El Gobierno de la Comunidad de Madrid “no contempla” la intervención de la autonomía por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Así lo ha defendido este lunes el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que ha asegurado que el criterio del Ministerio de Sanidad que pide medidas más restrictivas en el conjunto de la región no puede ser únicamente “epidemiológico” sino que hay que tener en cuenta factores como la “capacidad asistencial” de Madrid que, para el consejero, todavía tiene margen.
“La Comunidad de Madrid es la primera preocupada por la salud de los madrileños”, ha defendido Escudero, que ha respondido a las críticas del ministro Salvador Illa afirmando que “nunca ha planteado esta cuestión como una batalla ideológica”. La reunión entre el consejero y el ministro “para abordar las medidas de prevención puestas en marcha contra el COVID-19 en la Comunidad de Madrid, ha concluido por tanto, sin acuerdo entre las dos partes mientras el Ejecutivo central mete más presión a Madrid.
El ministro de Sanidad ha comparecido pasadas las 19:00 en La Moncloa, junto al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón y ha vuelto emplazar a la Comunidad a que rectifique. “Pedimos a la presidenta de la Comunidad de Madrid que se deje ayudar y que actúe”, apelando directamente a Isabel Díaz Ayuso. “Ya vamos tarde y hay que actuar con determinación (...) Si no tomamos el control habrá que tomar medidas mucho más duras”, ha añadido el ministro.
Para Escudero no hay nada que rectificar y ha defendido su postura además de pedir que los criterios del Ministerio de pedir medidas más duras en todas aquellas zonas con una incidencia acumulada de 500 casos por 100.000 habitantes “sean justificadas”. “En esta reunión que hemos mantenido hemos transmitido que no solo hay que hacer una valoración desde el punto epidemiológico, si no en algo que hemos podido constatar que es la capacidad asistencial”.
La Comunidad de Madrid reivindica que ya se puede ver el éxito de las medidas que ha adoptado contra la pandemia hace una semana. Utiliza para eso un dato: que el ritmo al que aumentan los ingresos por COVID-19 en sus hospitales es más lento que hace siete días. Si entre 14 y el 20 de septiembre el total de personas con coronavirus que entraron en planta ascendió en 591 pacientes, entre el 21 al 27 se sumaron otros 264 enfermos.
En realidad, no se trata de que se haya reducido el número total de pacientes que necesitan asistencia en los centros de Madrid, sino que se han añadido menos que los que acudieron hace dos semanas. En las UCI aplican la misma fórmula, aunque sin publicitar las cifras de enfermos: “Un descenso” en el “crecimiento de pacientes ingresados” del 11%. La estancia media en la UCI de un paciente COVID-19 se mide más por semanas que por días. Con todo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha interpretado que “se desploman los ingresos hospitalarios y también descienden los de UCI”. De hecho, un periodo de siete días desde la adopción de medidas no es suficiente para observar cambios relevantes debido al mismo proceso de la enfermedad, que lleva varios días desde la aparición de síntomas hasta que su complicación puede exigir un ingreso hospitalario.
Este lunes, las camas ocupadas por pacientes de COVID-19 en Madrid seguían suponiendo el 25% del total disponible, el mismo porcentaje reportado el viernes pasado con una ligerísima tendencia al alza. Sin embargo, en cuanto a las plazas de UCI, se ha pasado del 40 al 41% de los recursos a disposición, según la última actualización del Ministerio de Sanidad realizado con la información facilitada por las comunidades autónomas.
Escudero ha asegurado que no se ha hablado de una posible intervención y que no se ha dado al Gobierno regional ningún tipo de plazo al respecto. “No contemplamos que se pueda producir esa situación”, ha asegurado Escudero a preguntas de los medios sobre una posible intervención por parte del Gobierno central. Según ha afirmado, “Madrid no tiene ninguno de los criterios para esa intervención”, que, no obstante, “no se ha planteado en ningún momento”.
“Esa vía de la imposición sería muy difícil de entender para muchos madrileños”, ha agregado, al tiempo que ha expresado que espera que el Gobierno “no tenga ni siquiera la tentación de poder pensarlo”. Según Escudero, se ha acordado “continuar hablando y profundizando en decisiones que sean técnicas y que sean basadas en datos que permitan tomar la decisión que sea más acertada”.