Almeida y Ayuso explotan las acusaciones contra Errejón para atacar a Más Madrid y a la izquierda feminista
Mofas, risas y hasta chistes de mal gusto. El escándalo protagonizado por el ya exportavoz de Sumar, Iñigo Errejón, al que varias mujeres acusan de comportamientos machistas y una le ha denunciado por agresión sexual, ha servido tanto al alcalde Madrid, José Luis Martínez Almeida, como a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, de munición para atacar sin piedad a los dos grupos de la oposición de izquierdas, Más Madrid y PSOE, y, de paso, para descalificar a todo el movimiento feminista.
Tras el estallido del caso, el alcalde no tardaba mucho en utilizar el espinoso asunto como arma arrojadiza. Primero, y especialmente, contra la portavoz municipal, Rita Maestre –que fue pareja de Errejón– a la que acusó de “saberlo todo” y “ocultarlo”. Y, de paso, contra la socialista Reyes Maroto. El regidor se mostró sumamente duro en el duelo que mantuvo con ambas en el último Pleno de Cibeles. “Lo verdaderamente repugnante es que le encubrieron. Y han actuado así no para proteger a las víctimas, sino para protegerse a sí mismas, a Yolanda Díaz, a la ministra de Sanidad, Mónica García, y a usted como máxima responsable de Más Madrid”, le espetó el regidor a Maestre entre los gestos de reproche de la bancada de los grupos de la oposición, que le acusaron de “machista”.
Mientras, Ayuso aprovechaba la primera oportunidad que ha tenido para utilizar el escándalo como vendetta contra la portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot –y, por ende, contra su compañera y antecesora en el cargo, Mónica García– por ponerla contra las cuerdas por el caso de su pareja, Alberto González Amador, pendiente de que se confirme su condena por fraude fiscal. “¿Usted me ha preguntado por el clima o por el clímax? Porque si de algo sabe su partido es de calentamiento”, le preguntó a Bergerot con sarcasmo durante la sesión de control al Gobierno celebrada este jueves en la Asamblea de Madrid. “Cuéntame amiga, yo sí te creo: ¿Van a beneficiar con su ley del sí es sí a Errejón?”, se mofó después entre el deleite de los diputados –y de muchas diputadas– de su grupo parlamentario.
A finales de octubre, el alcalde Madrid ya había logrado sublevar a la izquierda al afirmar que si el protagonista de un escándalo de agresión sexual como en el que se ha visto implicado Errejón fuera un cargo el PP “el movimiento feminista estaría todos los días manifestándose en las calles”. En un post subido a X el regidor madrileño ironizaba con esa idea.
Días después, en el último Pleno celebrado en Cibeles ese mismo mes de octubre, Almeida protagonizaba una sonora bronca con la portavoz municipal de Más Madrid, Rita Maestre –a cuyo partido pertenece aún Errejón– y con la del PSOE, Reyes Maroto, por volver a utilizar el asunto como ariete político contra ambas y contra todo el movimiento feminista. En un clima de máxima tensión, y al hilo de preguntas ajenas a ese escándalo, ambas le acusaron de “machista” y le pidieron que retirara sus bromas y lo que había dicho momentos antes en el Pleno. El regidor madrileño dijo que le parecía “repugnante” el “silencio de todos estos años” sobre el comportamiento del exportavoz de Sumar. “Ustedes lo sabían y lo encubrieron” y añadió que solo le obligaron a dimitir cuando “vieron que se llevaba por delante” a Mónica García y a Yolanda Díaz, líderes de Más Madrid y Sumar, respectivamente.
“El feminismo lo que ha defendido es que el machismo y las agresiones sexuales y actitudes patriarcales son transversales en todos los partidos”, replicó, muy molesta, Maestre, quien, al igual que Maroto, sacó a colación el caso, en tiempos de José María Aznar, de Nevenka Fernández, la exconcejala de Ponferrada (León) acosada por el exalcalde de este partido, Ismael Álvarez. El regidor, que fue el primer político denunciado por ese delito, finalmente fue condenado a una pena de nueve meses de prisión, además del pago de una multa de 6.480 euros y una indemnización de 12.000 a Nevenka, pudiendo continuar con sus negocios de hostelería y ocio nocturno hasta volver a la política de forma breve una década después. La exedil, por el contrario, se vio obligada a irse de España ante el rechazo de sus antiguos compañeros y las numerosas críticas de los propios vecinos y vecinas. El PP no movió un dedo por ampararla mientras alababa la “valentía” del alcalde por dimitir, sin condenar su actitud.
También salió a relucir la reacción del PP ante las graves acusaciones de acoso sexual que diversas mujeres lanzaron contra el tenor Plácido Domingo, que le mantuvieron apartado de los escenarios durante una temporada. Almeida en ese momento le disculpó asegurando que “la mera existencia de una conducta irregular tampoco invalida la trayectoria de una persona”. Ayuso, por su parte, aseguró que había que separar “al profesional de la persona” y le piropeó cuando el diario ABC, en plena polémica, publicó una entrevista con él: “El más grande”, sentenció la presidenta regional madrileña en X.
La tensión en aquel Pleno municipal fue aumentando, hasta el punto de que Borja Fanjul, su presidente –del PP–, tuvo que llamar al orden incluso al mismísimo alcalde. “Sus risas y sonrisas resultan repulsivas y repugnantes cuando se habla de agresiones sexuales, cuando se habla de víctimas, cuando se habla de cuestiones tan importantes. Sus risas son vergonzosas”, clamó Maestre que reprochó al regidor: “Usted viene a atacarme a mí y al feminismo”, lamentó. Luego le explicó que “la diferencia entre un partido de izquierdas y un partido de derechas no es cuántos machistas hay en él, es cuántas feministas se pelean para echar a los machistas en cuanto saben de la primera agresión, de la primera actitud. Esa es exactamente la diferencia entre nosotros y entre ustedes”.
La misma indignación demostró Reyes Maroto, a la que Almeida también había atacado por la “corrupción” del Gobierno y había acusado de “encubrir” a Errejón: “Hay un depredador, como se ha dicho desde Más Madrid y su marca, que ha sido encubierto durante un año y ustedes, para no romper un gobierno de coalición, se callan”. A su juicio quién tenía que dimitir era “quien permitió que Koldo, Aldama y un empresario se reunieran en su sala de reuniones en el ministerio de Industria”, que Maroto dirigió antes de llegar al Ayuntamiento de Madrid.
Ayuso usa a Errejón para cebarse con Bergerot
El asunto de la dimisión de Errejón por su conducta sexual inapropiada no había llegado a la Asamblea de Madrid hasta este jueves simplemente por una mera cuestión de calendario; el exportavoz de Sumar presentó su renuncia tan solo unas horas después del pleno del día 24, y la semana siguiente el Legislativo regional no celebró sesión en el hemiciclo.
Hasta entonces la presidenta regional se había limitado a atacar a la formación de Mónica García y Manuela Bergerot por “hacer bandera del feminismo” mientras “ocultaban” y tapaban el comportamiento del exportavoz de Sumar. A finales de octubre, en un acto del PP en la localidad pontevedresa de O Porriño donde Ayuso coincidió con el alcalde de Madrid, la líder madrileña cargó contra Más Madrid asegurando que tanto Errejón como “muchos dirigentes de su formación y socios” han estado haciendo “bandera de feminismo”, y son unos “hipócritas” porque “están involucrados con todo tipo de causas, que tienen que ver siempre con violencias contra la mujer”.
La catástrofe del temporal en Valencia desplazó la cuestión del primer plano político e informativo, pero la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, se sintió obligada a hacer una alusión en la sesión de este jueves, con recado para el PP. “Garantizamos que hacer política en nuestros espacios es incompatible con ejercer la violencia machista, caiga quien caiga. Esa es la diferencia entre nosotros y todos ustedes, que mantienen sentados [en el escaño] a cargos acusados de corrupción [Ana Millán, número 3 del PP madrileño y vicepresidenta de la Asamblea] y no tienen escrúpulos en hacer pactos de gobierno con condenados por violencia machista [en la Comunitat Valenciana, aunque el diputado en cuestión renunció para facilitar el pacto]”.
Como ocurre a menudo en sus debates con la oposición, Isabel Díaz Ayuso no respondió directamente, sino que leyó un discurso ya preparado, en forma de preguntas retóricas en clave humorística, en las que mezcló a Errejón con Pablo Iglesias, la ley del sí es sí o incluso la ley trans, cuya propia reforma en Madrid ha tenido que enmendar el PP por recomendación del Consejo de Estado. “¿Usted me ha preguntado por el clima o por el clímax? Porque si de algo sabe su partido es de calentamiento, ironizó. ”Cuéntame amiga, yo sí te creo: ¿Van a beneficiar con su ley del sí es sí a Errejón? ¿Cuándo venían del otro partido no se llamaba también Unidas Podemos en torno al macho alfa para que nos meta una lista? ¿Llegaban solas y borrachas a casa cuando salían con Errejón de noche? ¿Es micromachismo desear azotar hasta hacer sangrar a una periodista?“, bombardeó a Bergerot. Esta última alusión venía a cuento de unas conversaciones intervenidas a Pablo Iglesias y unas frases dentro de una conversación privada de mensajería por las que el exvicepresidente del Gobierno llegó a pedir disculpas. Fue en 2018.
Pero Ayuso siguió, embalada: “¿Le pagaron después al señor Errejón un curso para deconstruir masculinidades y para ir contra el machismo heteropatriarcal? ¿Cuánto dinero se llevaron de los puntos violeta? ¿Van a seguir borrando a las mujeres con sus leyes sectarias, incluida la ley trans?”. Después se enredó en un batiburrillo que quiso ser una enmienda a la totalidad de los últimos años de acción política de la izquierda feminista: “Sus ideas son siempre malas; son nefastas, son trampas y en todas han despreciado a la mujer y lo han aprovechado para ir contra el Estado de Derecho, la presunción de inocencia la tutela efectiva de los jueces, de los tribunales acabando con la garantía jurídica, tratando a las mujeres como 'pobrecita, lo que digas es verdad por ser mujer’, invirtiendo la carga de prueba y ahora resulta que va a ser el Estado de Derecho el que tenga que hacerse cargo de Errejón. ¿No es justicia poética?”, siguió aguijoneando la presidenta regional.
En su repaso, Ayuso olvidó mencionar la única cuestión que afecta directamente a la propia Asamblea, como es la demorada dimisión de la diputada de Más Madrid Loreto Arenillas, señalada por la dirección del partido por minimizar otra supuesta agresión sexual de Errejón en 2023, y que todavía no ha entregado el acta.
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