La Fiscalía ha presentado una denuncia por los gritos racistas que el futbolista Nico Williams, del Athletic, sufrió el pasado mes de abril en un partido contra el Atlético en el campo del equipo madrileño. El Ministerio Público entiende que los gritos proferidos desde la grada del Metropolitano cuando el jugador sacaba de banda en el minuto 36 del encuentro, imitando el sonido de un mono, constituyen un posible delito contra la dignidad al hacerse “con evidente desprecio al color negro de la piel de éste”.
La denuncia, explica la Fiscalía en un comunicado, explica que este sonido es el que se usa en los campos de fútbol como actitud racista hacia jugadores negros. “Ha sido proferido en diversas ocasiones por grupos de aficionados de distintos países para ofender públicamente a deportistas por el color de su piel”.
Varios cánticos racistas a futbolistas han sido llevados a los tribunales por la Fiscalía. Recientemente varios hinchas aceptaron condenas de ocho meses de cárcel por proferir este tipo de insultos a Vinícius, jugador del Real Madrid, durante un partido en Mestalla en mayo de 2023. En ese caso la sentencia llegó después de una conformidad y los condenados escribieron una carta de disculpas.
En el caso de Nico Williams, uno de los jugadores más relevantes en el triunfo de la selección española en la pasada Eurocopa, la Fiscalía relata que en el minuto 36 de la primera parte del encuentro se pudieron escuchar esos cánticos desde la grada del Metropolitano. “He escuchado sonidos de mono, han sido pocos, gente tonta hay en todas partes y no pasa nada. Espero que esto vaya pasando poco a poco, al final estamos haciendo una lucha interna y externa contra esto y es lo que hay”, afirmó el jugador después del encuentro.
Ahora serán los juzgados de la capital los que decidan si abren una investigación penal sobre estos gritos, causas que en casos similares han desembocado en juicios y sentencias condenatorias como en el que afectó a Vinícius Júnior. En ese caso, el pacto de conformidad incluyó la prohibición para los condenados de entrar a los estadios de fútbol durante dos años. El club también expulsó de por vida a uno de los aficionados.