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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

“No podemos permitir que esta minoría siga patrullando las calles de Madrid”

Javier Barbero (Burgos, 1961) es el máximo responsable de la Policía Municipal desde que Ahora Madrid acabó con 24 años de gobierno de la derecha en el Ayuntamiento de la capital de España. Antiguo miembro de una congregación religiosa, Barbero está casado y tiene cuatro hijas. Alejado del perfil de político profesional, su militancia le llevó a poner en marcha una casa de acogida de Cáritas para toxicómanos enfermos de sida, a la asistencia en cuidados paliativos o a colaborar con la Asociación de Afectados por el 11-M. Es licenciado en psicología y experto en bioética. Los mensajes de contenido fascista en un chat profesional de policías municipales han agitado el día a día de su departamento.

Los mensajes del chat con contenido fascista y discriminatorio ha agitado la actualidad política madrileña. Como máximo responsable de la Policía Municipal, ¿qué dice a los ciudadanos que se cruzan a diario con los agentes?

El mensaje a la ciudadanía es que pueden fiarse del 99'9% de los policías municipales, faltaría más. Yo me fío de la Policía Municipal y me siento orgulloso de la Policía Municipal. Se lo acabo de decir a 460 agentes a los que hemos entregado la medalla de San Juan por los 25 años de servicio.

Esta gente no puede manchar el buen hacer de la Policía porque son una minoría, activa, deslenguada y con un grado de inmoralidad brutal, pero claramente una minoría. Yo tampoco quiero que esa minoría esté patrullando en las calles, obviamente siguiendo con un respeto absoluto lo que se delimita dentro de los códigos internos de la Policía Municipal -ahí se ve cuáles son las faltas leves, graves y muy graves-. Los expertos en Asuntos Internos han dicho que hay faltas graves y muy graves, que se sancionan apartándoles de su función policial.

¿En qué cree que acabará la causa abierta por el juez?

Yo no entro en debate jurídicos, solo sé que como responsable de la seguridad en el Ayuntamiento no podemos permitir que gente que tiene estos pronunciamientos, que los tiene en un chat de policías, que es un chat profesional, que está formalizado con motivos profesionales, siga llevando el uniforme. Es muy evidente, no puede llevar el uniforme ni ejercer como policía municipal. Luego ya veremos lo que dice el Juzgado en torno a cómo eso cuadra dentro del Código Penal, pero por las faltas administrativas, nuestros servicios jurídicos estiman que hay faltas graves y muy graves, y tienen una sanción, obviamente cautelar.

Quiero aclarar también que, puestas las sanciones cautelares tendremos que esperar al cierre del sistema penal, porque es lo que nos marca la ley. Luego se retomará el expediente y seguirá el procedimiento administrativo.

¿Según la normativa de la Policía Municipal, los hechos que se investigan pueden llegar a provocar la expulsión de los agentes?

Yo creo que esa medida está teóricamente contemplada y si tiene la gravedad suficiente, pues se podrá contemplar. No me toca a mí hacerlo, pero en el reglamento interno se contempla la expulsión del cuerpo.

Las medidas son contra tres agentes, pero hay más que vierten comentarios polémicos en el chat. ¿Se les está investigando? ¿Se les podría abrir también un expediente?

Sí se les está investigado, y hay que valorar si se abre un expediente en función de los comentarios que hayan hecho, de sus declaraciones.

El mensaje de estos días desde el Ayuntamiento es que son una minoría, pero en el grupo llegó a haber 200 participantes. Hablan media docena, pero salvo dos o tres que rechazan esos mensajes, el resto permanece callado.

No me gusta meter a todo el mundo en el mismo saco, puede haber niveles distintos de activación en torno a estas cosas. Es cierto que a veces manifestamos, en el lenguaje coloquial, que el silencio nos hace cómplices, hay que hacer una reflexión de qué significan esos silencios.

Ahora bien, entiendo que hay gente que puede estar en ese chat con una buena intención sobre discusión laboral, y que se encuentra eso y está simplemente a la expectativa, que se queden bloqueados. Ahora, si hay gente que está aplaudiendo esos comentarios no es lo mismo. Cuando lees cosas como que “se reproducen como ratas”, ese simple comentario está expresando una actitud xenófoba con respecto a los inmigrantes, que aunque quien haya escrito eso no haya amenazado, está pronunciándose de manera muy explícita. Pero probablemente hay niveles.

Otra cosa distinta que me preocupa es la sensación de impunidad, qué ha tenido que pasar durante tantos años para que uno sienta que siendo policía municipal puede expresar en un chat de 200 personas este tipo de afirmaciones. Me hago la pregunta, porque probablemente ha habido un mensaje político de que no hay demasiados límites.

¿Deduce que gobiernos anteriores han tolerado ciertas actitudes fascistas, ultras o discriminatorias en la Policía Municipal?

Cuando uno ve cuestiones como la del pequeño Nicolás, donde hay una utilización política de la Policía más que cuestionable, se ve que no se ha sido riguroso en la puesta sobre la mesa de cuáles son los valores centrales que tiene que tener el cuerpo policial. Me refiero a valores democráticos y constitucionales, no ideológicos. Cada uno puede tener su visión de la vida.

Hay que diferenciar entre mínimos y máximos. Los mínimos los ubica el Código Penal, pero hay unos mínimos profesionales que son superiores a los generales. La responsabilidad moral de un policía de hacer respetar la Constitución y de ser policía democrática es mayor a la del resto de los ciudadanos, porque les damos la utilización monopolística de las armas. El policía es policía las 24 horas, determinadas cuestiones que transgreden los mínimos no se pueden permitir.

Algunos sindicatos están intentando rebajar la situación y la gravedad del asunto diciendo, por ejemplo, que los mensajes están sacados de contexto. ¿Están siendo portavoces del sentir mayoritario de los agentes? ¿Están actuando a la altura de la situación?

Yo creo que no. Entiendo que hay una mirada sindical y laboral, pero lo primero que estaría bien es que algunos sindicatos dijeran públicamente cuántos de sus afiliados, o de sus liberados, están en la lista. Eso estaría bien que lo hicieran de motu proprio por una cuestión de transparencia. Y que nos digan también que recomendaciones harían a sus propios afiliados en torno al envío de determinados mensajes como los que hemos visto, no estaría de más. Porque hay una ética sindical también.

Hay sindicatos que al no ser estrictamente policiales, sus hermanos estatales les han dado un toque, CSIF por ejemplo. Es que no es admisible bajo ningún concepto. Lo que quiero expresar es que hay que ser muy contundente con estas cosas y no sirve ningún tipo de comparación.

¿Hay líderes o portavoces en el chat?

No lo sé. Me preocuparía, pero no lo sé.

Esa ha sido la reacción de los sindicatos, ¿qué le ha parecido la de los políticos?

Cuando veo al señor Pablo Casado que compara este tipo de declaraciones con otro tipo de conductas como las de Rita Maestre, entrar en esa comparación, me parece que es de una bajeza política inadmisible. Porque en esto hay que ser muy contundente, esto no es de recibo, esto se salta cualquier código ético de mínimos. Pedro Sánchez lo dijo muy claro, esto es reprobable y punto. Entrar en determinados matices, tendrá que entrar quien tenga que entrar, pero entiendo que los sindicatos, lo que yo hubiera esperado, es una absoluta reprobación. Y punto.

Desde que llegó Manuela Carmena al Ayuntamiento, las reivindicaciones laborales de los sindicatos policiales han sido muy intensas. ¿Vincula el chat con ese clima de hostilidad con el que se ha recibido al Gobierno de Ahora Madrid?

Creo que la única responsabilidad de quien ha hecho esas afirmaciones es de esas personas, no son responsable los sindicatos. La única responsabilidad la tiene quienes han formulado ese tipo de afirmaciones. Es cierto que a todas las personas nos influyen los contextos. Si hay contextos que son de acoso, es posible que uno pueda tener la sensación de que todo vale. Sí que ha habido un cierto contexto, sobre todo al principio, ahora tenemos una relación con los sindicatos mucho más estable, hemos recuperado algunos espacio de diálogo que se cortan cuando hay descalificaciones importantes y personales, pero estamos en un momento de intentar retomar a fondo las cosas. Siempre ha habido contacto sindical.

¿Y qué le transmiten sobre su acción de gobierno?

Lo que me comentan muchos policías de a pie es que les hemos dado un uniforme que tiene unas características ergonómicas, de protección y de comodidad para llevarlo durante ocho horas, fantástico, que les hemos puesto medios en torno a herramientas de su trabajo, que son los coches, las motos, etc, absolutamente actualizado. Estamos estudiando la posibilidad de hacer cambios no en función del dedo, del amiguete que tengas, sino con unos concursos abiertos. Hay toda una planificación en torno a las unidades integrales de distrito que eran provisionales, unos barracones provisionales que llevan 10 años, hay un plan para quitarlos y poner estructuras fijas. Esta corporación está intentando generar las mejores condiciones para que hagan un trabajo bien hecho.

Por otra parte, hay todo un modelo de policía que estamos trabajando con el Plan Director, que choca con los whatasapps. El modelo de policía es un modelo de policía comunitaria, que solo se puede desarrollar si hay un contacto con la comunidad que esté basado en la presencia y la confianza. La presencia y la confianza no la puedes generar con ese tipo de comentarios.

Usted fue objeto de una querella por referirse como “fascista” al escrache de policías que sufrió en 2016, ¿viene a darle la razón las actitudes de ese chat?

Yo no califiqué personas, sino que describí conductas concretas. Dije que lo que se vio ese día fue una serie de conductas que a mi a lo que se me asemejan es a la de algunos grupos fascistas, pero no he llamado fascista nunca a ningún policía. Ahora aparecen declaraciones que son claramente fascistas. No hace falta ser un juez para que cuando sacas una foto de Hitler y dices que es dios, pues hombre, se llama apología del nazismo. Entiendo que esas actitudes no puede estar en alguien uniformado que esté en la Policía Municipal de Madrid.

El sindicato mayoritario, CPPM, dice que los policías suspendidos son “rehenes” de Carmena, ¿qué le parecen estas declaraciones?

Es una postura muy clásica, la de intentar convertir al agresor en víctima. No lo vamos a permitir, estos señores son los agresores, los que insultan, los que amenazan, no son las víctimas y eso hay que decirlo muy claro.

Con ayuda de algunos medios, los sindicatos tratan de humanizar la conducta de estos policías cuando destacan que han sufrido una crisis de ansiedad tras publicarse las conversaciones. ¿Cree que forma parte de esa campaña para convertir a los agentes denunciados en víctimas?

Sí, es otro intento. Quiero también decir que si han sufrido ansiedad, obviamente no me alegro, no me alegro de que la gente lo pase mal, pero separemos las cuestiones. El hecho de que tengan ansiedad no disminuye para nada su responsabilidad, son cosas muy distintas. Me imagino que los inmigrantes que están en las calles, es posible que tengan menos ansiedad cuando sabe que quien ha dicho que hay que meterles en el cráneo los casquillos a martillazos ya no están patrullando.

No me gusta que les haya aumentado la ansiedad, pero estoy convencido de que los inmigrantes salen ahora a las calles con menos ansiedad porque saben que no se los van a encontrar.

¿Y qué opina de que haya medios que hayan publicado la identidad del agente que presentó la denuncia?

Es el movimiento inverso, el objetivo es convertir a la víctima en agresor.

Cuando presenta la denuncia, el agente aporta una comunicación con Asuntos Internos sobre estos agentes que finalmente no llegó a nada. ¿Se va a investigar por qué?

Normalmente esas cosas se investigan. La Policía Municipal, desde que tiene conocimiento de la denuncia activa todos los mecanismos adecuados: traslado a Fiscalía, traslado a los juzgados y puesta en marcha de Asuntos Internos. Además se le ofrece protección, nos activamos inmediatamente. Se fue haciendo las cosas que toca hacer en cualquier procedimiento.

Además, hemos conseguido hacer dos cosas a la vez, ser prudentes desde el punto de vista procedimental, y ser contundentes en las medidas. Eso me parece importante.

El agente ha sufrido nuevas amenazas, circula entre los agente un whatsasapp en el que se dice que “no se nos puede escapar”. ¿Se está investigando?

Estamos viendo hasta donde podemos llegar con ello. Algo hay que hacer, porque no tenemos por ahora ni idea del origen, pero es abominable. Volvemos a lo mismo, es convertir a la víctima en agresor.

En estos momento, ¿hay otras investigaciones sobre actitudes ultras o discriminatorias dentro de la Policía?

No hay investigaciones globales, pero sí hay investigaciones sobre hechos específicos denunciados. Es decir, si me llega de que a una persona se le ha tratado distinto en función de su color de piel, eso se investiga, pasa por Asuntos Internos. Hay algunas investigaciones, pocas, pero hay algunas.

Nuestro modelo de Policía vienen del entorno europeo, que está trabajando algunas cuestiones que nos parecen interesantes. Por ejemplo, estamos dándoles vueltas a poner en marcha algún procedimiento en torno a las identificaciones, evitar las identificaciones discriminatorias. En algunas policías europeas se está trabajando en esto porque no tiene sentido hacer identificaciones en función de lo que tu seas, sino en función de las conductas.

También vamos a poner en marcha el Comité de Ética de Policía Municipal, que no está concatenado con lo que ha pasado, que llevaba su discurso. Hemos enviado una carta a todos los agentes para que se apunte quien quiera al comité promotor del Comité de Ética, donde podrán participar agentes que pasen por un procedimiento de formación de metodología de análisis ético. Es un proceso en el que nos va a ayudar gente experta.

Ustedes se han personado en el proceso contra los agentes.

Nos hemos personado fundamentalmente porque ha habido una amenaza a un funcionario público y hay un discurso de odio que entendemos que es muy claro, y queremos que se vea si hay delito. Además hay una quiebra de la imagen del Ayuntamiento y se insulta a la jefa de Policía, que es la alcaldesa.

Ahora hay un proceso de oposiciones. ¿Hay alguna manera de evitar que ingrese en la Policía Municipal gente con este perfil?

En esta convocatoria, en el test incluimos una serie de preguntas que están validadas por expertos en psicología social para detección de autoritarismo. Esto se discutió en el Pleno. A veces a uno le entristece algunas posturas partidistas, porque decían que esto era una cuestión ideológica, y yo lo que defendí es que no quiero un autoritarismo ni de derechas ni de izquierdas, lo que quiero son policías democráticos, que respeten los derechos humanos. Pero tenemos que evaluar si hay actitud autoritaria.

Este filtro es en las oposiciones, pero estos agentes llevaban años en el cuerpo. ¿Se plantean controles anuales?

Habría que darle una vuelta, es mucho más complicado de evaluar, hay que hacerlo de manera indirecta, en función de manifestaciones como las de los whatsapps.