Decenas de estudiantes piden a gritos la expulsión de la universidad de los autores de los gritos machistas del Elías Ahuja
No basta con echar al cabecilla. El Sindicato de Estudiantes de Madrid salió este lunes a la calle para pedir la expulsión de la Universidad de todos los colegiales que tomaron parte en los cánticos machistas del Colegio Mayor Elías Ahuja. “Esta gente no se comporta de una manera en su colegio mayor, y de forma diferente cuando llegan a clase. Hay que enviar un mensaje muy claro para que reflexionen sobre lo que han hecho. Y es que el machismo no es ninguna broma”, ha explicado Coral Latorre (26 años), estudiante de lengua inglesa y miembro del sindicato.
Bajo los lemas de “Fuera machistas de la universidad”, “Basta ya de manadas” y “Colegios mayores de machistas y opresores”, el Sindicato de Estudiantes de Madrid y el colectivo feminista Pan y Rosas han convocado acciones de protesta conjuntas en las entradas de varios campus de la capital. La principal, en la cual participaron unas cuarenta personas, tuvo lugar en la boca del metro de Ciudad Universitaria, el campus madrileño donde se encuentra el colegio mayor Elías Ahuja.
La difusión del video en el que los estudiantes del Elías Ahuja gritaban consignas machistas a las residentes del Colegio Mayor Santa Mónica –“Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas. Sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea”– desató el rechazo de la comunidad universitaria y de la clase política desde el primer momento. Desde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hasta el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Solamente la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, le restó importancia, negándose a condenar los cánticos machistas.
“Cuando vi el vídeo en Twitter, pensé que era falso. No me lo podía creer. No es normal que pasen estas cosas en 2022”, comenta Patricia Muñoz (27 años), estudiante de geología ambiental. A pesar de tener clases por la tarde, decidió madrugar para llegar a tiempo a Ciudad Universitaria y manifestarse con sus compañeras de curso.
Poco después de la viralización del vídeo, la dirección del colegio mayor dio a conocer que el alumno que había iniciado los cánticos machistas en la noche del domingo había sido expulsado al día siguiente. Además, los más de 100 implicados pidieron públicamente disculpas a las víctimas de los cánticos machistas, las residentes del Colegio Mayor Santa Mónica, y tendrán que participar en ciclos de conferencias de sensibilización y actividades de voluntariado.
Sin embargo, el Sindicato de Estudiantes no considera suficientes las medidas correctoras. Además de la expulsión de todos los participantes, piden que la Complutense rescinda de forma inmediata el contrato con el colegio mayor implicado, así como la implantación de una asignatura de educación sexual en el sistema educativo. “Si las chicas del Santa Mónica no se sintieron ofendidas, mejor para ellas. Pero el 99,9% de las personas que vimos este video, sobre todo chicas jóvenes, sí que nos hemos sentido atacadas. Y ahora estamos con mucho miedo de saber que compartimos espacios con estos energúmenos”, afirma Latorre.
El pasado jueves, un grupo de colegialas del Santa Mónica difundió una declaración a través de las redes sociales justificando lo ocurrido en nombre de la “tradición”. Además de apoyar a sus “compañeros” del Elías Ahuja, denunciaban que un “vídeo viralizado sin entender el contexto es fácil de malinterpretar”. Consideran, además, que se traslada una imagen de “odio y machismo que está muy alejada de la realidad” pues conocen bien “los principios y valores” de los colegiales, en muchos casos familiares.
El mayor problema, según el colectivo Pan y Rosa, es que no se trate de un caso aislado. “Sacaron un comunicado vergonzoso, en el cual tachaban el episodio de puntual. Todos sabemos que es mentira, que estas cosas pasan todos los años. La cosa no puede seguir así”, afirma Jase Tristan (21 años), estudiante de filosofía en la Complutense y miembro de la agrupación. Por esta razón, piden una reestructuración de los colegios mayores, para que pasen a la administración pública y dejen de estar adscrito a ordenes religiosos, como es el caso del Elías Ahuja.
Al otro lado de la calle, un grupo de 20 jóvenes con jerséis y mocasines miraban la escena mientras beben cervezas y bebidas energéticas. Solo las dos chicas del grupo aceptaron explicar qué hacen allí en grupo, mientras comentan con ironía la protesta de las estudiantes. “Me parece fatal. Nos están faltando el respeto en nombre del feminismo. Yo soy católica, y están diciendo que van a quemar la conferencia episcopal”, comenta Inés Gil (18 años). “Yo soy feminista, por supuesto. Pero no de este tipo”, añade la amiga que la acompaña, María Perojo. Ninguna de las dos acepta comentar el episodio del Elías Ahúja.
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