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La estrategia de Ayuso: ni un minuto de respiro a Iglesias para competir con Vox

La moción de censura fallida en Murcia fue el detonante del adelanto electoral en la Comunidad de Madrid. Pero la realidad es que era una decisión que Isabel Díaz Ayuso tenía meditada de mucho antes. Hasta en dos ocasiones, la ahora candidata del PP estuvo a punto de pulsar el botón de las elecciones anticipadas. Ayuso se veía fuerte en unos sondeos que le daban como vencedora y que hundían a sus molestos socios de Ciudadanos. Fuentes del PP señalan a Miguel Ángel Rodríguez –su jefe de gabinete y secretario de estado de comunicación con José María Aznar–, como el muñidor de toda esa estrategia. Con lo que no contaba Rodríguez para esos planes es con el factor sorpresa que este lunes removía todo el tablero de la política nacional: el aterrizaje de Pablo Iglesias, que abandonará la Vicepresidencia del Gobierno y el escaño en el Congreso para liderar la candidatura de Unidas Podemos. La noticia caía como una bomba en la Puerta del Sol y en la sede del partido, en la calle Génova.

“Pablo Iglesias está acabado y no le voy a dedicar ni un minuto”, decía este jueves Ayuso, tras 72 horas de ataques continuos al líder de Unidas Podemos, prácticamente desde el mismo segundo en que lanzó el vídeo de su sorprendente anuncio. Por un instante la presidenta y candidata dio un respiro a Iglesias: “Él tiene que hacer su campaña, no seré yo la que alimente a un personaje y toda una candidatura que no representa en absoluto lo que yo quiero para Madrid”. Y medio minuto después de anunciar la tregua, dijo: “Yo no quiero para Madrid lo que los socios del entorno de ETA o los independentistas quieren, por ejemplo, en Cataluña. No quiero que en Madrid se quemen las calles, que se destruya el empleo, ni las algaradas y las revoluciones que están provocando los socios de Iglesias”.

Este tipo de ataques de la presidenta madrileña han sido continuos desde el lunes. Y no solo por parte de Ayuso, importantes dirigentes nacionales replicaron la estrategia de confrontar con Iglesias para cerrar el paso a Vox. Empezando por Casado que hizo suyo el lema de su candidata en Madrid: “Comunismo o libertad”.

El PP ve en la figura del aún vicepresidente segundo del Gobierno la oportunidad para polarizar la campaña y así aglutinar todo el voto de la derecha, también el de la más extrema, en torno a la figura de Ayuso por los odios que despierta Iglesias en una parte del electorado más conservador de la capital. La confrontación también busca evitar que sea la formación de extrema derecha la que se erijá en la antítesis del líder de Podemos.

No es casualidad que desde el mismo lunes Ayuso cambiara el lema de campaña “socialismo o libertad” por “comunismo o libertad”. En el PP reconocen que la campaña de la presidenta va a basarse en azuzar el miedo a que Iglesias pueda lograr el poder en la Puerta del Sol. Y por eso no es casualidad que el secretario general de Podemos haya sido recibido por el PP con todo tipo de hostilidades desde el primer minuto.

La campaña no escatima insultos y replica la hipérbole que acompaña a los populares cuando se refieres a Podemos: “Iglesias es una persona independentista, afín al entorno de ETA, cree en la expropiación, la ocupación, la intervención de la empresa, en el fomento de huelgas, o en quemar las calles de Madrid”, fueron las primeras palabras que le dedicó la presidenta madrileña desde la sala de prensa de la Real Casa la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional.

Los ataques de Ayuso no se pararon ahí y por la tarde, ya frente a toda la Ejecutiva regional del partido, añadía otra larga lista de improperios. Acusaba a Iglesias de querer instaurar una “república caribeña” y a la izquierda en general de pretender “privatizar servicios públicos”. En una entrevista en Okdiario fue un poquito más allá: “Es un caribeño con chándal que vive de los demás en mansiones y rodeado de séquitos de mujeres”. La cuenta oficial de Twitter del PP de Madrid destacó tal afirmación.

En el Congreso de los Diputados durante la sesión de control al Gobierno el mismo miércoles a Iglesias le aguardaba otro chaparrón. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, advirtió: “El 5 de mayo solo le quedará rodear el Congreso”. Fue el epílogo a un batiburrillo de acusaciones mezcladas que aludieron a algunos de los casos que la Justicia ha archivado contra Iglesias. El vicepresidente segundo no se arredró en su respuesta: “La pasta para comprar diputados en Murcia la pusieron constructores o la puso usted?”

El día antes, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, llamaba a Iglesias “vago redomado”, pedía su dimisión en la vicepresidencia, que abandonará cuando comience la campaña a mediados de abril, y lo acusaba de no trabajar. El mismo día el Partido Popular de Madrid denunciaba a Pablo Iglesias ante la Junta Electoral regional por haber anunciado, a través de un vídeo, su candidatura a las elecciones de la Comunidad de Madrid desde el despacho de la Vicepresidencia del Gobierno.

Vulnera, defiende el partido, los principios de “neutralidad, imparcialidad e igualdad”. “Dicho video tiene una única finalidad electoralista, que se puede demostrar destacando alguna de sus afirmaciones” de Iglesias, sostiene el PP en su denuncia, como decir que el Gobierno central ha “protegido a trabajadores, a empresas, autónomos” y ha limitado los desahucios sin alternativa habitacional, entre otras afirmaciones que pronunció Iglesias en su anuncio.

El PP presentaba la denuncia contra Iglesias pese a que Isabel Díaz Ayuso anunció la convocatoria electoral desde la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional, en la sala donde el Ejecutivo realizan los anuncios importantes rodeada de sus consejeros. En esa comparecencia, Ayuso presumió de que su Gobierno baja impuestos y defendió su gestión frente a la pandemia. La presidenta del PP también lanzó desde allí el que iba a ser su lema de campaña “socialismo o libertad”, posteriormente perfilado como “comunismo o libertad” tras conocerse la candidatura de Iglesias.

Ni la denuncia ni todos los insultos son casuales. Será una campaña bronca y polarizada en la que el PP busca que Iglesias y Ayuso estén en el centro de los enfrentamientos. En el PP reconocen que aprovecharán la figura del líder de Podemos para confrontar a cuerpo abierto, también ante el temor de que su figura pueda relanzar a Vox precisamente por movilizar al voto más extremista.

“A nadie le gusta encontrarse con un elemento sorpresa”, dicen en el PP sobre el anuncio inesperado del candidato de Unidas Podemos. Aunque piensan que ayudará a movilizar a su electorado también creen que el apoyo a la izquierda puede también ensancharse. Uno de los escenarios, que la formación se quedara fuera del parlamento piensan que ya se ha disipado. Las primeras encuestas desde su irrupción hace apenas dos días pronostican ya un récord participación del 72% y dan un vuelco a los resultados que se proyectaban para Unidas Podemos.