El Ayuntamiento de Madrid ha aplicado hasta en cuatro ocasiones el protocolo contra episodios de alta contaminación durante el mes de diciembre. La última vez, que se ha alargado a seis días de enero, fue el 31. Pese a que la polución ha dado un respiro a Madrid en 2018 gracias a una mejora de las condiciones meteorológicas –ha llovido más–, diciembre ha vuelto a ser un mes malo por la ausencia de lluvias, afectando en consecuencia a la calidad del aire de la capital.
Pero aunque ha habido picos de polución que han obligado a activar el protocolo, la contaminación en el último mes de 2018 ha sido más baja con respecto a los diciembres de años anteriores cuando no hubo restricciones de tráfico. Diciembre siempre es un mes negativo para la contaminación y Madrid Central (al igual que ocurrió el año pasado con las restricciones al tráfico en la Gran Vía) ha conseguido mitigar los efectos de unas condiciones meteorológicas desfavorables. La medida estrella del Gobierno de Manuela Carmena para reducir los niveles de contaminación del aire ha logrado el segundo mejor dato de un mes de diciembre de los últimos ocho años. El mejor dato fue el de 2017.
La ONG Ecologistas en Acción ha presentado este miércoles su informe anual basado en datos de las mediciones oficiales de las 24 estaciones del Ayuntamiento de Madrid. Esta organización ha elaborado además una primera estimación del impacto que Madrid Central está teniendo sobre la contaminación atmosférica, una vez transcurrido su primer mes de vigencia. La medida de limitación del tráfico en 472 hectáreas del centro de la capital entró en vigor el 30 de noviembre. Ecologistas en Acción quiere así aportar datos contrastados al debate público sobre la pertinencia de esta medida tras las voces que dicen que la calidad del aire ha empeorado desde la puesta en marcha de la iniciativa municipal.
Esta organización sin ánimo de lucro ha analizado la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) registrada por la estación de medición de Plaza del Carmen, la única que se encuentra dentro del perímetro de Madrid Central –a 100 metros de la Gran Vía–. Teniendo en cuenta diciembre de 2018, primer mes de la entrada en vigor de Madrid Central, Ecologistas en Acción ha comparado con los registros disponibles de esta y el resto de estaciones de la red, abarcando el período de 6 años: 2013-2018, años con condiciones socioeconómicas y de tráfico más similares al 2018.
No hay sorpresas: la reducción del tráfico ha incidido positivamente en la calidad del aire, al igual que ocurrió en 2017. Los niveles de NO2 registrados en esa estación en el último mes del año fueron de 53 microgramos por metro cúbico mientras que la media entre 2013 y 2016 para ese mes fue de 66 microgramos por metro cúbico. Esto supone una reducción del 20% de la contaminación del aire, apunta la ONG.
La estación de Plaza del Carmen es una de las más problemáticas de las 24 estaciones con las que cuenta Madrid en cuanto a niveles de polución. Forma parte del núcleo de las siete estaciones que “sistemáticamente vulneran el valor límite anual que fija la Unión Europea”, aseguran desde Ecologistas en Acción. Ese límite se sitúa desde 2010 en los 40 microgramos por metro cúbico y Madrid lo ha rebasado este año por octavo año consecutivo.
Tradicionalmente en el periodo navideño todos los niveles de NO2 se disparaban en esta estación. De los cuatro años que abarcan 2013-2016, diciembre fue el mes con los peores registros en la Plaza del Carmen, según el informe de Ecologistas en Acción. Sin embargo, esto cambia en 2017 y 2018 cuando se registra niveles diez puntos más bajo en esta estación en un mes de diciembre gracias a medida puesta en marcha en Gran Vía hace dos navidades y a Madrid Central el año que acaba de terminar.
En el conjunto de la ciudad, si se hace una media de todas las estaciones de la ciudad, la medida de reducción de tráfico también se ha notado en la contaminación. Mientras que la media de 2013-2016 fue de 59,25 microgramos por metro cúbico y en 2018 ha sido de 54mg/m3.
Además, la variación de los niveles de contaminacioÌn por NO2 registrados durante el mes de diciembre de 2018, respecto a los valores correspondientes a ese mismo mes en periÌodo 2013-2016, en todas las estaciones de la red indican que en diciembre de el año que acaba de terminar la contaminacioÌn por NO2 disminuyoÌ en 19 de las 24 estaciones que componen la red, así como en el valor medio de la red (-7,8%), siendo la estación de Plaza del Carmen una de las que registró una mayor reducción de la contaminacioÌn (20,4%).
La relación entre restricciones de tráfico e índices más bajos de contaminación es directa. Durante el mes de diciembre también hubo una reducción de polución en el resto de estaciones gracias a Madrid Central. El portavoz de Ecologistas en Acción, Juan Bárcena, ha señalado que en las estaciones perimetrales “se demuestra que también ha disminuido la contaminación”. “No estamos diciendo que sea buena, pero estamos acostumbrados a datos terribles en Madrid y este año ha sido mejor”, destaca Bárcena. “Eso desmiente las acusaciones de que hay efecto frontera en los distritos colindantes”.
2018, un mejor año
Juan Bárcena ha señalado que 2018 “ha sido relativamente bueno, ya que ha descendido la contaminación”. Aunque un año más en la capital se vulneran valores límite legales, así como valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para diversos contaminantes. Sin embargo, en el último año se ha producido un notable descenso de la contaminación en la capital respecto a los registros de años anteriores, para algunos contaminantes.
Respecto al dióxido de Nitrógeno, 7 de las 24 estaciones rebasaron el valor límite anual de contaminación por NO para la protección de la salud humana -40 microgramos por metro cúbico (µg/m) de media anual- marcado por la legislación europea. Por comparación, en 2017 fueron 15 las estaciones que superaron el valor límite, en 2016 fueron 9 y en 2015 13.
A pesar de la mejoría relativa en 2018, la ciudad de Madrid ha vulnerado por noveno año consecutivo (2010-2018) los valores límite legales para NO (ambos, el anual y el horario), que según la directiva no debían sobrepasarse desde 2010, motivo por el cual Comisión Europea mantiene abierto un expediente de infracción.