La Feria del Libro ya tiene logo. Es el primero en sus 90 años de vida y 82 ediciones: de un libro abierto crecen unos árboles. La naturaleza está sembrada sobre la cultura y la cultura es la raíz de la naturaleza. La imagen de la comunión entre las hojas y las hojas, es sencilla, clara y directa. Es obra del artista Pep Carrió, que atendió al encargo de la dirección de la Feria. “Me trasladaron la necesidad de una imagen que uniera al libro con el bosque. Necesitaban una visión inquebrantable de la feria y el Parque del Retiro”, señala Carrió.
Estos árboles tampoco dejan ver el bosque político que hay detrás de este movimiento, en apariencia, estético. Carrió buscaba un “escudo” que defendiera una unión casi sagrada y centenaria, contra cualquier amenaza que pusiera en duda la presencia del evento en el preciado parque del Retiro. “Es una declaración del compromiso que tenemos con el parque”, asegura la directora de la Feria, Eva Orúe.
Ese compromiso al que se refiere la escritora y periodista es la conservación del delicado espacio por el que durante 17 días pasarán más de dos millones de personas, a partir del próximo 26 de mayo. “Necesitábamos un logo que reivindicara más que un marco incomparable, uno indisoluble e irrenunciable. La Feria no se entiende sin el Retiro”, explica Orúe a este periódico. “Había que hacer un guiño a la permanencia del Retiro”, añade Pablo Bonet, secretario del Gremio de Librerías de Madrid y de la Feria del Libro.
Una identidad inquebrantable
Por eso la imagen creada por el artista Pep Carrió, más que un logo, es una bandera. Es una cuestión de identidad, aunque esa relación no está garantizada. Hace cuatro años fue puesta en duda por el equipo de gobierno de Manuela Carmena (Ahora Madrid), que reclamó a la dirección de la Feria un mayor compromiso con el entorno. Desde el Área de Medio Ambiente de entonces preferían “encontrar un sitio alternativo para la Feria”. Y señalaron Ifema como opción. Inviable para los libreros, los editores, los distribuidores y los lectores. Después de una decena de reuniones, ambas partes acordaron un recorte de 100 metros en la extensión, hasta dejarlo en 1.200 metros lineales.
Orúe indica que esa extensión se mantiene y que con el actual equipo de Medio Ambiente y Movilidad, responsabilidad de Borja Carabante, “no existe la tensión”. “Son partidarios de la celebración en el Retiro sin dudarlo”, sostiene. Además, en mayo de 2020, el alcalde José Luis Martínez-Almeida otorgó el título de “especial significación ciudadana y de interés general para la ciudad” a la Feria del Libro. Fue una declaración importante para la permanencia, aunque el Área de Cultura, Turismo y Deporte no ha aclarado a la dirección del evento para qué sirve exactamente esta declaración.
Aquella apuesta tibia del alcalde por el Retiro, ahora es amenazada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La realización del macroaparcamiento bajo el Hospital Niño Jesús pone en peligro la sostenibilidad del “pulmón” de Madrid. La Unesco ha emitido un informe desfavorable a la obra, que la presidenta tendrá que aceptar si quiere que Madrid, un año y medio después de su inclusión, siga formando parte de la Lista Mundial del Patrimonio. “Nuestra intención es montar la Feria sin desmontar el Retiro, tal y como pide la Unesco con la declaración del Paisaje de la luz. El año pasado ya quitamos la megafonía y este año haremos más”, dice Orúe, que prefiere no desvelar la estrategia sostenible que evitará poner en peligro el jardín histórico.
La amenaza de Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, debe mandar un nuevo proyecto a la Unesco en el que ya no aparezca ese aparcamiento subterráneo de 800 plazas. No lo ha hecho. Y mientras tanto, el PSOE madrileño, tal y como ha podido saber elDiario.es, dará un paso decisivo para la protección del Parque y la Feria en las próximas semanas. En el primer Pleno de marzo, la Asamblea de la Comunidad de Madrid debatirá sobre la Propuesta No de Ley que ha presentado la diputada socialista Manuela Villa, secretaria de Cultura y Deporte de la Ejecutiva Federal del PSOE, para que la Feria del Libro en el Retiro sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial.
“La Feria es un emblema de la ciudad por el arraigo cultural en la naturaleza, que se han mantenido en el Retiro durante 90 años. La declaración BIC Inmaterial protegerá la celebración popular en el parque y acercaremos la cultura a las personas. En realidad, ya es algo que hizo la República”, sostiene Manuela Villa. Esas dos estanterías de ladrillo y cerámica, realizadas entre 1926 y 1936, que sobreviven en el parque son la prueba de esa conexión popular entre la lectura y la ciudadanía.
“El espacio literario convive con el espacio cultural. Incluso la línea de casetas es un horizonte propio, un paisaje único. Esta declaración blindaría la Feria en el Retiro de una vez. Esperamos que todos los partidos la aprueben y salga adelante por unanimidad. Es un emblema y no puede ser amenazado”, sostiene Manuela Villa. El PSOE ya ha tenido contacto con el PP acerca de esta cuestión y parece que habrá entendimiento, además de colaboración.
Una Feria en verde
La directora del Parque del Retiro, Caridad Melgarejo Armada, que hace cuatro años era muy resistente a la masificación del jardín de jardines, parece haber encontrado una sintonía inédita entonces con Eva Orúe, indican desde la dirección de la Feria. Hay una comunicación mucho más fluida que con la antigua dirección y las promesas de un evento más sostenibles parecen haber apaciguado las amenazas de traslado. Hasta el momento, se citaban casi 2.000 autores y más de 5.000 firmas en plena lucha por la protección de la diversidad editorial, sin tener en cuenta la diversidad del parque.
“Trabajaremos siendo conscientes de nuestras responsabilidades. Haremos cambios para manifestar nuestro compromiso con el parque. Porque la Feria no se entiende sin el Retiro”, avisa Orúe. La directora quiere una Feria más verde, una como el logo. “Encargar un logotipo es como ir al psicoanalista y pensar en qué te representa”, apunta el diseñador Pep Carrió. “Por eso el cliente siempre hace un autoanálisis de lo que busca. Un logo es una declaración de intenciones. Luego, las acciones para reducir la contaminación al máximo. Porque un logo no cambia el mundo por sí mismo. ¿O es que crees que cambia el PP cada vez que el PP cambia el logo con un nuevo candidato?”, pregunta el creador.