“Nosotros tenemos un contrato con los madrileños y nosotros tenemos que cumplir ese contrato”. La frase es de José Luis Martínez Almeida y la pronunció como reivindicación de su primer mes al frente del Ayuntamiento de Madrid. “Cumplir el programa electoral”, defendió el alcalde del PP, es “algo que los madrileños no tuvieron la posibilidad de ver la legislatura pasada”. Tras sus primeros 100 días en el cargo, renuncias y matizaciones respecto a sus promesas electorales se han hecho patentes en asuntos como Madrid Central, la radio escuela municipal o la renaturalización del río Manzanares.
“Con Almeida, Madrid Central se acaba el 26 de mayo”, rezaba el mantra de campaña del candidato. “Revertiremos Madrid Central”, defendía el programa electoral, puesto que había “perjudicado gravemente a los madrileños y sus modos de desplazamiento por la ciudad”. Y así pretendió que fuese aunque el pacto de Gobierno firmado con Ciudadanos ya moderaba esta idea y hablaba de “reconvertir” la medida, así como de instaurar una moratoria de multas. Hubo un intento pero la Justicia paralizó la medida de PP y Cs apenas una semana después de su implantación.
El magistrado señaló en el auto que durante la moratoria se produjo “una evidente emisión de gases contaminantes en la zona Madrid Central por la entrada de coches contaminantes no autorizados que, al no ser sancionados durante el periodo de aviso entrarán sin limitación ni control ninguno”.
Almeida ya ha anunciado que no recurrirá la sentencia, pero sí que tomará “una serie de acciones conjuntas” en coordinación con la Comunidad de Madrid, según dijo en rueda de prensa con la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, a principios de este mes. Su mensaje ahora sobre una medida que cuenta con un apoyo generalizado entre la sociedad madrileña es que el Consistorio irá todavía más lejos en la defensa del medioambiente con sus nuevas medidas.
Estas se conocerán “a lo largo de septiembre” e incluirán “un plan de lucha contra la contaminación mucho más ambicioso, mucho más estudiado, más eficaz y eficiente” que Madrid Central y que, agregó, “va a abarcar el conjunto de la ciudad”. “No se va a quedar en una denominación específica como Madrid Central”, algo que considera “un concepto superado”: “El debate no es Madrid Central, es Madrid”.
La radio municipal: de decirle “adiós” a potenciarla
La radio escuela municipal M21, también impulsada por el Gobierno de Manuela Carmena, había sido otro de los puntos más criticados por PP y Ciudadanos en la oposición. En campaña, Almeida la llegó a acusar de competencia desleal con las radios comerciales. De hecho, al día siguiente de las elecciones municipales, el PP de Madrid lanzaba el siguiente mensaje en Twitter: “Adiós a 'radio Carmena' subvencionada con 1,5 millones sin apenas oyentes”. El propio programa electoral era tajante al respecto, garantizando su eliminación por ser “un instrumento ideológico al servicio del gobierno municipal, creada con el único objetivo de facilitar las contrataciones de afines”.
“No explican a la ciudadanía la necesidad de esa radio”, dijo también Begoña Villacís, ahora vicealcaldesa, que consideraba que “los vecinos han lanzado un mensaje muy claro no escuchándola. Esa radio no se necesita y el dinero que invierten en ella debería dedicarse a alguna de las necesidades de la ciudad como bajar los impuestos, mejorar la limpieza, el parque de viviendas o la agencia de empleo”.
Pero apenas un mes después del traspaso de poder en el Palacio de Cibeles, hubo un cambio de rumbo. El consistorio emitió un comunicado en el que celebraban que se “potenciará el modelo de emisora escuela en su próxima temporada” dentro de una estrategia para “reforzar el propio concepto y nombre oficial de la radio municipal: Emisora Escuela M21”. Y pedían cautela para “estudiar con serenidad la situación de la emisora antes de introducir los cambios que pueda considerar oportunos”. Semanas después, anunciaron que M21 Magazine –la revista que se impulsó junto a la radio escuela– también va a seguir siendo apoyada por el Ayuntamiento.
La renaturalización del Manzanares y la escuela de remo
El plan de renaturalización del río Manzanares llevado a cabo por el anterior Gobierno municipal ha sido un avance para la biodiversidad y la mejora de la calidad del agua, pero tuvo una principal damnificada: la Escuela Municipal de Remo. Al abrir las presas y dejar fluir la corriente, con el correspondiente aluvión de fauna, el Ayuntamiento de Carmena decidió prohibir el remo en este río, puesto que lo consideraba una actividad incompatible con la renaturalización.
Tanto Martínez Almeida como Begoña Villacís acudieron durante el verano de 2018 en plena precampaña a las instalaciones de la escuela “para apoyar a los deportistas ante el proceso de desahucio que ha iniciado el Gobierno de Carmena para desalojarles”. Ambos hicieron una defensa de la continuidad de la práctica de este deporte en el Manzanares, se sumaron a la recogida de firmas e, incluso, se fotografiaron remando. Villacís acusó a la entonces alcaldesa de no dar “ninguna solución” a los afectados: “No queremos que se tengan que ir. Los niños del barrio merecen hacer este deporte y es fundamental que aquí se quede”.
Meses después, el PP mencionaba esta cuestión en su programa municipal: “Reconoceremos el esfuerzo de las asociaciones, entidades y clubes deportivos que trabajan en Madrid y promueven el deporte y los hábitos saludables, como por ejemplo hace la escuela de remo”. En el caso de Ciudadanos, no se abordaba este asunto, lo mismo que ocurrió después con el acuerdo de Gobierno entre ambos.
Pero el pasado julio, el Pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad continuar con la renaturalización y la prohibición del remo en el Manzanares. Se construirá un canal para realizar este deporte, pero fuera del río en cuestión, algo que ha levantado las críticas entre los afectados. La Federación Madrileña de Remo emitió un comunicado en el que lamentaban que no se contemplara “la posibilidad de la compatibilidad de la práctica del remo”: “El canal es una opción a largo plazo que no está ni planificada ni presupuestada a día de hoy, es una opción que creemos conveniente pero no es lo que necesitamos”. En la nota recordaban que Almeida los ha “defendido abiertamente en muchas ocasiones”, por lo que les ha “sorprendido negativamente esta decisión”.
Los alcorques vacíos se seguirán tapiando
“Que ningún alcorque esté sin árbol. En todas las calles cuya anchura de acera lo permita plantaremos árboles apropiados”, era otra de las promesas recogidas en el programa electoral de Martínez Almeida. El candidato del PP llegó a afirmar en precampaña que “jamás un gobierno municipal había talado tantos árboles como el de Carmena”: “Son miles los alcorques vacíos, que generan problemas de movilidad y problemas graves”.
El anterior Gobierno municipal inició a principios de año un plan para tapiar todos estos huecos que no albergaban ningún tipo de vegetación. Lo que motivó esta decisión fue la falta de utilidad, ya que se ubicaban en calles demasiado estrechas como para plantar árboles, así como la acumulación de suciedad o el suponer un obstáculo para los peatones. El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 1,15 millones de euros, afecta a cientos de alcorques en barrios de toda la ciudad, tanto en el centro como en la periferia.
Pese a las críticas a Carmena en los últimos meses, el Ayuntamiento de Almeida continuará con el mismo plan que dejó en marcha. Así lo confirmó la propia delegada del Área de Gobierno de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, a finales de julio. Entre los fines de la medida destacan el “permitir un óptimo funcionamiento de la circulación peatonal”, “evitar accidentes y sus consecuentes afecciones a los viandantes” o “proteger la propia infraestructura de un deterioro progresivo de los daños, que acabarían multiplicando el coste de reposición de la misma”. La pavimentación ya está en marcha y se prevé que culmine a principios de 2020.