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48 horas doblando turnos en una residencia aislada por la nevada: “Tememos no poder hacer traslados al hospital”

Exterior de la Residencia Reina Sofía, en Las Rozas / G. M.

Guillermo Martínez

10 de enero de 2021 18:07 h

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La falta de previsión por parte de la Comunidad de Madrid de las consecuencias que acarrearía el peor temporal en los últimos años comienza a hacer estragos. En la residencia pública Reina Sofía, en el municipio de Las Rozas, ninguno de los trabajadores que empezaron su turno a las 14:00 horas del viernes 8 de enero se imaginaba que después de más de cincuenta horas sin poder salir de las instalaciones las circunstancias, una vez superado el temporal Filomena, les seguirían impidiendo abandonar el centro de trabajo. Tanto trabajadoras como familiares temen que no se pueda trasladar al hospital de referencia a cualquier residente que lo requiera, ya que la entrada al recinto continuaba en la tarde del domingo con una espesa capa de nieve. La Consejería de Políticas Sociales de la Comunidad, a su vez, incide en que la situación está controlada y que ninguno de los usuarios tendrá problema en acudir a su hospital, y afirman que la limpieza de esta residencia es una de sus prioridades

“La vía de entrada se encuentra intransitable, así que estamos preocupadas por si hubiera que trasladar a alguno de los residentes al centro hospitalario”, comienza a explicar una enfermera que no ha podido salir del centro sociosanitario desde el viernes y que prefiere no explicitar su nombre por miedo a represalias. La residencia Reina Sofía fue una de las más golpeadas por la primera oleada de la Covid-19, haciendo que el número de ocupantes descendiera una centena, por lo que actualmente hay unos 320 en un complejo que podría albergar hasta 550. Asimismo, los profesionales no comprenden por qué no se ha retirado la nieve, ahora convertida en hielo, que impide el acceso a la zona, pues han limpiado la vía de servicio de la A-6 y no los “50 metros” que la separan de la entrada a la residencia, parafraseando a la trabajadora. Por el momento, no se han dado problemas de suministros, ni de medicamentos ni de alimentos.

Ella misma afirma que están “sobreviviendo” y que después de dos días seguidos trabajando las fuerzas empiezan a flaquear: “Aunque los residentes están bien porque su rutina no cambia y convivimos con ellos, nosotras sí notamos el cansancio”, comenta la enfermera. Una compañera suya, técnico en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) y que tampoco quiere dar su nombre por temor a represalias laborales, agrega que las trabajadoras están “desesperadas y al límite de sus fuerzas”. Ella debería haber entrado a trabajar el sábado 9 de enero, algo que intentó de forma infructuosa, pues no podía mover su coche. “La dirección no nos comunicó absolutamente nada, ni cómo estaban funcionando dentro ni qué deberíamos hacer las de fuera. Yo pretendía irles a hacer el relevo, pero me fue imposible por las condiciones de las carreteras”, en sus propios términos.

Dos días y dos noches trabajando en la residencia

Esta trabajadora relata que los problemas por el temporal comenzaron en la residencia Reina Sofía el mismo viernes. “Algunos compañeros que salían del turno de tarde del día 9 se arriesgaron a ir a sus casas en tren, y dejaron sus coches aparcados en la residencia, pero el cercanías se paró y tuvieron que volver a la residencia andando para dormir. Llegaron a las 2 de la mañana”, concreta la TCAE. Estas palabras, dice, sirven de respuesta a lo que arguye la Consejería de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, a quien compete la organización de las residencias. Fuentes de la Administración regional han confirmado a elDiario.es que muchos trabajadores continúan doblando turnos voluntariamente.

“Obviamente lo hacen de forma voluntaria porque no hay nadie obligándoles a ello, pero es que tampoco les queda otra. Son trabajadores que no han recibido ningún relevo y que llevan seis turnos a sus espaldas porque en ningún momento van a dejar de cuidar a los residentes”, responde la TCAE de la residencia. Desde la Consejería, al mismo tiempo, quieren mandar un mensaje de tranquilidad: “En el caso de que algún usuario necesitara un ingreso de urgencias en cualquier hospital, se efectuaría en coordinación con el 112, como ya se ha producido”. Asimismo, desconocen la forma en que se gestionarán económicamente estos turnos extras, es decir, cómo repercutirán los acontecimientos en las nóminas de la plantilla, tanto de aquellos que no han podido acceder como en la de los que no han podido salir de los centros sanitarios y sociosanitarios.

Sin información desde la dirección

Fernando Amado es el director de la residencia, una de las pocas de gestión totalmente pública que hay en la Comunidad de Madrid. Desde su punto de vista y según la información que le aporta la persona responsable de la residencia en su ausencia, no hay ningún problema en el centro: “Somos una de las residencias que en mejores condiciones se encuentra y con un mayor número de trabajadores”, ha comentado. En cambio, Laura López –familiar de un residente del centro– prefiere desconfiar de Amado: “Durante el confinamiento de marzo vimos cómo desde la dirección frenaban ciertas iniciativas de las trabajadoras que intentaban ayudarnos a contactar con los residentes, como sucedía con las videollamadas”, en sus propios términos.

Su abuela de 92 años vive en la residencia Reina Sofía y teme que sufra uno de los picos repentinos producidos por su diabetes y necesite ser hospitalizada, tal y como ya ha ocurrido con anterioridad. “La dirección no nos ha comunicado nada, menos mal que hay trabajadores que nos tranquilizan y están dispuestos a hacer lo que haga falta”, comenta. Además, López también incide en que se debería haber despejado la entrada al complejo en el mismo momento en que se limpió la vía de servicio: “Se trata de un recinto muy grande, con jardines, pero donde reciben los alimentos es por la parte de atrás, así que ahora mismo habrá unos 200 metros de calzada totalmente impracticable”.

También denuncia la falta de comunicación entre la dirección del centro y los familiares, pues muchos de ellos, allegados de personas que son dependientes totalmente, se enteran por chats privados de la situación en la que se encuentra la residencia en la que vive su abuela. “Tenemos una gran tensión porque vemos que está sucediendo lo mismo que en marzo, cuando no nos proporcionaban ningún tipo de información oficial sobre el estado de nuestros mayores. Esperemos que no, pero parece que vuelven a estar abandonados”, zanja.

“A esperar y que no hiele mucho”

De puertas para dentro de la residencia tampoco se han quedado con los brazos cruzados. A priori, algunas comunicaciones infructuosas con el Ayuntamiento de Las Rozas les han hecho recurrir a la Comunidad de Madrid, desde donde tampoco les aportan ninguna información concluyente. La movilización de algunos familiares de los internos ha conseguido que la limpieza de este centro residencial sea una de las preferencias para la Consejería de Políticas Sociales: “Nos han dicho que era una prioridad absoluta por el número de residentes totalmente dependientes que tenemos, unos 270, aunque no nos han confirmado ninguna hora exacta en la que realizarán los trabajos”, en palabras de la enfermera. Entre eso y que algunos ciudadanos particulares se están organizando para hacer traslados en sus 4x4 de forma solidaria parece que los profesionales podrán tener un respiro dentro de poco. “Ahora, a esperar y que no hiele mucho”, finaliza la trabajadora.

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