembre de 2014. Tres semanas más tarde, el 17 de diciembre, se cerró la compra de la parcela. Año y medio después, el proyecto está en el aire. Y deberá ser el grupo Ibosa, el que presente un diseño alternativo que cumpla con las exigencias del planeamiento urbanístico de Madrid.