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El centro de Madrid se moviliza contra la gentrificación

El centro de Madrid se está movilizando contra la gentrificación y la turistificación de la ciudad.

Donde los vecinos denunciaban antes la degradación del barrio, ahora llevan tiempo alertando de que la proliferación continuada de locales de ocio, de pisos para turistas sin control y una subida de los precios del alquiler, sumado a la ausencia de dotaciones para la población permanente, están provocando la expulsión de los habitantes a otras zonas de la ciudad y dejando un centro apto sólo para turistas y población flotante.

El fenómeno se repite en los barrios de Justicia, donde está Chueca, las Cortes –más conocido como Las Letras–, Palacio –donde está La Latina– y avanza poco a poco en Embajadores, donde se sitúa Lavapiés.

El 1 de marzo, el colectivo Lavapiés ¿dónde vas? realizó un “destierro de la vecina” para protestar contra quienes “prefieren a turistas con maletas de ruedines a vecinas como nosotras, un barrio para ser visto y no para ser vivido”.

“Somos las precarias, parados, desahuciadas, migrantes, currantes o hipotecados empobrecidos, inquilinas exprimidas, artistas camareros, tenderas en vías de extinción”, afirman.

El colectivo, además, ha recurrido al sentido del humor para convocar una manifestación para este miércoles 5 de abril “por los derechos del turista”; para el 6 de mayo hay convocada otra marcha, además de charlas, representaciones y diversas acciones.

“En La Canica se está enredando todo”, comenta un vecino: “Todos los movimientos del barrio, históricos y nuevos, las Kellys... Lo del Parque Lavapiés es lo que ha ayudado mucho a reconectar las luchas en un marco positivo: se sustituyó el StopHotel por ParqueLavapiés”.

Para unos, la gentrificación, inevitable, recorre los centros de las ciudades en un proceso que convierte zonas degradadas o envejecidas en lugares de moda con la llegada de nuevos comercios, negocios y habitantes.

Para otros, la turistificación llena los centros urbanos de franquicias y servicios pensados sólo para los que pasan apenas unos días en la ciudad.

Para los expertos, los dos procesos se superponen con los mismos efectos negativos, como señala el arquitecto Álvaro Ardura, autor junto al sociólogo Daniel Sorando del libro First we take Manhattan. La destrucción creativa de las ciudades.

En los últimos años la llegada de plataformas como Airbnb ha acelerado de tal manera estos procesos que los vecinos temen que cuando se tomen medidas sea demasiado tarde.

Hace nueve meses, el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha un estudio para retratar la situación de los pisos turísticos en la ciudad. “Vemos que es una de las cuestiones que están afectando al precio de la vivienda”, explica el concejal de Centro, Jorge García Castaño, de ahí que vea la necesidad de que la Comunidad de Madrid ponga en marcha una regulación al respecto. “Es su competencia y no puede eludir esta responsabilidad”, afirma Castaño.

El Ayuntamiento también tiene prevista una estrategia para “llenar” los espacios vacíos del centro con usos dotacionales y equipaciones que los vecinos vienen reclamando desde hace tiempo, como instalaciones deportivas. Por último, cree que sería necesario, en cuanto las arcas municipales lo permitan, poner en marcha una política de compra de viviendas para crear un parque de casas públicas que mantenga a raya los precios.

En Lavapiés, la turistificación ha comenzado y los vecinos ya perciben la subida de los precios. “Aunque se ha hecho mucha rehabilitación aquí, aún hay infravivienda pero estamos empezando a ver cómo se está invirtiendo en comprar casas para uso turístico”, afirma Javier Ruiz presidente de la Asociación de Vecinos La Corrala.

Las 18 (irónicas) reivindicaciones

1. La reserva de un mínimo del 25% de viviendas para destinarlas al uso turístico.

2. Que los nativos no se nos muevan cuando les estamos haciendo fotos.

3. Pavimentos rugosos o empedrados para proyectar mejor el sonido de las maletas con ruedines.

4. Cierre inmediato de las tiendas que venden productos no envasados e impulso del take way.

5. After hours exclusivos en las terrazas, azoteas y corralas (reservado el derecho de admisión).

6. Ocupación óptima de las aceras (entre un 85 y un 90%) por terracitas de bar y prioridad de paso para grupos con cámara y/o guía.

7. Que los castizos nos hagan francachelas.

8. Prioridad para artistas callejeros que cantan: 1) rumba, 2) Manu Chao, 3) Asturias patria querida.

9. Bolardos con forma de pez con la boca abierta para mear a gustito y mamparitas en los coches, a modo de caseta para mantener la dignidad y el decoro.

10. Reconversión en micromuseos de arte contemporáneo de los bajos comerciales.

11. Reducir un poquito la pendiente de las calles Olivar, Ave María, Lavapiés, Mesón de Paredes y Embajadores.

12. Poder pernoctar en cualquier casa si no quedan plazas en Airbnb. Opcional el derecho de pernada.

13. Un hotel o hostel en cada manzana, a ser posible comunicados entre sí con un pasillo higiénico con vending.

14. Cierre de bares con camareros feos que lleven uniforme, camisas blancas o chalequillo.

15. Que se eliminen los antiestéticos Mercados con productos frescos y se sustituyan por barecitos guays para tomarse el vermut. Pero muy fotogénico. Ups… esto ya está.

16. Un McDonalds, Starbucks o Pizza Hut cada cuatro manzanas, para comer  en Lavapiés lo mismo que en el resto del mundo.

17. Supermercados 24 horas abiertos. Ups… esto ya está.

18. Carril turista en el barrio con prioridad para trolleys. Segregado del trafico vecinal.