Es oficial: habrá elecciones anticipadas el próximo martes 4 de mayo en Madrid. El Tribunal Superior de Justicia ha sido claro a la hora de concluir que la convocatoria de los comicios fue efectiva desde que Isabel Díaz Ayuso firmó el decreto de disolución de la Cámara madrileña a las 12:25 horas del miércoles, en contra de lo que defendía la Asamblea regional. Y tras la resolución, la maquinaria electoral de los partidos se pone en marcha. Oficialmente la campaña comienza el 18 de abril, pero las formaciones ya la han arrancado estos días con sus proclamas y designación de candidatos. El Ejecutivo que salga de las urnas dentro de mes y medio solo gobernará hasta 2023, porque según el Estatuto de la Comunidad deben volver a celebrarse elecciones. Sin embargo, en el plebiscito iniciado por Ayuso, todos se la juegan.
El pulso de cinco días entre el Gobierno de la Comunidad de Madrid y la Asamblea regional concluía este domingo con una primera victoria para la presidenta madrileña en el Tribunal Superior de Justicia. Ayuso logra su objetivo: unas elecciones anticipadas para sacudirse la dependencia con Ciudadanos, inmerso en una gravísima crisis que amenaza su supervivencia. Son unos comicios que la dirigente del PP deseaba desde hace muchos meses –ya reconoció públicamente en mayo que estuvo entonces a punto de darle al botón del adelanto electoral–, y que ahora ha podido activar sin el freno de Génova excusándose en la moción de censura de PSOE y Ciudadanos contra el PP en Murcia que si no hay otro giro de guión está abocada al fracaso, tras la irrupción de tres tránsfugas de Ciudadanos, la mitad del grupo parlamentario.
Los socialistas y el partido de Inés Arrimadas nunca han hablado de una jugada parecida en Madrid, ni tampoco en el resto de territorios donde gobiernan PP y Ciudadanos que continúan –de momento– aparentando normalidad mientras sus direcciones nacionales están en guerra. Pero eso no ha impedido a Ayuso seguir adelante con sus planes. Nada más firmar el decreto del adelanto electoral, cesó a todos los consejeros de Ciudadanos, y los días siguientes a todos sus equipos excepto a los de la Consejería de Cultura después de que la presidenta madrileña manifestara en varios foros que la mejor consejera que ha tenido ha sido Marta Rivera de la Cruz, de Ciudadanos, que estaba al frente de ese área.
A juzgar por las primeras encuestas que se han publicado, Ayuso lograría su objetivo de dejar de depender de Ciudadanos para hacerlo de Vox. El partido de Inés Arrimadas no obtendría representación parlamentaria, según esos mismos sondeos, pero Ayuso necesitaría a la extrema derecha para gobernar. La jugada no obstante aún está en el aire. La Razón publica otro sondeo en el que Ciudadanos entra por la mínima y tendría la llave de Gobierno con 8 diputados. El partido de Arrimadas ya da por amortizado a Ignacio Aguado, e incluso la líder daba las gracias el viernes por su trabajo al frente de la Vicepresidencia del Gobierno regional. Varias fuentes de la formación confirman que están en la búsqueda de un nuevo candidato que logre frenar la sangría de votos y no creen que Aguado sea la persona indicada. De entrada, ya se ha postulado su anterior rival en las primarias, Juan Carlos Bermejo.
Mientras se dirime esta cuestión, Aguado que preside el partido en Madrid manifestó este viernes su deseo de repetir la candidatura para estos comicios que suponen su ruptura definitiva con Ayuso. Desde que la presidenta madrileña convocó las elecciones el pasado miércoles, la ha acusado de “traición”, de “mentir”, y de guiarse por una “ambición personal” que lleva a los madrileños a la ruina. Aguado también ha sostenido que la “irresponsabilidad”, según la ha calificado, de la presidenta frena inversiones y ayudas para las empresas ahora que son tan necesarias.
El exvicepresidente regional también aludía este domingo tras conocerse la resolución del TSJM a la situación sanitaria: “Con 1.641 personas hospitalizadas, 424 en UCI y 447.101 en paro, Ayuso ha decidido convocar elecciones”. “Su capricho es lo primero. Nos costará 20 millones de euros”, añadía para terminar por calificar los comicios como “despropósito”. Por la mañana, el exvicepresidente regional también acusaba al PP de “controlar los medios de comunicación” y las “encuestas” para fijar el marco de que Ciudadanos no logrará entrar en la Asamblea. Ya se sabe que cuando un partido se sitúa fuera de un parlamento en el imaginario colectivo, remontar es mucho más difícil.
Ayuso no tardó en salir a calificar la resolución del tribunal. La presidenta aseguraba que “es de derecho” acudir a las urnas y en el PP lo celebraban asegurando que esta es la carrera para un gobierno de mayoría absoluta de Ayuso. “El 4 de mayo los madrileños elegiremos libertad, elegiremos Ayuso”, proclamaba la secretaria general del PP en Madrid, Ana Camins, continuando el eslogan propagandístico iniciado por la presidenta madrileña –“socialismo o libertad”– que ha copiado al expresidente estadounidense Donald Trump.
La dirigente del PP inauguró su campaña desde el mismo miércoles que en su declaración institucional sin preguntas desde la Puerta del Sol anunció el adelanto electoral. El viernes se la veía además dando un paseo por el barrio de Salamanca donde se llevó un baño de piropos en un distrito de la capital donde siempre gana el PP. Ayuso se llevó detrás a su perro y hasta atendió a los medios con él encima, como solía hacer Esperanza Aguirre. Su omnipresente asesor, Míguel Ángel Rodríguez, le acompañó en la ruta. “Todos los ciudadanos que viven en Madrid independientemente de su origen quieren vivir de una determinada manera y tener las cosas claras y eso es a mí lo que me gustaría dar para Madrid”, decía Ayuso sobre sus planes de futuro.
También el candidato de los socialistas refrendado esta semana, Ángel Gabilondo, comenzaba este domingo su campaña con un encuentro con las juventudes socialistas. Y tras conocerse la resolución judicial, hacía un llamamiento a la “participación y la movilización ciudadana” para echar al PP del Gobierno. “Estoy y estamos dispuestos a hacernos cargo del Gobierno de Madrid”, dijo. Gabilondo, que ganó las elecciones de 2019, era ratificado esta semana como candidato pese a que estaba de salida al haberlo propuesto el PSOE como Defensor del Pueblo.
En la izquierda madrileña saben que solo una participación masiva de su electorado puede disputar el poder al bloque de la derecha. En los pasados comicios autonómicos, la abstención llegó al 31,92%, frente al 25% de las elecciones generales celebradas unos meses después, el 10 de noviembre. La participación suele ser mayor en unas generales, pero el objetivo de la izquierda ahora es la movilización pese a la dificultad añadida de que los comicios se celebren un martes y en mitad de la pandemia.
En Más Madrid también hacen un llamamiento a la participación. Van a jugar con su mejor baza: la anestesista Mónica García. El partido confirmaba su candidatura desde el mismo miércoles, después de que su popularidad haya crecido los últimos meses al enfrentarse como médico y política a la gestión de la pandemia de Ayuso. La candidata Más Madrid tachaba este domingo de “irresponsables” las elecciones anticipadas y apelaba a su figura antagonista a la de Ayuso: “Estoy preparada para echarla (a Ayuso) de la Puerta del Sol”, proclamaba la médico del hospital 12 de octubre. García acudía este sábado al barrio obrero de Orcasitas y el domingo participaba en la manifestación de la Marea Blanca que pedía más recursos para la sanidad pública.
Otra de las consignas más repetidas por la izquierda va a ser la de concienciar sobre lo que supone que Ayuso gobierne con Vox. “Mientras toda Europa está pensando como reconstruirse después de la pandemia, la señora Ayuso está pensando como reconstruir su gobierno con la ultraderecha. Desde Más Madrid estamos preparados y vemos una oportunidad para que los madrileños tengamos una política decente y podamos desterrar el odio y el caos”, añadía García.
Desde Unidas Podemos también apelan al miedo a la extrema derecha. “Ayuso quiere seguir jugando con nuestras vidas y meter a la extrema derecha en el gobierno, pero nos ha dado una oportunidad para echarla, acabar con décadas de corrupción y saqueo, y hacer un gobierno progresista. No la desaprovecharemos”, proclamaba la portavoz de la formación en la Asamblea de Madrid, Isa Serra, candidata en las últimas elecciones pero que no está claro que vaya a repetir en el cartel.
Unidas Podemos ya busca sustituto, ante el miedo a que el Tribunal Supremo ratifique la inhabilitación de Serra por una condena que deriva de su participación en un desahucio. Los partidos aún tienen hasta finales de mes para decidir formalmente las listas, aunque el tiempo apremia en una campaña que solo va a tener 54 días. Las confluencias, además, de haberlas, deberán registrarse en los próximos días.
La del 4-M será una campaña atípica. La pandemia no permite mítines ni los grandes actos a los que nos tienen acostumbrados. Lo saben en Catalunya y antes en Euskadi y Galicia. En todos esos territorios cayó la participación. Así que el primer enemigo de los partidos será la abstención.