Sol Sánchez (Madrid, 1970) es la candidata de Izquierda Unida a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Su nombre copó los titulares hace unas semanas cuando sonó como número dos en la lista que Iñigo Errejón lideraba con Podemos para las autonómicas de mayo, pese las reticencias de Errejón de que la también coportavoz de IU en Madrid ocupara ese lugar. Un día antes de cerrarse ese acuerdo, el exdirigente de Podemos anunció su alianza con Manuela Carmena a través de Más Madrid.
Desde entonces, la formación que representa Sánchez se ha querido conjugar como el “pegamento” de una candidatura de unidad, la misma que había estallado por los aires días antes. A su vez, el destino la ha querido llevar a la bancada de Unidos Podemos en el Congreso, después de que Errejón dejara el escaño: corrió la lista y la siguiente era ella. La ahora diputada nacional se quedó fuera del Hemiciclo cuando en las elecciones de 2016 Podemos e Izquierda Unida concurrieron en confluencia, dejándose un millón de votos por el camino.
Izquierda Unida conseguía sentar a los diferentes actores, a excepción de Podemos, para una nueva candidatura conjunta el pasado lunes. La formación presentó un documento en el que instaba a la paralización de la Operación Chamartín como condición para la unidad. Esa exigencia, que desde Más Madrid tachan de “excusa”, se ha convertido en el escollo para una lista conjunta tanto para la Comunidad como para el Ayuntamiento de Madrid.
¿Las negociaciones están rotas?
¿Qué negociaciones?
Las negociaciones para una candidatura de conjunta con Más Madrid.
Izquierda Unida no está en negociaciones. Lo que ha hecho IU ha sido poner encima de la mesa unos puntos, para dejar de hablar de abstracciones, para quien quiera se suscriba a ellos. Hemos abierto un proceso. No estamos en negociaciones de ese tipo. Quizá no se ha entendido muy bien, con tanta confusión de mensajes lanzados. Pero nosotros hemos presentado un documento con cuestiones democráticas, metodológicas y políticas, porque ya es hora de hablar de política. Y tenemos un proceso abierto en el que hay personas sentadas alrededor de la mesa y esperamos además que se incorporen más.
Y dentro de ese documento, ¿la Operación Chamartín es innegociable?
La Operación Chamartín forma parte de todas las cuestiones urbanísticas que Izquierda Unida lleva combatiendo mucho tiempo. Es ese tipo de especulación urbanística por la que vinimos a combatir a las instituciones. Es una operación que ha tenido muchos nombres, han ido cambiando de nombre las empresas, ahora es el BBVA y la constructora San José, y lo que entendemos es que tal cual está es todo aquello que nos hizo venir a las instituciones a cambiar el urbanismo.
Si esta cuestión era un problema desde el inicio, ¿por qué se ha esperado hasta el lunes pasado para presentar este documento y romper así?
No, no. Nosotros no hemos roto nada. Lo que hemos hecho es dejar de hablar en abstracto, que es lo que luego puede llevar a confusión y a problemas posteriores. Hemos empezado a poner políticas sustantivas encima de la mesa. No hemos roto con nadie. Evidentemente los titulares son los que son, pero no los hemos acuñado nosotros. Ahora, entendemos que sobre eso que nosotros pusimos, hay quienes nos han mandado una respuesta y nosotros hemos contestado.
¿Cómo valoran esa respuesta?
Son obviedades y datos que no son ni correctos ni reales. Solo hace falta ver cuestiones tan básicas como en materia de vivienda protegida, donde teniendo el 75% del suelo público, o procedente de lo público, en el entorno la institución recibe el 40% para este tipo de operaciones y aquí se queda en un 20% [la vivienda que recibirá el Ayuntamiento]. Son cuestiones lapidarias y cuantificables. Son números y datos es fácil de entender.
Este jueves en una entrevista eldiario.es el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha contestado al documento de IU y a la petición de paralización de la Operación, y ha calificado esta exigencia de excusa, porque no quieren llegar a un acuerdo. ¿Qué le responde?en una entrevista eldiario.es
Que no es cierto. Uno da excusas cuando no tiene razones y a nosotros nos sobran tanto las razones, que las hemos puesto por escrito una y otra vez y así mismo las aportaremos para que sean conocidas. Creo que es faltar al respeto, no solo a Izquierda Unida, sino precisamente a las políticas que impulsaron Ahora Madrid y que son las que les han llevado al Gobierno de esta ciudad. Y que además apoyan muchísimos grupos vecinales, ecologistas y sociales de nuestra ciudad y de la región.
Pero, ¿la Operación Chamartín ya estaba en las mesa de negociación abierta en el Ayuntamiento para la candidatura de Más Madrid Manuela Carmena antes de que estallara todo? ¿Izquierda Unida planteó la Operación Chamartín como un problema en esas negociaciones?
Izquierda Unida siempre ha sido transparente y clara en su postura sobre la Operación Chamartín. Votamos en contra a través de Mauricio Valiente cuando se presentó en la Junta de Gobierno y en los procesos internos de la misma manera lo hemos explicitado. Quien no quiere escuchar...
En las negociaciones abiertas con la persona que ha designado Manuela Carmena para hacerlo en su nombre, Marta Higueras, estaban Álvaro Aguilera y Mauricio Valiente, de Izquierda Unida. ¿Esta cuestión estuvo sobre la mesa?
Esas negociaciones llegaron hasta donde llegaron. Si no se llegó al punto de hablar de programa y de políticas sustantivas no fue porque no quisiéramos hablar de ello. En el momento que además el tablero político ha tenido algunos golpes, no por parte de Izquierda Unida ni mucho menos, entendemos que es el momento de empezar a hablar de todo en conjunto y es lo que hacemos, lo ponemos encima de la mesa.
Y si es una cosa tan importante, ¿por qué aparece en un anexo del documento que presentan a todas las formaciones el lunes?
Solamente por una cuestión de maquetación. Nos parecía que quedaba mucho más claro por la estructura que tiene el propio documento. Pero vamos, no tiene más misterio que ese. El que sea un anexo no lo convierta en algo secundario. Es un conjunto de cosas. Entendemos que la política en este caso prioriza tanto el tema metodológico como el programático, como el democrático. Por mayor claridad.
Pero parece un plano secundario al ser un anexo.
Se hace alusión en la parte central del documento a ese propio anexo para mayor claridad.
En una entrevista en EFE, Manuela Carmena resumió el conflicto con Operación Chamartín como un problema de que su partido o una parte de la izquierda no quiere un mundo con empresas, ¿qué piensa de estas declaraciones de la alcaldesa de Madrid?
Voy a ser elegante. Es una ridiculez plantear eso de esa forma. Sabemos perfectamente lo que es convivir con las empresas, pero hay una gran diferencia entre convivir con las empresas y abanderar sus intereses en contra de los intereses de la mayoría social. Sobre todo de la gente que ha impulsado la candidatura desde la que se gobierna el Ayuntamiento de Madrid en este momento. Para defender los intereses de las grandes empresas ya están otros y desde luego lo hacen muy bien y de una manera muy eficiente.
¿Qué va a pasar si el plan del Ayuntamiento se aprueba en marzo como ha dicho que va a pasar el concejal en la entrevista? ¿Izquierda Unida puede romper en el Gobierno? ¿Se plantean ese escenario?
Lo que vamos a hacer es seguir siendo coherentes con lo que hemos venido haciendo hasta ahora. Evidentemente nos posicionaremos en contra. Es un tremendo error y me apena que se quiera seguir por ese camino que significa romper con los votos que te han llevado hasta allí y con los intereses de la mayoría social que sostiene el Gobierno del Ayuntamiento de Madrid. Seremos coherentes como hasta este momento.
A día de hoy, ¿descartan candidaturas conjuntas?
No descartamos nada. Quiero decir, hemos puesto encima de la mesa un programa y un principio de formas y modos de hacer política y estaremos encantados de quien quiera construya alrededor de eso. Lo que no podemos seguir haciendo es hablar de cuestiones que ya tienen muy cansada a la gente. Estamos abiertos a discutir, a debatir sobre estas cosas y otras, pero cosas que sean reales, políticas de verdad.
Desde luego nosotros trabajaremos hasta el último momento para una candidatura conjunta. Si son los demás los que lo estiman así, pues sin dramas. Izquierda Unida tiene su proyecto político y su programa, que está construyendo con todos los movimientos sociales, vecinales, sindicales... Esperamos encontrarnos con cuantos más mejor.
En todo caso sí hay una línea roja innegociable.
Las líneas rojas se ponen para romper. Por eso para nosotros no es una línea roja, los proyectos y los programas se ponen para construir. Para nosotros esto es proyecto y programa.
¿Cuál es el siguiente paso después de la reunión del lunes?
Anticapitalistas está sentado en la mesa y con mucha sintonía. Nosotros respetamos los tiempos internos de cada una de las organizaciones y de los espacios, y bueno, igual que se nos mandó esta respuesta a este tema [por parte de Más Madrid], nosotros vamos a responder independientemente de estas salidas de tono. Estamos un poco cansados de que la política se haga con titulares de prensa. Vamos a contestar y ellos verán.
¿Pero hay intención de volver a sentarse?
Sí, por supuesto. Cuando abres un proceso evidentemente lo que esperas es que fructifique y crezca. Y en ese sentido aunque Podemos no vino a la primera reunión, la puerta está completamente abierta. Siguiendo con los tiempos internos que tiene cada una de las organizaciones, volveremos a convivir cuando en cada una se hayan reunido y estudiado todo esto.
En la rueda de prensa del martes se fijaron el 15 de febrero.
El 15 de febrero Izquierda Unida tiene su Asamblea político y social que es el máximo órgano. Lo que dijimos es que tenemos que tener al menos una composición de lugar para llevar a nuestra asamblea política y social para poder exponer cuál es el camino a seguir. Tenemos que tener un escenario, porque estamos en febrero y las elecciones son en mayo. Y aunque no se trata solo de eso, hay responsabilidad y desde la izquierda tenemos que dar alguna respuesta a lo que está esperando la ciudadanía de Madrid.
La posición conciliadora de hablar con todos y reunir a todos hasta el lunes, ¿fue compartida por Alberto Garzón? ¿Las negociaciones para las candidaturas han abierto grietas entre las estrategias de IU Madrid e IU federal?
En absoluto. El acuerdo marco evidentemente es muy amplio, muy flexible y no es incompatible con nada de lo que se estaba haciendo en Madrid. Es un acuerdo marco a nivel estatal, que tenía que servir de paraguas para todos los territorios del Estado español, y después cada una de las federaciones conoce cuál está siendo la realidad en su territorio. Con todo lo que ha cambiado por ejemplo el escenario madrileño, hay que atender a esos cambios y quien los atiende es la federación regional.
Pero el acuerdo al que remitía constantemente Garzón incluye presentarse a las elecciones con una marca que dijeron que se quedaba pequeña. ¿Eso no es un desencuentro?
Si no ha habido ningún problema en Andalucía con el acuerdo marco para presentarse con Adelante Andalucía como han hecho Teresa y Maíllo, entiendo que a la hora de aterrizar ese acuerdo hay realidades regionales pegadas al territorio que se tienen que atender, por eso nosotros entendemos que las cuestiones excepcionales sin saltarse el abierto y siempre dentro de ese paraguas, probablemente necesitan algunos ajustes.
¿Y Garzón está de acuerdo con eso?
Sin ningún problema.
¿Entonces la sintonía que podía parecer que no era tal entre la dirección federal y la regional está bien?
Izquierda Unida es una organización muy estructurada con mucha gente trabajando a nivel municipal, regional, estatal, europeo... Somos una organización muy seria y la sintonía y los objetivos políticos están compartidos desde el pueblo más pequeñito hasta lo estatal y más allá.
¿Y sintió respetada la autonomía regional por parte de la federal?
En todo momento.
Su nombre apareció como centro del conflicto en las negociaciones para la candidatura unitaria que saltó por los aires antes de la salida de Errejón. ¿Se ve ahora de número dos de una candidatura con Podemos?
Ahora mismo lo que soy es la candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid por Izquierda Unida. Partiendo de ahí, dentro de esas posibilidades de ampliar esto, estaré donde diga mi organización que tengo que estar.
¿En qué punto están las conversaciones con Podemos? ¿Se han vuelto a reunir?
No. Solo le enviamos la documentación. La relación es muy buena pero entendemos que ellos en este momento tienen cuestiones internas. Nos hubiera gustado que hubieran venido a la reunión, no han venido, pero tienen la puerta abierta. No hay problema con eso y respeto absoluto a sus cuestiones internas, como desde mi organización lo pedimos en otras ocasiones. Esperamos que vuelvan cuanto antes y desde luego que se incorporen a este proceso que hemos puesto en marcha. Al igual que el resto de organizaciones.
¿Hay próximos pasos previstos?
De momento no hay, pero no porque haya ningún problema sino porque rechazaron venir. Serán convocados por supuesto a la siguiente. Cualquier avance en material tangible de proyectos o de papeles se lo enviaremos, pero de momento no puedo decir nada más. Hay que preguntárselo a ellos.
¿Dan por hecho que se presentarán junto a Podemos a las autonómicas?
Tenemos nuestro espacio y nuestro proceso abierto. Desafortunadamente en estos tiempos nada se puede dar por supuesto. Evidentemente abierto está.
Podemos ha manifestado que no quiere presentarse contra Manuela Carmena en el Ayuntamiento, ¿eso abre un escenario que devuelve al que se produjo en 2015 en las autonómicas, cuando IU no consiguió entrar al Parlamento por no llegar al 5% de los votos y volvió a gobernar la derecha?
Primero hay que contextualizar las cosas porque en 2015 lo que había era una situación bastante irregular y se presentó una organización que no es Izquierda Unida Madrid, era IUCM, que estaba en pleno proceso de desmembración y no contaba con el apoyo de la organización de IU. Creo que eso no es baladí porque siempre que se dice eso sentimos que no se está contando la realidad tal cual fue. Dicho lo cual, IU se va a presentar porque es su compromiso con su militancia a todos los encuentros que se van a dar en 2019. ¿Cómo? Pues está en nuestro ADN y está en nuestro proyecto buscar la máxima confluencia y la máxima potencia, pero en todo caso nos vamos a presentar. Cualquier decisión final va a pasar por la ratificación de nuestras bases. Tenemos un funcionamiento radicalmente democrático.
¿Sería un error que Podemos no presentara una candidatura al Ayuntamiento?
Tendrá que decidir Podemos si es un error o no. Puedo decir que nosotros eso no lo vamos a hacer. Es una de las muchas paradojas que es evidente para cualquiera que mire el escenario. Nosotros vamos a ser coherentes en ese sentido.
¿IU va a intentar convencer a Podemos para evitar eso que califica como paradoja?
Eso tiene que ser decisión suya. Tenemos un acuerdo marco y compartimos un grupo confederal pero respetamos su independencia como esperamos que se respete la nuestra para presentarnos. Ellos tampoco nos han pedido que no nos presentemos.
El secretario general del PCM ya abría el escenario el lunes a dos candidaturas y así está recogido en el documento que presentaron al resto de grupos.
Álvaro Aguilera no ha planteado en ningún momento dos candidaturas. Lo que hacemos es asumir la realidad y afrontar las mejores decisiones con respecto a esta. De ahí que si no se produce la unidad, cero dramas. Nosotros hemos trabajado para eso, que es lo que nos han pedido nuestras bases. Si esa unidad no se da, para IU no va a ser ningún drama.
¿Cree que dos candidaturas pueden sumar más votos?
Eso lo dirán en todo caso las urnas y las coherencia política del proyecto político que enarbole cada una. Tenemos claro que el nuestro va a ser de izquierdas y que hay mucha gente, digamos, cansada, decepcionada y que se ha ido a la abstención. Nuestra responsabilidad histórica y con vocación de gobernar es sacar a toda esa gente de la abstención dándole algo en lo que pueda confiar y vea reflejadas sus aspiraciones.
¿La tercera vía de presentarse solos, como IU, está abierta?
Para IU esa sería la última opción y no se va dar. La izquierda madrileña es muy rica, muy diversa y muy plural. Y creo modestamente que siempre podríamos construir con alguien más. La propia IU no deja de ser una confluencia de diferentes partidos. Del PC, de Izquierda Republicana, del Partido Feminista... raro sería que no tuviéramos más compañeros que nos acompañasen en este viaje.
El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, José Manuel Calvo, planteaba en una entrevista con eldiario.es que, si no hay candidaturas fuertes capaces de sacar ese 5% necesario para entrar en las instituciones, hay que apelar a la responsabilidad y juntarse para no perder esos votos. ¿Lo comparte?
Es tremendamente contradictorio que se plantee una cosa y la contraria. Tenemos a la gente un poco confusa con este tipo de afirmaciones. Coherencia, programa político, claridad de ideas. Con eso se construyen las candidaturas fuertes y no con una calculadora que se parece mucho al cuento de la lechera: cuando dilapidas el apoyo y la ilusión y la confianza de tanta gente, probablemente, por mucha calculadora que tengas, no entiendes cómo se calcula esto realmente.
¿En la Comunidad de Madrid cree que hay personas dispuestas a poner su cara para competir como cabeza de lista con Errejón teniendo en cuenta su nivel de visibilidad? ¿Eso puede dificultar el proceso para encontrar candidato o candidata?
Qué lástima que la política se haya convertido en un plató de televisión. Evidentemente lo que creo es que hay es mucha gente valiente dispuesta a comprender el escenario de polarización política que tenemos, el gran avance de la derecha y extrema derecha que ha colonizado hasta el PSOE. Los planteamientos que estamos viendo son preocupantes. Toda esa gente valiente, que sabe dónde está el enemigo, estaría dispuesta a competir con quien haga falta para defender todo eso con un programa de izquierdas de verdad sin ningún tipo de problema en exponer que la izquierda existe y es necesaria. Y quien esté compitiendo en otros lugares, nos tiene que dar un poco lo mismo.
En el documento sobre el que pivotó la reunión del pasado lunes se pedía cesar la confrontación. ¿Esto es posible en una campaña en la que pelean por el mismo electorado?
¿Es el mismo electorado?
¿Es distinto entonces?
Contesto con una pregunta. Tengo muy claro que tenemos un proyecto a favor de las clases populares y la clase trabajadora de esta comunidad y esta ciudad. Y que mucha de esa gente se nos está yendo a la abstención porque no ve reflejado algo que defienda nítidamente y sin complejos sus intereses. Ese es mi proyecto político, otros no te los sabría calificar.
¿Entonces piensa que las dos candidaturas son una fórmula para evitar la abstención?
Querría que hubiera mucha gente que quisiera construir un programa a favor de la clase trabajadora. Estaremos los que estemos.
¿Y el de Errejón y el de Carmena no es un programa a favor de la clase trabajadora?
No sé si el BBVA se puede contar dentro de la clase trabajadora. Desde mi perspectiva, no. Ahí es dónde tenemos el problema o la discordancia. Por eso es mucho mejor construir con políticas sustantivas que abstracciones sobre el sexo de los ángeles.
¿La candidatura de Adelante Andalucía no era de izquierdas, o no suficientemente a su juicio, y por eso no consiguió recuperar a la gente que se fue a la abstención?
La forma de construcción de Adelante Andalucía fue positiva y muy buena. Andalucía fue el escenario donde muchos cambios en el tablero político han entrado para sorpresa de mucha gente. Y probablemente no sería todo perfecto pero que a mí me gustaría saber si, de repetirse las elecciones, el resultado sería el mismo. Creo que no. Creo que Adelante Andalucía ha sido la que ha pagado un montón de cuestiones a nivel nacional. Y no puramente por los aciertos o los errores de la propia candidatura.
Toma Adelante Andalucía como referencia pese a que no obtuvo buenos resultados.
Aprendemos de las cosas que están bien y de las cosas que se pueden hacer de otra manera o mucho mejor. A mí en general no es una candidatura que me parezca un error, creo que no.
¿Hasta qué punto dan por hecho de que la irrupción de Vox va a movilizar al electorado? Da la sensación de que confían mucho en ello.
Con esta polarización es momento de salir a decir dónde están los intereses de la mayoría social, de la clase trabajadora, de los diferentes colectivos sociales... Hay que recuperar eso con claridad porque todo el tablero se ha corrido hacia la derecha de una manera espeluznante, si me permitís inventarme una palabra. La gente se da cuenta de cuál puede ser el resultado de un gobierno de derechas apoyado por la extrema derecha más peligrosa que hemos visto en los últimos 40 años en este país. Es un retroceso en pérdida de derechos civiles y sociales, y no hablemos de feminismo, mientras a la vez toda su política económica es exactamente la misma que la del PP y Ciudadanos: neoliberalismo a lo bestia y sin paliativos. Las consecuencias pueden ser dramáticas. Acaban de poner al frente de la sanidad andaluza a un verdadero tiburón de la privatización sanitaria. Imaginaos en la vida real de la gente qué consecuencias puede tener algo así.
Eso moviliza, pero a la vez no te puedes ir a hacer propuestas que no sabes a quién están beneficiando: si al BBVA o a los vecinos de Chamartín. Lo que hace falta para que esa gente que está dispuesta a movilizarse, en parte espoleada por la extrema derecha, es que haya un programa progresista pero de izquierdas.
¿Y la división de la izquierda puede desmovilizar?
Pensamos que cuanta más unidad, más positivo sería. Pero desde luego creemos que lo que tenemos que tener es coherencia. El votante de izquierda es gente exigente, crítico y desde luego le importa mucho más saber que te comprometes con un programa que atiende a sus necesidades. Que vamos a luchar porque, por ejemplo, los trenes no se paren en Parla y se tiren dos horas para llegar al centro. Las cosas hay que hablarlas con claridad para que sepan que cuando hay que confrontar con otros poderes, se hará. Eso va a movilizar más a la gente que todo esto. La división crea ruido y no beneficia a nadie. No es lo central y lo más importante.