Y tras algo menos de una hora de avemarías, comienzan los “Pedro Sánchez hijo de puta”, “PSOE criminal”. Son algunos de los cánticos que se han escuchado este sábado en el cruce entre la madrileña calle de Ferraz y Marqués de Urquijo, a unos doscientos metros de la sede del Partido Socialista. A diferencia de estos días, no han sido inmediatos. El grupo de feligreses se ha dividido entre los que instaban a realizar la protesta en silencio para respetar la jornada de reflexión y los que, un día más, han vuelto a echarse a la carretera, entre semáforo y semáforo, banderas de España y pancartas en mano.
El polémico rosario “por la conversión de todos los españoles” ha sido más multitudinario que días atrás. Con el cruce repleto de personas, el rezo ha comenzado tras un “Viva José Andrés”, en apoyo a José Andrés Calderón, el joven abogado de 26 años que, desde el pasado 12 de noviembre, organiza todas las tardes el acto a las puertas del santuario Inmaculado Corazón de María. “Hay mucha gente, probablemente vengan cientos, porque están viendo lo que hace el delegado del Gobierno”, dice Calderón en declaraciones a los medios antes de comenzar. “No tiene ninguna intención política porque yo nunca he hecho política”, y añade: “No rezamos contra ellos -el PSOE- y nunca iremos a la sede porque no nos gusta ir a sitios siniestros”.
Decenas de personas se dejan ver entradas las siete de la tarde. “Cuántos medios de comunicación, nunca ha habido tantos”, comenta una de las asistentes a varias mujeres. “Ni un paso atrás, mañana seguiremos aquí como siempre”. Son las palabras con las que el joven jurista ha dado por finalizado el acto, antes de gritar un “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Santísima Virgen! ¡Viva España!”
“Hoy nos han pedido que la protesta ruidosa que hacemos siempre después sea silenciosa”, dice Lucho, conocido entre los asistentes, desde el megáfono con el que minutos antes se oraba. “Y viva España sí se puede decir”, concluye. La concentración se divide entonces entre silenciosos y ruidosos. Quienes se han limitado a ir con el rosario desaparecen de la escalinata poco a poco y llegan otros, cargados de banderas españolas constitucionales, franquistas, con la imagen de la virgen María y también alguna carlista, como ya es habitual.
“No es un presidente, es un delincuente”, “me la pela, la Unión Europea”, “viva la libertad carajo”, gritan. “Los jóvenes no conocen la historia de este país y a los reyes católicos, ese es el problema”, argumenta una de las que vitorea, mientras porta una bandera con una fotografía de Franco. “También se están manifestando unos palestinos en Sol y de eso nadie habla hoy, sólo nos criminalizan a nosotros”, se queja a los medios otra mujer.
“Yo vengo aquí desde el principio”, explica a este medio un hombre de avanzada edad que pide no ser identificado. En cuanto empieza el ruido se va porque “no le representan”. Le sorprende la cantidad de gente reunida, que no suele verse, aunque entiende que, al ser jornada de reflexión, haya generado expectación. Pese a los cánticos y la presencia mediática y policial, la protesta transcurre con normalidad.
Seis meses de rosario “por la conversión de España y del mundo”
Muchos portan pancartas y piden la dimisión de Sánchez, pero insisten en que lo hacen después del rezo, que es para lo que han pedido permiso. Ese es el argumento de Calderón, que cree que el acto no tiene ningún tipo de contenido ideológico. “Rezamos para salvar a España”, asegura. Salvarla, continúa diciendo, de “ideologías perversas, como la ideología de género”.
No niega que el rosario nace del “noviembre nacional”, unos disturbios instigados desde la ultraderecha en contra de la Ley de Amnistía. “Siempre se ha convocado horas antes de que empezaran las protestas, lo que hagan los demás no es culpa nuestra”, insiste.
Calderón lleva meses con una cruzada abierta contra el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, que no autorizó los actos convocados este sábado 8 de junio y mañana, día electoral. Finalmente ha sido el TSJ de Madrid el que ha permitido que siguieran adelante, a pesar de que otros encuentros han sido vetados.
Son ya más de seis meses los que Calderón lleva reuniendo a un pequeño grupo de católicos frente a esta iglesia, unos días acuden más y otros menos, pero son persistentes. En este tiempo, han conseguido incluso que acudiera el actor y ex candidato de la extrema derecha a la presidencia de México, Eduardo Verastegui.
“Mañana espero que seamos los mismos o más”, explica a elDiario.es el mismo hombre que decía no verse representado por los alegatos políticos. “Iré a votar y vendré a aquí, como he venido cada día, y lo seguiré haciendo”, y concluye: “no creo que nada de esto vaya a cambiar el voto de una sola persona”.