Las familias del colegio público Miguel de Unamuno, en el barrio madrileño de Delicias, no sabían qué era eso de las cocinas fantasma, unos locales ocultos para el reparto a domicilio con fogones industriales en espacios céntricos de la ciudad, hasta que se toparon con unas en el edificio que colinda con el patio del colegio de sus hijos. La emergencia de unas nuevas chimeneas –cuatro, concretamente, una detrás de otra– llamó la atención de las madres y los padres. La fachada sin letreros del bajo donde se van a instalar seis cocinas industriales no da ninguna pista de una actividad que traerá decenas de riders, motos, bicicletas y camiones de reparto a una calle residencial del distrito de Arganzuela (Madrid).
“El colegio está participando en las revueltas escolares para pedir menos humos y un entorno más saludable y nos encontramos que nos quieren imponer todo lo contrario. A nadie se le ocurre poner un colegio en un polígono, ¿no? Pues tampoco tener actividad industrial al lado de un colegio”, dice Noelia, de la Asociación de Familias del CEIP Miguel de Unamuno y madre de dos alumnos de los 900 que tiene matriculados el centro. El Ayuntamiento de Madrid ha otorgado a la empresa responsable, Cokukin, la licencia de obras en un bajo de más de 500 metros cuadrados, aunque todavía la compañía no tiene permiso de funcionamiento. No hay fecha, de momento, para el inicio de la actividad.
El delegado de Urbanismo, Mariano Fuentes, anunció hace un mes que el Ayuntamiento suspendía la concesión de licencias mientras se modificara el plan general para “adecuar el uso industrial a las nuevas actividades que están surgiendo” en la ciudad. El Consistorio tomó la decisión tras una fuerte revuelta vecinal por la apertura de cocinas fantasma en el distrito de Tetuán y después de que Más Madrid solicitara una moratoria en el otorgamiento de permisos para frenar su multiplicación.
Sin embargo, una portavoz del área de Urbanismo, gestionada por Ciudadanos, explica a elDiario.es que esta paralización no se pondrá en marcha hasta que no “se avance” en los cambios del plan general. La corporación dirigida por José Luis Martínez-Almeida defiende que ha elevado las exigencias a estos negocios para “minimizar las incidencias en el entorno”. “Hemos exigido que el local cuente en su interior con zona de carga y descarga y para aparcamiento de motos y bicis; y también medidas para aislar acústicamente”.
Uno de los fundadores de Cokukin, Francisco Rey, lamenta la “mala fama” de estos negocios cuya implantación se ha acelerado con la pandemia. En conversación con elDiario.es, culpa de la situación a empresas de la competencia que han “velado más por la productividad” que por cualquier otra cosa y han “exagerado sus capacidades hasta límites controversiales”. “No somos como ellos. Nosotros tenemos una visión del negocio diferente, queremos revolucionar la restauración que viene”, asegura este argentino que junto a tres socios ha montado su primer cocina fantasma en Madrid tras abrir varias en Latinoamérica.
Su primera previsión era abrir una docena de cocinas aunque la controversia les ha obligado a reducir a seis el número. También están montando otra cocina central para envíos grandes transportados dos o tres veces por semana en camioneta. En su perfil de Linkedin, la compañía se define como “una nueva generación de cocinas y servicios brillantes al servicio del delivery”, con un modelo de negocio “basado en la transparencia”, y su web destaca que ofrecen lavabos y aseos a los riders.
180 motos al día
21 metros separan las campanas de extracción del patio del colegio, una distancia que cumple la normativa, según el fundador. “Nos piden 15 metros. No debería ser un inconveniente porque las chimeneas van filtradas”, añade. La compañía calcula que podrían pasar por el entorno del colegio unas 180 motos al día. En la solicitud de la licencia al Ayuntamiento el impacto previsto era de más de 450 vehículos con un horario de 10 de la mañana a 23:30.
No es la primera vez que hay un alzamiento vecinal para frenar una cocina industrial, pero en este caso la cercanía al colegio ha movilizado a las familias de los alumnos y alumnas también. Llevan años reclamando mejoras en el acceso. Ya trasladaron la propuesta de cortes de tráfico en horas de entrada y salida que da sentido a la revuelta escolar a los presupuestos participativos y a mediados de marzo, la Junta del Distrito de Arganzuela aprobó una iniciativa redactada por la Asociación de Madres y Padres –presentada por Más Madrid en el Pleno– para crear accesos más seguros.
Los vecinos de la calle José Calvo, en Tetuán, se han unido en una plataforma tras constatar las molestias que ocasionan las cocinas fantasmas abiertas en los bajos del número 10. Los residentes notan la nueva actividad sobre todo por el trasiego constante de repartidores. A la empresa que lleva el negocio, Cocklane, el Ayuntamiento le ha concedido una reserva de aparcamiento para el estacionamiento de las motos y las bicicletas a la hora de recoger los pedidos.
Según las cifras recogidas por el PSOE, hay 27 instalaciones de este tipo en la almendra central de la ciudad. Algunas de ellas, “tienen hasta 38 cocinas”, precisó la exconcejala –y ahora nueva delegada del Gobierno– Mercedes González, que alertó de que a finales de año la capital podría llegar a las 250. Más Madrid ha localizado 180 cocinas en total. Ambos grupos municipales van a llevar sendas mociones de urgencia al Pleno del distrito este miércoles para paralizar el funcionamiento de este negocio y para instar al Gobierno municipal a realizar una inspección pormenorizada.