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Cuatro ediles de Carmena escindidos de Más Madrid tienen la última palabra en la ordenanza de Movilidad de Almeida

Aitor Riveiro

20 de agosto de 2021 22:41 h

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El Gobierno de José Luis Martínez-Almeida dio el viernes el penúltimo paso para aprobar la nueva ordenanza de movilidad del Ayuntamiento de Madrid. La norma incluye en su articulado el nuevo Madrid Central que han diseñado PP y Ciudadanos para sustituir al que puso en marcha el Ejecutivo de Manuela Carmena, y que ha sido tumbado por la justicia por defectos de forma. La reglamentación de la amplia zona de bajas emisiones, que pasará a denominarse Distrito Centro, relajará la limitación del uso del vehículo privado. Más coches, furgonetas y camiones, más contaminantes y durante más tiempo, podrán entrar a los espacios limitados. 

Pero Almeida no tiene garantizada la aprobación de la norma en el Pleno que quiere convocar, sí o sí, para el 10 de septiembre, justo antes de que se ejecute la sentencia que tumba Madrid Central y que interpuso el PP en la oposición. Sus aliados de Vox, que le dieron la alcaldía pese a no ganar las elecciones y que han sostenido hasta ahora toda su política, ya han anunciado que no apoyarán la ordenanza. La extrema derecha considera que el alcalde ha traicionado la promesa que lanzó en la campaña electoral de 2019 de acabar con la limitación del tráfico. El dirigente del PP esgrime en su defensa que la Ley de Cambio Climático obliga a las ciudades a establecer zonas de bajas emisiones, pero dicha norma fue aprobada por las Cortes el pasado mes de mayo, dos años después de su investidura.

Así, PP y Ciudadanos tendrán que mirar a su izquierda para buscar los apoyos necesarios. A quienes atacaron en el pasado por poner en marcha Madrid Central y a quienes acusaron de cercenar la “libertad” de circular por donde quisieran. Ni PSOE ni Más Madrid están por la labor de facilitar la aprobación de la normativa. Pero la escisión en el grupo liderado por Rita Maestre protagonizada por cuatro concejales carmenistas ha abierto una inesperada oportunidad para el Gobierno municipal, que necesita solo de tres votos para sacar la ordenanza.

El que fuera delegado de Desarrollo Urbano Sostenible con Carmena, José Manuel Calvo, explicaba en una entrevista con elDiario.es la posición de los integrantes de la plataforma Recupera Madrid: “¿Es nuestra ordenanza? No. ¿Nos parece que es la ordenanza que necesita Madrid? No, querríamos una ordenanza mucho más ambiciosa. Pero no somos el Gobierno, no tenemos la capacidad de diseñar esa ordenanza. Y lo que estamos es ante la disyuntiva de consolidar Madrid Central o ver que desaparece por sentencia judicial a mediados de septiembre”. 

Los cuatro concejales de Recupera Madrid creen que la ordenanza aprobada por Almeida supone una rectificación en toda regla del también portavoz nacional del PP. En un artículo publicado este mismo viernes en El País Calvo, junto a Marta Higueras, Luis Cueto y Felipe Llamas, defienden que Distrito Centro es, básicamente, Madrid Central con la única diferencia de que se permitirá el acceso a los comerciantes, algo que, dicen, ya estaba ocurriendo “de facto”.

La visión desde Más Madrid es opuesta a la de sus excompañeros. Su portavoz, Rita Maestre, aseguró este viernes que la ordenanza “suprime” Madrid Central ya que se permitirá acceder cada día a 50.000 vehículos más que hasta ahora, según sus cálculos. “Sería muy incongruente por nuestra parte avalar ahora una eliminación de facto de Madrid Central”, dijo en una entrevista en Telemadrid.

Los 15 concejales de Más Madrid votarán así contra la ordenanza en el Pleno, aunque registrarán enmiendas parciales al articulado. El grupo no está solo en su rechazo. Greenpeace también considera la norma un “recorte” sobre lo que existía que tendrá, además, “un coste adicional de 185.000 euros para borrar el nombre de Madrid Central”. Incluso Unidas Podemos, que no tiene representación municipal, ha mostrado su rechazo. El diputado autonómico Agustín Moreno lo dejó claro este viernes en un mensaje en redes sociales: “Y Almeida sigue empeñado en acabar con Madrid Central con una nueva ordenanza que amplía el número de vehículos que circulen por Madrid Central”.

También el PSOE votará no, según explicó el portavoz de Medio Ambiente del grupo municipal, Ignacio Benito. A su juicio, la nueva regulación “sigue priorizando los coches frente a las personas”, además de “ignorar que la contaminación se cobra cada año la vida de 2.000 madrileños y madrileñas”. “Empeora a Madrid Central y se queda muy corta” en lo referido a Plaza Elíptica, zanjó el concejal. El PSOE presentará enmiendas parciales, pero rechazará el conjunto de la norma.

Con todo, ambos grupos dan por hecho el apoyo de Recupera Madrid a la ordenanza, pese a que las circunstancias permitirían que la izquierda pudiera presionar al PP y a Ciudadanos en el breve trámite de enmiendas que ahora se abre. Así lo pidió la propia Manuela Carmena el pasado jueves durante una de sus intervenciones en la Cadena Ser. La exalcaldesa, que se ha desligado de la transformación de Más Madrid en un partido y ha reconocido que no fue una buena idea la ruptura con Podemos de 2019, dijo que “el proyecto del nuevo Madrid Central es una pena”. 

“Se le han afeitado y recortado elementos de limitación de tráfico rodado, hay que hacer lo posible para que Madrid Central vuelva a ser todo lo que era, la ciudad lo necesita”, añadió. Y zanjó: “Espero que la izquierda se ponga de acuerdo y convenzan al alcalde de que no pueden llevar a cabo estos recortes”.

No parece que el deseo de la exalcaldesa vaya a cumplirse. Sus palabras han azuzado la división entre Más Madrid y Recupera Madrid, cuyas posiciones son cada vez más distantes, tanto en lo político como en lo personal. Desde el grupo municipal que lidera Maestre se ha acusado a los concejales escindidos de ser “tránsfugas”. El concejal Jorge García Castaño ha dicho en Twitter: “Espero que Almeida no esté valorando, ni como opción, crear un grupo mixto ilegal a cambio del apoyo a la ordenanza de movilidad”.

En la entrevista con elDiario.es Calvo negó que hayan negociado su apoyo a la ordenanza municipal a cambio de un apoyo del PP y Ciudadanos a sus intentos de no pasar al grupo de no adscritos, donde su labor política se vería reducida casi a cero, tras romper con Más Madrid. Un asunto que ahora mismo está en los tribunales y que debería dirimirse también a la vuelta del verano.

Consciente de esta desunión, Almeida lanzó el viernes un mensaje conciliador con la izquierda y se declaró “dispuesto a negociar con todos”. Salvo un cambio en la estrategia que vaya en la línea de lo señalado por Manuela Carmena, la desunión de los tres grupos progresistas hará imposible un frente común que podría obligar al actual alcalde a introducir cambios. Almeida ha pasado de criticar Madrid Central y la limitación del uso del coche a defender que la UE obliga a poner en marcha este tipo de restricciones.

La ciudad afronta un proceso judicial en Europa por exceso de polución, algo que el propio delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, achacó este viernes en buena medida a los humos de los vehículos de combustión. Además, Madrid ha retrocedido por la contaminación del puesto 8 al 16 en el ranking de ciudades con mejor calidad de vida que publica la revista Monocle. Es el puesto en el que estaba en 2015, cuando Ahora Madrid se hizo con la Alcaldía.

Carmena tiene en Recupera Madrid a los que fueron sus más fieles aliados durante su mandato, empezando por Higueras, que fue su mano derecha incluso antes de dar el salto a la política; Felipe Llamas, su jefe de gabinete en el Palacio de Cibeles; o Luis Cueto, sobrino político de la exjueza y coordinador general de la Alcaldía durante su mandato.

Desde Más Madrid se interpretan las palabras de Manuela Carmena de esta semana como una desautorización a los suyos. Pero la posición de los cuatro concejales escindidos no parece haberse movido, a tenor de sus declaraciones. El reloj para una hipotética estrategia común corre y tiene un plazo: hasta el 10 de septiembre.