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Madrid iza una bandera de España de 75 metros cuadrados en medio de una crisis política y sanitaria

La agenda política a veces provoca coincidencias endiabladas. Este viernes ha sido una de esas ocasiones: todo el Gobierno de la Comunidad de Madrid y el del Ayuntamiento estaba convocado para izar “una de las banderas más grandes de España” en Valdebebas, un erial de oficinas y edificios a medio construir en el nororeste de Madrid. Pero mientras una decena de personas -entre médicos, bomberos, maestras y sacerdotes- colocaban sobre un mástil de 25 metros la insignia de 11 kilos de peso, en la Puerta del Sol -sede del Gobierno regional- se desataba la tormenta. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz- Escudero, anunciaba el plan del Gobierno regional tras el fin del estado de alarma decidido a espaldas de Ciudadanos.

“Cuando se montó esto no podíamos prever la situación que se iba a producir hoy”, ha justificado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida para disculpar a la presidenta regional, cuya asistencia al acto se ha cancelado a última hora. La convocatoria se ha mantenido en medio de una mañana frenética para la política madrileña. Los concejales del Ayuntamiento de Madrid y los consejeros regionales se agrupaban en corrillos. La consejera de Presidencia, Eugenia Carballedo, y el portavoz del grupo popular, Alfonso Serrano, escuchaban a su jefa por Youtube a través del móvil. Los ediles de PP y Ciudadanos se reunían para contarse las últimas novedades, ajenos a que en Sol, otra vez, había bronca. “Es una deslealtad a tu socio de Gobierno. Es impresentable”. El cielo, con nubes negras, amenazaba lluvia desde primera hora en Valdebebas. “¿Pero sale o no sale Sánchez?”, se preguntaba un dirigente antes de que la bandera empezara a ondear.

Por fuera de las vallas, un grupo de vecinos de Hortaleza izaba otro emblema: “Mejor sanidad pública, menos muertos”. El servicio de seguridad desplegado en torno a la cita no les ha dejado pasar. “Es una fiesta privada”, les han indicado. De fondo, el alcalde pronunciaba su discurso: “La bandera es el manto que nos ha permitido luchar desde la zona cero”.

Este viernes, Madrid ha vuelto a ser España dentro de España. No lo ha dicho, esta vez, Isabel Díaz Ayuso, que ha preferido no estar inaugurando una bandera mientras su Gobierno comunicaba las próximas restricciones. Aunque una hora después aparecía rodeada de micrófonos y cámaras a unos metros de la bandera, en el hospital de pandemias Isabel Zendal con el casco puesto.

En segunda fila había sitio para el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, que no se ha dirigido la palabra con el alcalde tras la ruptura del PP con la extrema derecha en la moción de censura. “Tienen la suerte de que nosotros no somos como ellos”, declaraba después ante la prensa. A su lado estaba el líder de los socialistas en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, el único representante de la oposición.

La iniciativa de homenajear a las víctimas del coronavirus con una bandera gigante no era en esta ocasión ni autonómica ni municipal, sino privada. De un empresario llamado César Cort, presidente de la Junta de Compensación de Valdebebas y maestro de ceremonias este viernes, que ya desplegó hace dos años otra enseña de 731 metros a lo largo de un edificio altísimo también en Hortaleza.

A él le ha agradecido el alcalde “la sensibilidad y la delicadeza”. “Representáis el futuro de la ciudad”, le ha dicho el regidor con un particular skyline de grúas y grandes edificios. La consejera de Presidencia, minutos antes, ha aprovechado el acto para promocionar el hospital de pandemias, visitado en un cambio de agenda de última hora por Ayuso, y “los 22 aviones que hemos traído” como grandes hitos de la gestión de la Comunidad de Madrid. Al final del acto, dos señoras esperaban estoicas, tras la valla, al alcalde ondeando desde lejos dos banderines. “¡Viva España!”.