El futuro de la Comunidad de Madrid, en manos de la Justicia
La Mesa de la Diputación Permanente de la Asamblea madrileña acata el decreto de disolución de la Cámara regional pero presenta un recurso contencioso administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid defendiendo que prevalecen las mociones de censura de PSOE y Más Madrid al haberse tramitado antes de la publicación de la convocatoria electoral en el Boletín Oficial
Todo queda en manos de los tribunales. Concretamente, en las del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que decidirá previsiblemente en los próximos días el futuro inmediato de la Comunidad: si hay elecciones o si prosperan las mociones de censura presentadas por PSOE y Más Madrid. La Asamblea regional decidía este jueves no continuar el pulso a la presidenta madrileña, Isabel Diaz Ayuso, y ha acabado aceptando el decreto de disolución de las cortes publicado en el Boletín oficial (BOCM) durante la medianoche del jueves.
De este modo, la Asamblea de Madrid quedaba disuelta después de que la Mesa de la Diputación Permanente analizara el decreto de convocatoria de elecciones de la presidenta regional. “Esto no es Catalunya ni Juan Trinidad [el presidente de la Asamblea] es Quim Torra, no podía hacer otra cosa”, aseguran fuentes del Parlamento regional. El único camino que quedaba, defienden, era presentar un recurso contencioso administrativo.
La Cámara madrileña recurre porque sigue defendiendo que hay dos mociones de censura en trámite. Mientras, toda la actividad parlamentaria, incluidas las mociones, han quedado suspendidas y los acuerdos decaen. Los casi dos años de legislatura acaban sin que haya presupuestos y con una sola ley aprobada. En realidad, la enésima reforma de una ley, la del suelo, que lleva cerca de una veintena de cambios en las últimas dos décadas. La Asamblea se cierra y tampoco se conocerá el dictamen de la comisión de investigación sobre lo ocurrido en las residencias de Madrid durante la primera ola de la pandemia cuando la región se situó a la cabeza de muertes en España. También decae hasta el próximo período de sesiones, que arrancará, si los jueces no dictan otra cosa, con cuatro diputados más por los efectos del aumento de población en la región: 136 frente a los 132 que se eligieron en 2019.
Este jueves fue un día atípico en la Asamblea de Madrid. En las previsiones al inicio de la semana figuraba la habitual sesión de control al Gobierno que se celebra en la Cámara de Vallecas cada jueves –menos el último del mes–. Todo saltaba por los aires la mañana del miércoles cuando la presidenta madrileña apretaba el botón del adelanto electoral ante el miedo a que una moción de censura similar a la de Murcia la desbancase del poder. En el PP también cuentan que la presidenta maneja encuestas favorables que le otorgarían una mayoría absoluta con Vox. “El momento no podía ser más idóneo”, aseguran fuentes populares. Ayuso manifestaba también su intención de salir a por “la mayoría absoluta”.
Ni en el PP ni en el Gobierno regional dudan de que las elecciones seguirán su curso. “El desenlace judicial no nos preocupa en absoluto”, aseguraba el nuevo portavoz del Gobierno regional en sustitución de Ignacio Aguado, el consejero de Educación, Enrique Ossorio. Mientras, los letrados de la Cámara de Vallecas preparan el recurso que no será presentado hasta este viernes, como establece la ley de jurisdicción contencioso administrativa que fija en al menos 24 horas el tiempo que una institución debe esperar hasta presentar un recurso ante una resolución.
Tras finalizar la reunión de la Mesa Permanente, se apuntaba a que los letrados pedirán medidas cautelarísimas, aunque esa decisión todavía está en estudio. Si finalmente se reclamasen, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) tendrá dos días, contando desde mañana para resolver. La idea es dilucidar cuanto antes si las mociones de censura presentadas contra Ayuso pueden seguir su curso sin esperar a que el tribunal resuelva sobre el fondo del asunto.
El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, César Zafra, aseguraba que, después del “capricho” de Ayuso, lo lógico es que “la Mesa tenga que recurrir a la Justicia para que dirima si hay un proceso de debatir mociones de censura o ir a unas elecciones”. “Esto es lo que pasa cuando uno se guía por corazonadas y por impulsos”, decía Zafra sobre la decisión de la presidenta regional de convocar elecciones por sorpresa y presentar el decreto en la Cámara madrileña pasadas las cuatro de la tarde de este jueves.
Ossorio, el nuevo portavoz del Gobierno después de que el vicepresidente y los consejeros de Ciudadanos fueran fulminados vía decreto el mismo miércoles, aseguraba que el PP se apunta la “artimaña” urdida por la izquierda y Ciudadanos. “Es algo muy grave. Todos somos conscientes de que los presidentes pueden disolver las Cámaras y convocar las elecciones, y la artimaña pretendía suprimir esa competencia”, lamentaba. “Si fuera como ellos plantean, ninguna presidenta podría convocar nunca elecciones”, añadía. Desde el momento en que la Asamblea aceptaba la disolución de la Cámara, en el Gobierno regional decidían esperar y no presentar un recurso de amparo en el Tribunal Constitucional que estaban estudiando por si la tramitación de las mociones seguía su curso en el parlamento regional obviando el decreto de disolución de la Asamblea.
En el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos-IU no quieren hablar en público de otra cosa que no sea que prosperen las mociones de censura, pero en privado son conscientes de que ese escenario es el menos probable ahora que la Mesa ha aceptado la disolución de las Cámaras. La diputada de Más Madrid, Mónica García, la candidata a presidir la Comunidad de Madrid en la moción de censura presentada por su partido, decía estar preparada para dar un paso al frente y liderar una candidatura en las elecciones previstas para el 4 de mayo.
Es la única candidata en la izquierda clara, ya que ni PSOE ni Unidas Podemos-IU han planteado todavía quiénes serán las personas que lideren sus carteles, si bien en el cuartel socialista también durante las últimas horas se ha ido rebajando la euforia sobre la posibilidad de desalojar a Ayuso vía moción de censura y recuperan la idea de que Ángel Gabilondo puede ser un buen cabeza de cartel para combatir la previsible alianza de Ayuso y Vox. En todo caso, no es una decisión tomada y Pedro Sánchez tendrá la última palabra.
Tampoco está claro que Ignacio Aguado vaya a liderar la candidatura de Ciudadanos. Inés Arrimadas evitaba este jueves ser tajante acerca de si el hasta ahora vicepresidente regional será el cabeza de cartel de la formación. Otros nombres como el del expresidente regional, Ángel Garrido, el fichaje de última hora que Ciudadanos buscó en el PP en las semanas previas a las autonómicas de 2019, están sobre la mesa, al ser un perfil que podría frenar en cierto modo la huida de votantes al PP al haber formado parte del partido de Pablo Casado y presidido ya la Comunidad cuando Cristina Cifuentes cayó por el caso Máster.
Pero todas esas cábalas, toda la planificación de los partidos e incluso del Gobierno de Madrid, están supeditadas a lo que decidan los jueces del Tribunal Superior. Y quién sabe si los del Supremo, si los recursos se eternizan o incluso el Constitucional. El camino arranca con el recurso de la Mesa de la Asamblea que ultiman los letrados de la Cámara regional. En la izquierda y, sobre todo, en Ciudadanos, cuyos cargos –consejeros, viceconsejeros y directores generales– en el Gobierno regional han sido destituidos, aún albergan alguna esperanza de poder salir vencedores frente a Ayuso del desafío que la presidenta ha lanzado a su partido convocando elecciones anticipadas.
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