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Ayuso evita condenar la agresión a Sánchez y bromea sobre el cambio climático y Errejón

Víctor Honorato

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Las trágicas circunstancias del temporal en València ocuparon la práctica totalidad del debate político de este jueves en la Asamblea de Madrid entre la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y la oposición. La sesión empezó con cierta solemnidad con la lectura de una declaración institucional unánime en solidaridad con las víctimas, pero en seguida se despeñó por el habitual barranco de descalificativos y acusaciones gruesas, en esta ocasión con voluntad humorística, de la presidenta regional, que bromeó con la preocupación de Más Madrid por el cambio climático echando mano de Íñigo Errejón, denunciado por agresión sexual.

“¿Me pregunta por el clima o por el clímax? Si algo sabe su partido es de calentamiento”, le lanzó a la portavoz de la formación, Manuela Bergerot, tras eludir condenar la agresión del domingo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Semana tras semana, el portavoz del PSOE madrileño, Juan Lobato, trata de convencer al PP de rebajar los ánimos y dotar a la discusión partidaria de un mínimo de cortesía. Jamás lo logra. Hoy lo intentó otra vez al hilo de la dana, que centró toda su intervención. “La gente que escucha a los políticos insultar y atacar siente frustración y rabia”, lamentó. Lobato incluso elogió actitudes pasadas de Ayuso, como cuando criticó los ataques a las casas del pueblo del PSOE, para pedirle que condenase ahora “el intento de linchamiento a los reyes de España, al presidente del Gobierno y al presidente de la Comunitat Valenciana”. “Usted sabe la influencia que tienen sus palabras”, rogó.

Ayuso no se ablandó y ejecutó una de sus enrevesadas piruetas discursivas, vinculando la censura de los incidentes en Paiporta el domingo con su propia gestión de la pandemia: “El fango que no quiere que se eche en València no lo eche usted en las residencias en Madrid”. 

Más beligerante, Manuela Bergerot se refirió también a la situación en la Comunitat Valenciana para defender los servicios públicos y recordar que los impuestos “pagan excavadoras y ambulancias” como las que trabajan estos días en la zona. También se refirió a la dimisión de Íñigo Errejón, opacada mediáticamente por las riadas en València la semana pasada. “Hacer política en nuestros espacios es incompatible con ejercer la violencia machista, caiga quien caiga”. Luego preguntó a Ayuso por las medidas contra el cambio climático y le afeó que pidiese un decreto de ayudas para los afectados por la DANA cuando este ya había sido aprobado

Macedonia climática

Ayuso respondió con una ensalada de generalidades sobre la cuestión climática. Su gobierno defiende “la eficiencia energética, contaminar lo menos posible, el transporte público”, pero no se pliega a los “lobbies”, así, en general, ni a los “chiringuitos climáticos”, y criticó medidas como la orden de apagar los escaparates de los comercios temprano —cuando se encareció el combustible por la guerra de Ucrania—o que los carriles bici impidan a los clientes aparcar cerca de los negocios, para acto seguido defender la energía nuclear. Y para hilar esta cuestión con el caso Errejón, pasó a leer los chistes sobre “calentamiento”, “clima” y “clímax” y especuló, siempre en tono de chanza, con que la ley del 'sí es sí' beneficie al dimitido portavoz de Sumar.

La presidenta madrileña sí evitó sus habituales ataques a Sánchez, como también eludió defender al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, al que no mencionó. Para la andanada ya estaba Vox. El presidente del Gobierno “es el mayor de los culpables”, acusó la portavoz, Isabel Pérez Moñino-Aranda, para quien por detrás está también, ineludiblemente y ante toda circunstancia, la “agenda 2030”. El portavoz del PP, Carlos Díaz-Pache, incluso protestó por que el presidente declarase el martes encontrarse bien tras la agresión sufrida. “Es narcisismo”, opuso.

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