La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha utilizado las cuatro celebraciones del Dos de Mayo que han tenido lugar bajo su mandato para poner el protocolo y las invitaciones a autoridades al servicio de sus propias guerras políticas. En ese contexto se explica que este martes el Ejecutivo madrileño impidiera al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, subir a la tribuna de honor que se instala cada año en la Puerta del Sol de Madrid con motivo de la citada festividad. Todo ello ha provocado un nuevo choque institucional con el Gobierno.
La jefa de protocolo de la Consejería de Presidencia de la Comunidad, Alejandra Blázquez, que fue quien físicamente evitó que Bolaños subiera a la tribuna, argumentó en ese momento que lo hacía “cumpliendo toda la normativa con respecto a la representación institucional” y adujo que en el estrado ya estaba una miembro del Gobierno, la ministra de Defensa, Margarita Robles. Mientras eso sucedía y la alto cargo invocaba razones de espacio, Ayuso sí permitió que subiera a la tribuna el actual líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo.
El Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, la norma que regula la prioridad de autoridades en actos públicos de este tipo, establece, no obstante, que los ministros tienen preferencia por delante de la figura del “jefe de la oposición”. Es decir, que según la normativa vigente Bolaños tenía más derecho que Feijóo a subir a la tribuna.
Cada año, la presidenta de la Comunidad ha aplicado ese protocolo de distintas maneras, siempre según sus propios intereses. En 2020, en el inicio de la pandemia, no asistió ningún miembro del Gobierno central y la presidenta subió a la tribuna a tres expresidentes de la Comunidad de Madrid y al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. Junto a ellos estuvieron Joaquín Leguina, Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre pero no Pablo Casado, el entonces líder del PP, que siguió los actos a pie de plaza.
Lo que sí llamó la atención aquel año es que Casado, entonces jefe de la oposición –que no tenía ningún cargo institucional más allá de la de diputado y líder del PP– llegó a pasar revista a las tropas en un gesto inédito de un dirigente que no forma parte de ninguna administración pública. No hizo lo mismo Feijóo ni este año ni el anterior.
En 2021, justo dos días antes de las elecciones que le ratificaron en el cargo, durante el acto cívico-militar en homenaje a los fallecidos en los levantamientos del 2 de mayo de 1808 contra las tropas francesas solo se acompañó en la tribuna de Almeida, con quien por el momento mantenía una buena relación personal y política. En el escenario no estuvo ningún miembro del Ejecutivo central, aunque sí asistieron al acto varios ministros como la de Defensa, Margarita Robles, que este martes sí subió a la tribuna.
En la penúltima edición, el 2 de mayo de 2022, de nuevo se modificó el protocolo y en aquella celebración sí tuvo un papel protagonista el ya entonces ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, al que este martes Ayuso impidió subir a la tribuna oficial de la Puerta del Sol. Es más, Bolaños llevó junto a la propia presidenta de la Comunidad y a Almeida –con quien la dirigente regional ya se encontraba enfrentada porque el regidor se posicionó junto a Casado durante la guerra interna que acabó con la dimisión de este último y la llegada de Feijóo– la tradicional corona de flores que cada año se coloca en la placa que recuerda a los caídos en la Guerra de la Independencia.
El protocolo también fue cambiante en la época de los predecesores de Ayuso en el cargo, lo que contradice la versión del Ejecutivo regional actual defendida este martes, según la cual como Robles sí estuvo en la tribuna como representante del Gobierno, no se podía dejar subir a Bolaños.
En 2018, con Ángel Garrido en la presidencia de la Comunidad de Madrid, sí estuvieron dos ministras en la tribuna del desfile del Dos de Mayo: como titular de Defensa María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría como vicepresidenta y ministra para las Administraciones Territoriales y Presidencia. Fue aquel año cuando se tomó la conocida foto en las que se podía ver a ambas dirigentes del PP sentadas en el hall de la Real Casa de Correos de la Puerta de Sol, separadas por una sola silla y sin dirigirse la mirada, evidenciando el fuerte distanciamiento entre ellas y el enfrentamiento permanente que mantuvieron dentro del partido y del Gobierno en la época de Mariano Rajoy.
En aquel acto, en cambio, el líder de la oposición —Pedro Sánchez— no estuvo presente en la tribuna a diferencia de lo que ocurrió este martes con Feijóo, aunque al hoy presidente del Gobierno sí se le colocó en la primera fila del discurso institucional del presidente de la Comunidad de Madrid.